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"Los ricos no necesitan demostrar que puede haber cultura accesible"

El nuevo secretario general de la Unión de Actores llega al cargo en un momento crítico para el sector, golpeado por el paro, los recortes en Cultura y la subida del IVA

LUIS GIMÉNEZ SAN MIGUEL

Menos glamour y más precariedad. Los actores españoles se encuentran en un momento crítico debido a los desastrosos efectos de la crisis y, sobre todo, a los recortes en Cultura que el ejecutivo de Mariano Rajoy está imponiendo para intentar atajarla. Al igual que ha ocurrido con otros colectivos de trabajadores, muchos de ellos se han dado cuenta de que no es tiempo para el individualismo y el búscatelas por ti mismo.

Es secretario general de la Unión de Actores desde el 1 de enero, pero llegó a este puesto por 'cosas del destino'. Iñaki Guevara era el número dos de Vicente Cuesta, el anterior líder de este sindicato de artistas que dejó el puesto por cuestiones laborales. Ahora Guevara trata de dar un nuevo impulso de cambio.

Con un nuevo equipo más dispuesto que nunca a dar la batalla, ya ha presentado la denuncia contra el espectáculo de El Rey León de Madrid, que en la pasada huelga general de 14-N impidió entrar al comité de empresa de la Unión. Ante la negativa, cientos de profesionales, que se habían trasladado allí desde el Teatro de España que habían ocupado durante la noche, rodearon el edificio donde se prensentaba y permanecieron durante horas en la Gran Vía cara a cara frente a los antidisturbios de la Policía. Es el nuevo tiempo de los actores.

Cuéntele a los lectore cuál es la trayectoria profesional del nuevo secretario general

Empieza en 1981. He trabajado más en televisión que en teatro y cine. Hasta ahora la televisión es lo que ha dado de comer a la profesión. Y digo hasta ahora porque a día de hoy, con los recortes, hay muy pocas series. He trabajado en unas 40 o 50, con papeles secundarios normalmente.

'A los actores nos gusta actuar. Gestionar un colectivo es algo que te toca'

Pero en los últimos años sí he podido dedicarme más al cine y al teatro. El año pasado hice la segunda parte de Un Franco Catorce Pesetas, de Carlos Iglesias, y he estado dos años en teatro con el Proyecto Laramie.

A los actores nos gusta actuar, ponernos delante de una cámara o subir a un escenario. Gestionar un colectivo es una responsabilidad que te toca.

¿Qué cambios representa su secretaría y la nueva dirección de la Unión de Actores?

Nuestro objetivo es crear sindicato, que tanto los afiliados como los no afiliados, todo el sector, se sienta protegido por un colectivo que defiende sus derechos. Lo que se echaba en falta es esto, que vayamos a cada centro de trabajo donde hay un conflicto.

También nos hemos marcado como objetivo aumentar la participación, una prioridad es que se acerque la gente joven. Muchos actores participan en el 15-M y otros movimientos que están surgiendo en los últimos tiempos y están empezando ahora a acercarse al sindicato. Existe una necesidad de participación y que el sindicato se ponga al servicio de la gente.

'Existe una necesidad de participación y que el sindicato se ponga al servicio de la gente'

Otro objetivo es conseguir la representatividad sindical. Nosotros no tenemos los mismos derechos que el resto de trabajadores. Por la Ley de Libertad Sindical no podemos acceder a las elecciones sindicales.

En definitiva, queremos crear conciencia. Hasta ahora hemos sido un movimiento político y social, el No a la Guerra y cosas así, que no están mal, pero siempre dejábamos de lado el día a día, la acción sindical. Y queremos que sea directa. 

Por ejemplo, la serie Familia. De repente se inventan que un capítulo no le gusta a la cadena, hay que repetirlo y no pagan la repetición. Entonces hay que ir a la productora, pedir inspecciones de trabajo...

Los tiempos han cambiado con la crisis económica y las políticas de austeridad. ¿Qué papel va a representar la Unión de Actores?

Nuestra profesión siempre ha sido precaria. En el año 2000 había un estudio de AISGE, que es nuestra sociedad de propiedad intelectual, que decía que el 70% de los actores tenía que trabajar en otra cosa, un 20% sobrevivía más o menos y en torno a un 7% vivía bien. Estamos en 2013 y se han rebajado las partidas en el Ministerio de Cultura en torno a un 50%. Las partidas de cultura que dan los Ayuntamientos también se han recortado drásticamente, son ya casi inexistentes. Podemos aventurar que el paro puede ser ya de un 90%.

