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Úrsula Corberó interpreta a Rosa Peral en la miniserie 'El cuerpo en llamas' de Netflix.
Úrsula Corberó interpreta a Rosa Peral en la miniserie 'El cuerpo en llamas' de Netflix.
Úrsula Corberó y Quim Gutiérrez protagonizarán la serie sobre el crimen de la Guardia Urbana en Netflix
Úrsula Corberó y Quim Gutiérrez protagonizarán la serie sobre el crimen de la Guardia Urbana en Netflix

Netflix incendia el crimen de la Guardia Urbana

Quim Gutiérrez y Úrsula Corberó protagonizan una miniserie basada en el libro ‘Sólo tú me tendrás’ del periodista de ‘La Vanguardia’, Toni Muñoz. Su estreno viene precedido por la petición de Rosa Peral a la justicia del «secuestro» de esta ficción sobre el caso por el que fue condenada a 25 años de prisión. Esto sucede mientras la plataforma lanza simultáneamente un documental donde concede su primera entrevista desde la cárcel.

Aurora Muñoz

El 4 de mayo de 2017 apareció un coche quemado junto al Pantano de Foix, en Barcelona. En su maletero encontraron un cadáver calcinado y una bala. El cuerpo pudo ser identificado gracias a un tornillo de titanio que no se consumió y tenía un número de inscripción. Resultó ser la prótesis que llevaba en la espalda Pedro Rodríguez, un agente de la Guardia Urbana de la capital catalana, que había cumplido los 38 años. En ese momento, comenzaba a desentrañarse el caso que las principales firmas de la crónica negra popularizaron como el crimen de la Guardia Urbana.

No se pudieron extraer huellas del lugar de los hechos, tampoco se encontró el arma y el cadáver no dejó vestigios de la forma de la muerte. Sin embargo, la investigación logró reunir indicios suficientes para acabar implicando a la pareja de la víctima, Rosa Peral, de 36 años en el momento del crimen, y a su amante, Albert López, de 39. Ambos admitieron encubrimiento y se acusaron mutuamente de la autoría de la muerte, que se produjo en la vivienda que la víctima compartía con la acusada en Vilanova i La Geltrú, dos días antes que el cuerpo fuera encontrado.

Fotograma de la miniserie de ficción 'El cuerpo en llamas'.
Fotograma de la miniserie de ficción ‘El cuerpo en llamas’.

A finales de marzo de 2020, tras seis días de deliberaciones, ocho de los diez miembros del jurado popular consideraron a Peral y a López culpables de un delito de asesinato con alevosía. Fueron condenados a 25 y 20 años de cárcel, respectivamente y a indemnizar a la familia de la víctima con 885.000 euros. Peral, a quien se añadieron cinco años más por el agravante de parentesco, lleva ya tres años en prisión y desde entonces no ha dejado de insistir en su inocencia. Los condenados recurrieron la sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y el Tribunal Supremo, pero ambos la ratificaron. Ahora, la que fuese pareja de Pedro Rodríguez libra una nueva batalla ante la justicia.

Peral rompe su silencio desde prisión

«A mí me gustaría que se viera la persona que soy, no la persona que han vendido los medios de comunicación. Lógicamente va a ser muy complicado que pueda contar todo lo que he pasado, hablar sobre todo este linchamiento que han hecho conmigo antes, durante y después del juicio. Si en vez de ser una mujer, esto le estuviera pasando a un hombre​, no se estaría pensando si ha tenido una relación X o una relación Y. A lo mejor intentarían buscar realmente las pruebas que toca para saber qué le ha pasado a Pedro», defiende Rosa Peral en su primera entrevista desde la cárcel para el documental Las cintas de Rosa Peral. La producción, que está dirigida por Manuel Pérez y Carles Vidal, se ha estrenado el 8 de septiembre en Netflix junto con El cuerpo en llamas, una miniserie sobre el caso protagonizada por Úrsula Corberó y Quim Gutierrez, con la producción de Arcadia Motion Pictures. 

La plataforma ha reforzado el lanzamiento de su ficción con este largometraje de una hora y 20 minutos que presenta como un producto con anclaje total a los hechos y cuenta con testimonios del entorno más cercano a Peral, además de material inédito perteneciente a su archivo personal de vídeo y foto. De esa manera, Peral toma la palabra por primera vez desde que cumple condena y denuncia el tratamiento mediático del caso. «He llegado a escuchar barbaridades por la tele que me sorprende que se puedan decir. Me hablan de derecho a la información, pero ¿qué tipo de información es esa? Antes de entrar al juicio, ya conocían mi nombre, ya conocían el caso, cómo se había explicado y era muy difícil contar lo que había pasado. (…) Han creado un personaje», argumenta en una videoconferencia.

