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"Me zafaron la correa de la perra y tuve que repeler el intento de quitármela"

El primer diputado invidente del Parlament fue increpado por algunos de los manifestantes en Barcelona

J. RAMÓN GONZALÉZ CABEZAS

Josep Maria Llop (CiU) es el primer invidente de la cámara catalana. Acude a los plenos acompañado de su perra Annabelle, su inseparable lazarillo. Ex alcalde del pequeño municipio barcelonés de La Palma de Cervelló, el diputado convergente ha afrontado las dificultades de la jornada con su proverbial imperturbabilidad, cuando algunos exaltados trataron de arrebatarle el perro guía para impedir que llegase al Parlament.

¿Cómo ha podido llegar hasta el Parlament?
Salí de mi casa a las 7.30 con la idea de estar en el Parlament a las 8, pero nuestro vehículo fue acosado y zarandeado por un grupo de personas que nos impidió el acceso por la calle Wellington.

¿Qué pasó entonces?
Lanzaron gritos airados -como ‘convergente', ‘hijo de puta' y otros- y golpearon el vehículo a puñetazos. Vista la situación, el chófer desistió y nos alejamos para intentar acceder directamente a pie.

¿De qué modo lo hizo?
Me llamó el portavoz del grupo, Jordi Turull, para acompañarme personalmente. Sin embargo, un grupo nos rodeó y nos zarandeó con fuerza. Incluso zafaron la correa de la perra y tuve que hacer un gesto enérgico para repeler el intento de quitármela.

¿Alguien intercedió por usted en ese momento?
Bueno, creo que alguien me dijo, 'lo siento mucho, tío, pero no podemos permitir estos recortes'.

¿La perra se asustó o perdió el control?
No se asustó, por algo está formada en la segunda escuela mejor del mundo, en Yorktown Hights, a 50 kilómetros de Nueva York.

¿Qué sintió en el momento más tenso?
El corazón me pedía responder a la situación y agarrar el toro por los cuernos, como suele decirse, pero me retuve porque me dí cuenta de que aquello estaba a punto de derivar en algo irracional ya que esta gente estaba muy descentrada y podía ocurrir cualquier cosa desagradable.

'He recibido amenazas de muerte pero esta vez me he sentido agredido'

¿Se ha sentido amenazado, ha tenido miedo?
He recibido en alguna ocasión alguna amenaza de muerte siendo alcalde, pero esta vez me he sentido agredido, aunque no he recibido directamente una agresión física, más allá de los empujones.

¿Qué sucedió después?
Tuvimos que desistir y nos concentramos en la comisaría de los Mossos d'Esquadra de la calle Bolivia. Allí estaba el propio presidente de la Generalitat, al que acosaron en su vehículo e incluso intentaron abrirle la puerta.

¿Quiénes estaban allí?
También estaban la vicepresidenta Joana Ortega, Alicia Sánchez Camacho, Miquel Iceta, Jordi Turull, Fernández Teixidó y Joan Puigcercós. Llegó también el conseller Felip Puig quien, a la vista de la situación, ordenó el traslado en helicópteros desde allí mismo.

'Se llaman indignados pero en realidad son unos fracasados' ¿Usted estaba dispuesto a volar?

En helicóptero era un poco complicado para mí, así que se decidió que fuese en un vehículo de servicio de la vicepresidencia. El coche tuvo que esquivar en algún momento a los concentrados, pero a la cuarta fue la vencida.

¿Cuál su opinión sobre la acción de los indignados?
Se llaman indignados pero en realidad son unos fracasados. Si tenían algún elemento de credibilidad para mejorar la democracia y solucionar algunos problemas como el sistema financiero internacional, se puede decir que hoy lo han perdido todo.

¿Por qué todo?
Atacar la casa del pueblo, la sede de la soberanía popular y la representación democrática les ha despojado de toda legitimidad y han perdido la causa por la cual decían luchar.

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