¿Por qué la gente hace cola antes de subir al avión?

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Uno de los aspectos más farragosos de viajar en avión es todo lo que sucede antes de que el aparato despegue: el traslado al aeropuerto, la facturación, los controles de seguridad y la espera para embarcar que suele incluir una larga y a menudo inexplicable cola. ¿Por qué nos gusta arremolinarnos ante la puerta de embarque como si hubiese un premio para los primeros que se sientan? 

Sí que hubo un tiempo, algunos lo recordaréis, que aerolíneas lowcost como Ryanair no daban un asiento numerado a cada pasajero: eran tiempos oscuros de codazos y carreras por las pistas para poder sentarte con tu acompañante. Ahora no nos consta que ninguna aerolínea ofrezca pasajes “sin numerar” como en los cines. Entonces, si ya sabemos dónde nos vamos a sentar y nadie nos puede “robar” el asiento, ¿por qué tanta prisa? ¿por qué tanta cola? 

(Casi) todo tiene su explicación y las soporíferas colas antes de subir al avión también tiene la suya, aunque no todos deciden hacer cola en vez de esperar sentados por la misma razón: unos lo hacen (a su juicio) por practicidad y otros por el ‘efecto Vicente’: ya sabéis, ¿a dónde va Vicente? Ahí, justo, donde va la gente. 

Ocho explicaciones para las colas antes de subir al avión 

Cola en aeropuerto - Fuente: Depositphotos
Cola en aeropuerto – Fuente: Depositphotos

Al parecer, según señala este artículo del Washington Post, los trabajadores de las aerolíneas tienen hasta un nombre para los primeros que se ponen a la cola: gate lice o piojos de puerta. Un término despectivo que se une a otros muchos que usan los profesionales en petit comité para ridiculizar a los clientes más “molestos”.  

Pero al final lo clientes más molestos, que molestan, a su vez, a otros clientes, también pagan y también tendrían algo que decir sobre las molestias de subir a un avión, las cuales no logran aliviar los trabajadores que ejercen su labor con mayor o menor profesionalidad.

Y es que parece mentira que en pleno siglo XXI no hayamos puesto en marcha un sistema de embarque un poco más eficiente más allá de separar a priority, VIPs y demás zarandajas del piojoso vulgo. Pero no sigamos por ahí y tratemos de dar explicación a las famosas colas preembarque. 

El ‘overbooking’ 

El temor al overbooking o sobreventa es una de las razones por las que nos pegamos por ponernos los primeros en la fila de embarque. Sí, en pleno siglo XXI hay piojos pegados a las puertas de embarque y aerolíneas que venden más pasajes de los disponibles… ¡legalmente! El reglamento CE Nº2 61/2004 en su artículo 4.1 regula estas prácticas enfocadas a conseguir transportes completos de forma que se eviten los asientos vacíos por las cancelaciones de última hora.  

Por supuesto, el pasajero que no puede embarcar tiene una compensación, pero ¿cómo se compensa adecuadamente que no puedas subir a un avión para el que tienes un billete pagado con todo lo que conlleva? Pero, en fin, todo sacrificio del cliente es poco para contribuir a que las cuentas de las sufridas aerolíneas estén lo más saneadas posibles.  

De cualquier forma, y aunque el overbooking, en la práctica, es poco habitual, una de las razones por las que algunos pasajeros tienden a ponerse en la cola es para evitar ser víctima de la sobreventa. Y es que son los últimos en embarcar los que tienen más riesgos de recibir el alto: “perdone, caballero, tenemos overbooking”. “Ah, muy bien, no importa, encantado de no poder viajar a pesar de haber pagado para ello”. 

El equipaje 

Maletas
Maletas

Pero tal vez la razón principal de las colas en la puerta de embarque, a nivel puramente práctico, sea el asunto del equipaje. Seguro que alguna vez os han dicho que vuestro equipaje va facturado en bodega: esto suele suceder desde determinado punto de la cola una vez que los responsables del vuelo lo consideran oportuno por razones operativas, generalmente relacionada con el peso. Por eso algunas personas prefieren ponerse delante, para que nos les facturen la maleta. 

También influye el uso del maletero de la cabina. Seguro que también te habrá pasado que, cuando llegas por fin a ocupar tu asiento, todos los maleteros están ocupados, no solo por maletas, también por chaquetas y todo tipo de bizarros enseres a pesar de la insistencia de la tripulación de usar los maleteros exclusivamente para el equipaje. “Perdone, señorita, ¿dónde meto mi maleta?” “Pues, vamos a ver…”. Y tu maleta termina en la otra punta del avión lo que complicará tu acceso a la misma cuando aterrices. Y esa es la razón por la que algunos pasajeros prefieren llegar lo antes posible.  

La comodidad de llegar primero 

En línea con lo expuesto con el tema de los equipajes está el aspecto de la comodidad de llegar antes a tu asiento, especialmente antes que tus compañeros de fila. ¿No os ha pasado nunca en un medio de transporte que te sientes invadiendo el terreno de otra persona cuando llegas después que él a tu asiento?  