Sobre ella se ha escrito mucho y se han llenado horas de televisión, hasta convertirse en el foco de los casos más mediáticos de los últimos años. El suceso lo tenía todo para despertar el interés de la opinión pública: un nudo de relaciones laborales, triángulos sexuales y parejas tóxicas, engaños, violencia policial y pornovenganza dentro del Cuerpo. «Hay algo del true crime que genera mucho morbo y también surge en el espectador esa necesidad de entender algo que su cerebro no está capacitado para comprender, porque tú nunca lo harías. En este caso en concreto, los protagonistas no son psicópatas y ni asesinos en serie. Mi personaje es alguien que en cierto punto de saturación y de malos entendimientos decide hacer algo inesperado. Yo creo que eso, unido a la posibilidad de adentrarte en su pasado, va a generar empatía. Al verla, llegas a plantearte cómo reaccionarías si te sucediera algo similar», plantea Úrsula Corberó.

El intento de secuestro de la serie

La actriz se pone en el lugar de Peral y ha llegado a cuestionarse si su popularidad entronca con una tradición machista que rodea a las bautizadas por los cronistas de sucesos como «viudas negras». «No estoy justificando nada de lo que hizo, pero sí que me he preguntado: ‘Si Rosa hubiera sido un hombre, ¿habría sido tan noticia?‘ Porque hay muchas mujeres que mueren todos los días por violencia machista», añade.

El equipo de El cuerpo en llamas asegura que ha dejado el menor espacio posible a la especulación sobre las intenciones de los personajes y los momentos incriminatorios son narrados de forma subjetiva, como parte de la reconstrucción de los Mossos, aunque los interpreten en flashback los protagonistas. Sin embargo, eso no ha evitado que la serie llegue con una campaña promocional previa e involuntaria. Rosa Peral ha denunciado preventivamente a Netflix y ha solicitado la paralización del estreno de la ficción por entender que puede vulnerar su derecho al honor. Lo contradictorio es que lo hace en paralelo al estreno en la misma plataforma del documental producido por Brutal Media que se centra en su versión de los hechos.

La magistrada del juzgado de primera Instancia 54 de Barcelona ha inadmitido la petición por falta de competencia territorial en un auto que no tiene posibilidad de recurso y en consecuencia, abogada de Rosa Peral, Nuria González, ha manifestado que no descartan emprender nuevas acciones legales. «Es una falta de tutela judicial brutal», ha declarado la letrada en una entrevista en Catalunya Ràdio. Durante esta intervención radiofónica, ha recordado que la demanda vino motivada por la presencia de menores en la serie y ha remarcado que hasta se utiliza la imagen de las hijas de Peral en el tráiler.

Quim Gutiérrez y Úrsula Corberó posan en la alfombra roja de la premiere de 'El cuerpo en llamas'. Foto: Pablo Cuadra, cedida por Netflix
Quim Gutiérrez y Úrsula Corberó posan en la alfombra roja de la premiere de ‘El cuerpo en llamas’. Foto: Pablo Cuadra, cedida por Netflix

«La parte legal queda en manos del Departamento Legal de Netflix y tengo plena confianza en la plataforma. Nosotros nos limitamos a la parte creativa y nos repetimos que estamos haciendo un personaje de ficción, aunque esté basado en un personaje real. Es cierto que, leyendo el guion en la intimidad de mi casa, hubo momentos en los que pensaba que, efectivamente, hay alguien que va a verse representado en otro y ese otro soy yo. Eso genera cierto respeto y, sin entrar en ningún tipo de juicio de valor, me gustaría pensar que en mi objetivo es la máxima veracidad, la humanización, huir del cliché y del titular para intentar hacer el papel de alguien que, con sus circunstancias, llegó a cometer aquello», puntualiza Quim Gutiérrez.

La sobreexposición mediática del caso

El relato de los hechos no es desconocido para la audiencia. El caso fue abordado en El crimen de la Guardia Urbana, una docuserie estrenada en enero de 2022 con la que se iniciaba el programa Crims de Carles Porta, emitido en Catalunya Radio. Este formato ha ganado el premio Ondas y terminó por convertirse en una miniserie de cuatro capítulos de Movistar Plus+ que dedica la primera entrega a los hechos probados y la segunda, a la versión que da Rosa Peral; mientras que el tercer episodio se centra en Albert López y se reserva el último para el desarrollo del juicio. Porta interpela al espectador y lo invita a ponerse en el lugar de los investigadores o los miembros del jurado. A lo largo del metraje, queda al descubierto el pasado de los protagonistas de este triángulo.