Podemos aventurar que el paro en el sector puede ser ya de un 90%

En la primera huelga de este año, la del 14-M, había 13 series grabándose en Madrid. En esta última del 14-N había seis, menos de la mitad. Fuimos a seis o siete rodajes de películas en la primera huelga y en ésta hemos ido a tres. La actividad se está reduciendo muchísimo, siendo un sector que produce el 4% de PIB. Además produce un valor añadido, al igual que la Educación, que no es contable. Pero incluso si no contemplas este valor añadido, que es el desarrollo de la identidad del pueblo y su pensamiento, está produciendo 600.000 puestos de trabajo.

¿Cómo os han influido el 15-M y las últimas mareas de protesta?

Los actores somos también ciudadanos y defendemos la Educación y la Salud. Como a todo el mundo, a nosotros nos sorprendió el nacimiento del movimiento 15-M. Uno de nuestros afiliados llegó a proponer en Sol una desafiliación masiva. Pero pasado el primer momento nos hemos ido encontrando y renovando. De donde se nutre políticamente la Unión de Actores es de estos movimientos sociales de gente que está indignada y frustrada por nuestra clase política, por nuestra forma de representación democrática que está obsoleta, y esa es la savia que tiene que transformar tanto nuestro sindicato como el conjunto de la sociedad.

¿Tan especiales son ustedes?¿Por qué los actores necesitan un sindicato propio y no pueden organizarse en las centrales donde están el resto de trabajadores?

Si en la época de la Transición se hubiera conseguido una sola central sindical, como tiene Francia, pues a lo mejor hubiéramos estado allí. Pero en ese momento los sindicatos españoles no supieron representar a los actores y comprender sus problemas particulares.

Los artistas no trabajan todos los meses en una misma empresa, el proceso de formación es continuo, un año puede ganar cinco y al siguiente cero, la fiscalidad es diferente, no hay acceso a la representatividad sindical. Para tenerla hay que estar más de seis meses en el puesto de trabajo y esto es poco frecuente entre los artistas. Esto no se reduce a los actores, lo mismo le pasa a un músico o un escultor. Todas estas características no son contempladas por CCOO y UGT.

Dentro de esta especificidad, ¿los actores se comprometen por la lucha de los derechos laborales o es más bien al estereotipo ya acuñado del artista progre?

En general es un colectivo muy individualista. Si trabajas en Iberia a tus compañeros los ves todos los días en el centro de trabajo. Nosotros no.

Esta identidad que dices se vio en el No a la Guerra. Fue una casualidad, en ese momento todo el país estaba en contra de la guerra en Irak y hubo unos Goya precedidos de una asamblea. Pero si no llega a haber esos Goya o esa asamblea esa bandera no la hubiéramos llevado nosotros. Ahora no estamos en cabeza de nada. Somos un sector que sube y baja en cada momento.

'Somos un sector que sube y baja en cada momento'

Sí podemos tener esa característica de que un actor o una actriz son más tolerantes, más cercanos a la cultura. Y hay un poso de sentido crítico y de estar contra del poder autoritario y de lo conservador en las relaciones sociales. Pero también es un poco mito.

Cuando un actor es famoso y asume cierta posición se convierte en una figura mediática. Si Javier Bardem dice que piensa algo eso tiene más incidencia en los medios de comunicación que si lo dice una enfermera que está en la Marea Blanca. Por el propio morbo. Muchas veces de las mareas nos llaman y nos piden a alguien para leer algún manifiesto. Entonces parece que todo el colectivo es así.

¿Y cómo se combate este individualismo desde la acción sindical?

Intentando aumentar la conciencia de que aunque estemos menos tiempo en un mismo centro de trabajo tenemos los mismos problemas que el resto de trabajadores, de no pagar ensayos, de horas extras no pagadas... Las características de los problemas son siempre las mismas.

¿Cuáles son los principales problemas que se encuentran hoy los actores, especialmente los jóvenes?

Tal y como está la crisis hay menos posibilidad de trabajo, tanto en televisión como en cine y teatro. Además la propia estructura de la industria española facilita poco la entrada. En Nueva York hay una revista en la que te vienen todos los casting. Aquí no, aquí hay pocos y cerrados. Depende mucho de las relaciones y los contactos. No es nada fácil, muchas veces depende de la suerte.

Cuando hay huelgas generales vamos a visitar todos los centros de trabajo, eso ayuda mucho a hacer ver que el sindicato está ahí. También estamos detrás del movimiento de los Sin Cultura, que es un movimiento ciudadano pero en el que participamos muy activamente. Somos un sector que podemos estar unidos y romper el individualismo.

¿Cómo os están afectando los recortes en Cultura y la subida del IVA?

