Ya es peor (pero no para ti)

Niños refugiados en el campo de refugiados griego de Kalohori - Sakis Mitrolidis / AFP
Niños refugiados en el campo de refugiados griego de Kalohori - SAKIS MITROLIDIS  / AFP

"-¿En qué trabajas? 

-En generar información veraz sobre las migraciones y difundirla para permitir que estas puedan contribuir a la generación de prosperidad, evitando muerte y sufrimiento. 

-Vaya, qué interesante, en este país hay mucho racismo. Hay racismo en el norte con la gente que viene del sur. Ahora hay mucho racismo con los inmigrantes. 

-En este país hay fascismo. En Europa hay fascismo.


-¿Sí? No lo sé, quizás, ¿tu crees? Pero no un fascismo como el antiguo. 

-Bueno, igual no, pero muy parecido.

-Pero no va a ser nunca tan malo como fue antes, no vamos a llegar a esos niveles.

-Ya hemos llegado a esos niveles. Lo que pasa es que no tienes gente conocida entre las afectadas. Hay cientos de miles de personas muriendo sin socorro en el mar, abandonadas en mitad el desierto, aplastadas en vallas, detenidas en campos. En el futuro las próximas generaciones hablarán de nosotras como aquellas que hicimos la vista gorda, que dejamos que todo esto sucediera. Y nosotras lloraremos y diremos que no sabíamos. Pero ya será demasiado tarde.

-Qué horror, es verdad, no lo había pensado así. 

-Ya, yo a veces tampoco. "

Esta es la conversación que tuve con el taxista pullés que nos llevaba al aeropuerto de Turín, después de dos días hablando de narrativas migratorias con el resto de compañeros del proyecto Bridges. Esto en una semana oscura, donde la necropolítica de migraciones Europea se cobraba cientos de vidas. Otro gran momento para recordarnos lo que sucede prácticamente a diario en muchas de las fronteras del mundo, gente que muere intentando moverse de un sitio a otro. No se sabe cuántas personas pierden la vida al año intentando migrar porque muchas de ellas simplemente desaparecen, dejando familias destrozadas, como Askandar, cuyo hermano me escribe todas las semanas en una infinita agonía que él ha transformado en lucha. Decenas de miles, no, seguramente cientos de miles, más bien, han muerto estos últimos años intentando migrar. Cada vez mueren más, porque cada vez la gestión de las fronteras es peor. Año tras año se eleva la inversión en securitizar mientras disminuye proporcionalmente la humanidad de la gestión. Pero cada vez importa menos. Nos hemos acostumbrado. Y ya no lo vemos. Es como si murieran porque quieren, no porque nuestras políticas los estén matando.

"-En España cuando hablamos de migraciones yo suelo intentar recordar que nosotras somos un pueblo migrante y resultado de muchísimas migraciones. Siempre me sacan el tema de que en los años cincuenta nosotras migramos con papeles, cosa que no es cierta. 

-Pues anda que en Italia que lo que dicen es que migramos pero, que lo hacíamos para trabajar honradamente. Pero si exportamos la mafia ¡la mafia!

-Vaya, pues es verdad, nunca lo había pensando."

Cualquier tiempo pasado no fue mejor, pero sí puede ser mejor el futuro. De nosotras depende. Otra razón para votar con conciencia y con contundencia. Poder mirar el pasado con orgullo y no con tremenda vergüenza, para empezar.