Peral había denunciado haber sido víctima de un caso de pornovenganza por parte de un subinspector de la comisaria de Ciutat Vella. El acusado quedó absuelto por falta de pruebas que acreditasen que fue él quien envió la fotografía sexual. La sentencia recoge que «no se discute que el correo que se envió utilizando el usuario y contraseña de Rosa Peral ni que las fotografías las hicieran para compartirlas. Lo que no se ha acreditado, fuera de toda duda razonable, es que efectivamente el acusado conociera las claves de acceso al correo de Rosa Peral y que las utilizara para enviar el correo». La resolución llegó cuando ya se conocía la implicación de la víctima en el crimen y, por esa razón, ella ha defendido que su credibilidad se vio lastrada. El documental Las cintas de Rosa Peral recoge la grabación de una llamada entre la demandante y un hombre que reconoce haberlo hecho. Este audio se reprodujo en el juicio, pero no se acreditó «sin ningún género de dudas» que la voz fuera la del demandado. 

Asimismo, López fue grabado fuera de servicio dando una brutal paliza a un mantero en el centro de la capital catalana. Sucedió en 2012 y SOS Racismo divulgó las imágenes de la agresión para visibilizar el caso, pero las lesiones infringidas solo supusieron una falta penada con una multa —de 10 euros diarios durante 30 días— y no le impidió seguir trabajando como agente de la Guardia Urbana. Dos años más tarde, participó en la detención en Montjuïc de un hombre que acabó despeñándose por un terraplén de 20 de metros de altura y murió. Tras una investigación interna y con Peral como testigo, López fue absuelto. El caso fue reabierto tras la detención de los dos acusados y el registro de nuevas declaraciones en las que los dos modificaban su versión de lo sucedido, pero acabó archivado por falta de pruebas.

Incluso Rodríguez, la víctima de este caso, había estado suspendido de empleo por haber pegado a un motorista que se saltó un control de tráfico en la carretera de la Rabassada. Al poco, el agredido retiró la denuncia y el agente se reincorporó a su trabajo. Sin embargo, en el momento en el que se produjo el crimen tampoco ocupaba su puesto. Estaba de baja por una operación de espalda que le practicaron en septiembre.​

Estos antecedentes dibujan un escenario donde la violencia y la impunidad van de la mano. En ese sentido, Quim Gutiérrez defiende que, aunque no es la pretensión de esta serie que se apoya en el libro sobre el caso que hizo el periodista Toni Muñoz [Solo tú me tendrás], puede ayudar a denunciar la masculinidad frágil. «Toda buena ficción plantea un montón de cuestiones que van más allá de cómo han acabado los protagonistas. A mí me costaba mucho imaginar lo que le había llevado a pensar que la única opción para continuar viviendo era matar a otro. Necesite tirar de la ‘biblia del personaje’, conocer su biografía y las heridas abiertas. Así fue como el personaje se llenó de traumas dolorosos, muy anclados en el pasado, que quedan ocultos tras una fachada de seguridad y solvencia física», desarrolla el actor. «Eso te lleva a otros temas que tienen que ver con el porqué de lo que ocurre y el entorno laboral en el que trabajan. Las características emocionales que allí imperan son de un alto nivel de competitividad masculina. La reflexión está servida y es bueno que se produzca», reivindica Gutiérrez.

Cartel promocional de 'El cuerpo en llamas'
Cartel promocional de ‘El cuerpo en llamas’

«El tema de la pornovenganza también está muy presente en la serie porque a Laura Sarmiento, la guionista, le parecía interesante ahondar en el hecho de que una persona sea culpable de un delito no significa que no pueda ser víctima en otro momento de su vida«, añade Úrsula Corberó. «Eso tiene mucho que ver también con los blancos y los negros. Nosotros hemos querido movernos en una zona de grises a la hora de enfocar el relato y contar la vida de este personaje. Peral estuvo marcada por un pasado traumatizado y nadie sabe cómo eso pudo influirle», introduce. Aun así, la actriz trata en todo momento de separar su interpretación de la psicología de la protagonista del caso: «Cuando hablo de ella, me refiero siempre al personaje. La única manera de que pudiera explorar todas estas capas era alejarme mucho de la persona real, no solo en favor de la trama, sino también por una cuestión de protección mental», matiza. Como ella, Carles Porta ya planteaba en su serie documental que «un crimen es un fracaso colectivo» y concluía que la mejor inversión en prevención es aumentar los recursos para cuidar la salud mental y los servicios sociales.