Ya no hay pequeñas compañías que puedan trabajar por encargos de los Ayuntamientos. El IVA ha significado un millón menos de espectadores. Yo el otro día fui al cine y me costó más de nueve euros, cuando antes pagaba siete.

'El empresario suple la pérdida que supone el IVA bajando los sueldos' Las salas alternativas están funcionando por la vocación de los actores, pero no ganan nada de dinero, lo hacen por vocación. Estamos al borde de la desaparición, el sector está tambaleándose.

Un Franco 14 Pesetas se hizo en 2004 con un presupuesto de un millón y medio de euros. En 2012, cuando se hizo la segunda parte, el presupuesto ha sido de 750.000 euros, la mitad. Te pagan el mínimo por convenio y un pequeño porcentaje si hay beneficios. Antes el mínimo por convenio te lo ofrecían en culebrones, nunca en cine.

El empresario suple la pérdida que supone el IVA bajando los sueldos, quitando un 20% del sueldo.

¿Los actores que se involucran en la lucha por los derechos laborales ven luego mermada su carrera profesional al colgarse una etiqueta?

Sí, no es algo que ayude. Si una productora tiene a uno que está involucrado y a otro de las mismas características que no lo está siempre va a elegir a éste último. Que estés en un sindicato nunca ayuda, te resta muchas posibilidades de trabajo.

Muchos piensan que en estos tiempos con un paro por las nubes, recortes y un déficit público disparado, la Cultura no es una prioridad.

Y tienen parte de razón. ¿Cómo te van a tocar la Salud? Si es lo más importante. Y por eso la Marea Blanca está teniendo tanta fuerza. Pero hay que mirar los recortes desde una perspectiva más amplia.

La política de recortes nada más que lleva al empobrecimiento. Empobrecimiento un año y al siguiente. En cine, por cada euro que daba el Ministerio de Cultura se devolvía a la Hacienda pública tres euros: eso es generar riqueza. Estamos contra los recortes en Cultura porque somos actores, pero como ciudadanos estamos contra toda la política de recortes, que es toda la misma, responde a una estrategia de empobrecimiento. Si quieres Educación, te la pagas; si quieres Sanidad, te la pagas; si quieres Cultura, te la pagas.

'Hoy no hay un Bertol Brech. A lo mejor es que hoy la lucha está más en la calle' Los ricos no necesitan demostrar que puede haber una Sanidad gratuita, ni Cultura accesible. Ya no hay que demostrarlo porque ya no hay un telón de acero, ya no existen Estados socialistas que daban ese tipo de cosas.

Quieren a una gente muy empobrecida a la que puedan pagarle los mínimos sueldos que les permitan seguir enriqueciéndose. A no ser que se den cuenta de que en su misma producción necesitan un mercado de consumo para poder seguir produciendo.

En el pasado los grandes momentos de cambio y movilizaciones sociales se han visto acompañados de impulsos en la cultura y el arte que aportaban renovación y caminaban al lado de éstas. Hoy parece que esto no se está dando.

El impulso creativo de la gente muchas veces no se sabe a qué se debe. Deberíamos ser una especie de espejo de la sociedad, pero hoy no lo somos. De las películas que se han estrenado este año muy pocas tocan la crisis.

Hoy no hay un Bertol Brech que haga teatro de denuncia. A lo mejor es que hoy la lucha está más en la calle. No hay un arte de denuncia, no hay un reflejo en el arte de lo que está pasando. Las películas de la cartelera son parecidas a las que había antes de la crisis.

¿Esta película tendrá un final feliz? ¿Hay luz al final del túnel?

Siempre uno tiene la esperanza de que va a pasar algo grande. ¿Hasta cuándo vamos a aguantar? Algo tiene que ocurrir. No sé qué es, pero me da miedo que no haya un poco de esperanza. Estamos volviendo a situaciones pre-democráticas en el recorte de derechos.

Sí hay algo nuevo, nuevas formas de salir a la calle, nuevas formas de asociarse, un planteamiento de que esto no vale, de que esta Constitución no vale, de que estos partidos no nos representan. Esto sí es cierto. ¿En qué momento de la historia reciente ha salido toda la sociedad a la calle? Médicos, enfermeros, profesores, estudiantes, bomberos, funcionarios, policías... esto está pasando. Sólo falta una referencia clara que nos permita unirnos y dar una respuesta que cambie esto. Pero esto ya es esperanzador.

Las últimas manifestaciones de la huelga general fueron alucinantes. Igual que en Grecia ha sido Syriza, nos hace falta algo que no sea lo de siempre, porque este bipartidismo no nos lleva a ningún lado. Esa es la esperanza y ahora queda ver si entre todos tiramos el muro para ver la luz al final del túnel.

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