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Las madres siguen con la familia a cuestas

ANNA FLOTATS

Cada vez son menos los padres que simplemente 'echan una mano' a su pareja en la educación de los hijos. Más de la mitad ejerce la paternidad de manera activa, pero solamente un 7% se implica igual o más que las madres. Pasan los años y hay cosas que no cambian.

'Al final, quien hace la mochila, quien lava los babys para que el lunes estén limpios y quien está al tanto de todo son las madres'. La que habla se llama Cèlia, tiene 33 años y dos hijos, Quim, de 6 años, y Joan, de 18 meses. Su experiencia confirma algunos de los datos de un estudio presentado ayer por la Fundación La Caixa que expone las ventajas de la igualdad en la crianza de los hijos.

Menos tensión en el hogar, menos desafección escolar para el niño y una mayor competencia emocional son los beneficios de la llamada educación igualitaria, según el análisis Infancia y futuro, elaborado por Pau y Marga Marí-Klose, Elizabeth Vaquera y Solveig Argeseanu, a partir de 2.206 entrevistas a familias con hijos.

Aunque casi un 44% de los padres ejercen una paternidad responsable, el estudio demuestra que todavía no se ha alcanzado la igualdad. Para Cèlia, la equidad absoluta es inalcanzable porque 'la preocupación y la atención de las madres por los hijos no puede ser la misma que la de los padres'. La clave, según ella, está en 'el instinto y la intuición femenina'.

Cèlia es educadora social en un centro de acogida y Diego, su compañero, músico. Sus horarios se complementan, así que sólo tienen que recurrir a los abuelos en casos de emergencia, como hace el 89% de las familias, según el estudio. La principal estrategia de conciliación familiar (en un 44%) es la escuela infantil. Cèlia y Diego también llevaron a sus hijos a un centro de educación preescolar, aunque a regañadientes. 'No creo que sea necesario para los niños, pero no nos quedó otra. Creo que las guarderías son un mero parking', cuenta Cèlia.

Un 23% de las madres de niños menores de 5 años han dejado su trabajo para ocuparse de ellos, algo que solo ocurre al 4,8% de los hombres. Cèlia ni se planteó quedarse en casa. Le apasiona su trabajo y, aunque le gustaría pasar más tiempo con sus hijos, reconoce algunas ventajas de ser una familia igualitaria: 'Quim aprende que, gracias a que los dos trabajamos, luego, en verano, podemos irnos de vacaciones a una casa rural'.

Aunque el 69% de los hombres se muestra a favor de que los dos miembros trabajen, todavía uno de cada cuatro opina que la madre debe ocuparse de los niños hasta su escolarización. D

 

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