Es como si tu compañero tuviera más derecho que tú a usar el espacio, aunque hayáis pagado lo mismo. Pero ha llegado antes y ya tiene todo el set perfectamente estructurado: el portátil, el agua, el libro, el cojín, los auriculares, etc. Y a ti te da apuro hasta buscar el cinturón de seguridad no vaya a ser que lo molestes que seguro que está haciendo cosas muy importantes. Al final optas por sentarte, ocupar el menor espacio posible y empezar a mirar la hora para ver cuándo termina el viaje. Y esta es otra razón por la que algunos pasajeros prefieren ponerse en la cola lo antes posible: se trata de llegar lo más rápido posible para “acampar” en el asiento.

Perder una conexión aérea 

Aeropuerto - Fuente: Pexels
Aeropuerto – Fuente: Pexels

En algunos casos, aquellos pasajeros que usan el vuelo como conexión con otro posterior, tienden a actuar como más celeridad en todo el proceso, incluyendo montar lo antes posible para no tener problemas, especialmente con el equipaje. Si vas justo de tiempo y te facturan la maleta o te la colocan en la otra punta del avión, te será más difícil salir a tiempo, teniendo en cuenta el overbooking (metafórico) que se monta a la salida de los aviones, que merece otro artículo paralelo: ¿por qué la gente se pone tan tensa para desembarcar siendo capaces de estar varios minutos varados de pie sin poder moverse? 

Falta de experiencia 

Tendemos a creer que todo el mundo que viaja en avión es un súper experto que es capaz de pasar el código QR por el lector hasta con los ojos cerrados. Pero no es así: no todos los pasajeros están acostumbrados a las mil y una rutinas, más o menos absurdas, de viajar en avión, entre ellas, la forma en la que embarcamos. Y, por ello, las personas con menos experiencia tienden a ponerse a la cola por si acaso tienen algún problema tener más tiempo para solucionarlo. 

Falta de información 

Aeropuerto - Fuente: Unsplash
Aeropuerto – Fuente: Unsplash

Incluso aunque hayas viajado mil veces en avión, nunca se sabe con las rutinas prevuelo que implementan las aerolíneas. A lo mejor ha surgido una nueva categoría priority y tu grupo de viaje debe embarcar por un sótano húmedo sin iluminar, para que los viajeros que han pagado un extra no te vean y se sientan azorados al compartir vuelo contigo.  

Y como nunca se sabe el orden en el que se monta con tantos grupos como hay actualmente, muchos pasajeros optan por adelantarse en la cola para escuchar mejor la información que ofrecen, a menudo en sottovoce, los responsables del embarque. “¿Qué ha dicho? ¿qué embarquen primero los zurdos o los nacidos en primavera?” ¿Y si te equivocas y montas con los diestros siendo zurdo? ¿Qué pasa? ¿Te dejan fuera? ¿Te riñen por no estar atento al orden? Así que estando en primeras posiciones puedes compartir angustias previaje con otros pasajeros atribulados.  

Sobreexcitación viajera 

Otro factor que acelera a los pasajeros en las puertas de embarque es la sobreexcitación previa al viaje. Es un factor que afecta especialmente a los turistas que van a hacer un viaje de vacaciones: es una reacción común, que puede resultar un tanto molesta para otros viajeros que vuelen por razones profesionales, pero comprensible, aunque siempre dependiendo de los efectos sobre el resto de la cola de ese exceso de estimulación que, además, suele ser contagioso: de repente, hasta el CEO que viaja por enésima vez a ese destino se muestra ansioso por llegar al asiento.  

Carácter gregario 

Aeropuerto - Fuente: Unsplash
Aeropuerto – Fuente: Unsplash

Y hablando de “contagios”, no se puede negar que nuestro carácter gregario influye en las colas del embarque aeroportuario y en otras tantas situaciones que vivimos a diario. Ya lo dice de forma muy gráfica Shira Gabriel, profesora de psicología consultada en el artículo del Washington Post antes mencionado: “La gente hará cualquier cosa rara si cree que esa es la forma de comportarse”.  

Para qué vamos a pensar por nosotros mismos si una cosa es correcta o no: si hay que embarcar haciendo el pino porque los demás lo hacen, adelante. Así que si todo el mundo está aglomerado en una puerta, aunque sea evidente que así no es el modo cívico de organizar un embarque ni organizar nada, qué importa: “al montonín”, que dicen en mi tierra.  

Principio de escasez 

Rizando el rizo de la interpretación psicológica de nuestro comportamiento como pasajeros ante la puerta de embarque, hay quien dice que esta costumbre también tiene que ver con el principio de escasez, ese truco para incitarnos a comprar del que también os hemos hablado.  

En este sentido, se trataría de una reacción psicológica fruto también de nuestro carácter gregario, pero con una vuelta de tuerca: “si todos están a la cola, es que hay algún beneficio en ello”. Por lo expuesto anteriormente, ya sabemos que hay pasajeros que quieren evitar males mayores entrando antes en el avión. Pero, por el momento, siguen sin dar caramelos a los que primero se sientan. Bueno, quizás a los de business sí. 

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