Ocho cosas que sorprenden a los turistas en los supermercados españoles

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Fue en 1957 cuando el ministro franquista de comercio Alberto Ullastres lanzó un plan de desarrollo conocido como “Operación Supermercado” destinada a establecer una red de autoservicios de capital público para modernizar España. 

Hasta ese momento, a pesar de algunos grandes almacenes como El Corte Inglés o Galerías Preciados, la compraventa de alimentos dependía de los comercios tradicionales, como los colmados, las tiendas de ultramarinos o los propios puestos de los mercados. El resto de la historia ya la conocemos, ¿no? 

El concepto de supermercado de autoservicio surgido a principios de siglo XX en Manhattan ha cambiado el modo en el que consumimos hasta el punto de que comprar en el súper se ha convertido en una rutina habitual de nuestras vidas, estableciendo también un negocio multimillonario con imperios como el propio Mercadona en España o Walmart en Estados Unidos, siendo esta última el minorista más grande del mundo que ofrece mayor oferta de empleo privado.  

Pero a pesar de ser un concepto netamente occidental asociado al consumismo y al individualismo norteamericano, todavía hoy existen considerables diferencias entre los supermercados del mundo, quizás cada vez menos, sobre todo en las estrategias de marketing, pero sí todavía matices asociados a las costumbres de consumo y patrones alimenticios de cada área mundial.  

Desde luego, no comen igual los rusos, que los japoneses, ni los de Austin que los de Cuenca. Así pues, es lógico que los supermercados de cada país muestren estas diferencias que, en ocasiones, pueden ser más que hilarantes: aquellos que hayan visitado un súper en Japón o en Estados Unidos, a buen seguro que habrán alucinado con muchos detalles. Pues lo mismo cuando Hiroshi o Megan entran en un Mercadona, un Alimerka o un Ahorramás y ven… 

¿Un ‘bakery’ en el súper? ‘What’? 

Tipos de pan - Fuente: Pixabay
Tipos de pan – Fuente: Pixabay

Aunque hasta el Ahorramás ha decidido cerrar la panadería tal y como la venía teniendo en los últimos años, es un hecho que la mayor parte de supermercados españoles tienen un espacio considerable dedicado al pan y los dulces.  

Fue la asturiana Alimerka una de las primeras cadenas de supermercados, allá por finales de los 90, la que introdujo un espacio de panadería y repostería propias que fue todo un éxito. Ya no se necesitaba ir a comprar al súper y luego a por el pan a la panadería: podías hacerlo todo en el mismo lugar.  

Teniendo en cuenta que el pan no es un complemento alimenticio tan habitual en numerosos países, no es de extrañar que los turistas alucinen con la cantidad de tipos de pan que podemos encontrar aquí: picos, bregado, chapata, pistola, trenza, rosca, payés… Un paraíso para los muy paneros y un dilema irresoluble para Apu que acaba de llegar de Bangalore o Sue que viene de Brisbane.  

Pescado con cabeza 

Pescado - Fuente: Pixabay
Pescado – Fuente: Pixabay

Varios videos virales recientes mostraron como algunos turistas, especialmente estadounidenses, se sorprendían al ver el pescado de una pieza y con cabeza. Conviene recordarle a Rusty y Dakota que los peces necesitan la cabeza para subsistir bajo el agua. Pero a lo mejor verlos expuestos sobre el hielo de la pescadería sin decapitar puede provocar que pierdas un poco la afición al mero o al rodaballo.  

¿Huevos sin refrigerar? ¿Y si nace un pollito en el súper? 

Huevos - Fuente: Pixabay
Huevos – Fuente: Pixabay

Ni la leche ni los huevos están refrigerados en el súper, pero en cuanto llegamos a casa, lo primero que hacemos es meter los huevos en la nevera. ¿Por qué? Consideramos que en la nevera hay menos riesgos para los mismos, ya que es el lugar con la temperatura más estable… no tanto porque un pollito vaya a romper el cascarón y nacer si lo metemos en el armario y le da el sol. Recordemos que no todos los huevos están fertilizados y, además, necesitan el calor de la gallina para nacer.  

De cualquier forma, en países como Estados Unidos, optan por limpiarlos y refrigerarlos siempre lo que amplía la fecha de consumo preferente, razón por la cual muchos turistas se pueden sorprender. Como lo hacemos los españoles en otros países, como Islandia, cuando comprobamos que la leche no es UHT y no puede mantenerse fuera del frigorífico, aunque no esté desprecintada. 

‘Where is my Dr. Pepper Cherry Vanilla Cream Soda Caffeine Free Zero Sugar? What a f#&*!!!’ 

Dr. Pepper - Fuente: Pixabay
Dr. Pepper – Fuente: Pixabay

Vale, sí, que en la panadería tenéis bregado y chapata, pero en la zona de bebidas faltan un montón de variedades. Y en la de aperitivos y extrusionados, y en la de congelados… Cualquiera que haya entrado en un súper de Estados Unidos habrá notado la inmensa variedad de productos que tienen, especialmente comida preparada e industrial. Lo mismo se puede decir de Japón y sus mil y un sabores de tantos y tantos productos. 

Así que es normal que cuando Yayoi o Cory entran en un súper español sientan algo de decepción ante la reducida gama de algunos productos. Así que por mucho que busques el Kit Kat de wasabi aquí no lo vas a encontrar, Akihiro. Pero ¿viste que tenemos garrafas de cinco litros de aceite? Están protegidas en una caja fuerte junto al Dom Pérignon, pero ahí están. 

¿Puedo pillar una birra? ¿Solo una? 

Mahou
Mahou

Seguro que has visto muchas veces esas películas en las que un tipo con gorra manchado de hollín mete en su GMC un pack de Budweiser mientras se dirige a casa tras una dura jornada de trabajo en la fundición. Pero no es que Mack pretenda bebérselas todas mientras ve el partido de los Cardinals, es que no se puede comprar una sola: al parecer hay que llevarse todo el pack. Aquí en España, sin embargo, sí puedes comprar una sola lata de cerveza… aunque no un solo yogur, ¿no? 

¿Jack Daniel’s en el súper? ¡Y a estos precios! 

Jack Daniel's - Fuente: Unsplash
Jack Daniel’s – Fuente: Unsplash

Seguro que cuando Lemmy de Motörhead venía de gira por España, disfrutaba haciendo la compra el mismo en el súper de la esquina. No tenía que pasarse por la licorería para hacer acopio de Jack Daniel’s, podía llevarse un par de botellas junto a los aguacates, el jamón york y el pan de molde. Y es que, en muchos países, las bebidas de alta graduación solo pueden adquirirse en establecimientos especializados, conocidos como licorerías.  

Y luego está el precio, claro. Para Niklas que viene de Bergen es un alucine comprarse una botella de Bombay Sapphire y no tener que pedir una segunda hipoteca para financiarla.  

¿Pero dónde están el AR-15, las granadas y los opiáceos? 

AR-15 - Fuente: Wikimedia
AR-15 – Fuente: Wikimedia

Pero probablemente la diferencia principal entre nuestros supermercados y los de Estados Unidos, es que aquí no puedes entrar y llevarte un fusil de asalto calibre 5,56 y unos cuantos medicamentos opioides.

O al menos así era hasta hace poco en los Walmart de este país, que hasta 2022 estuvo bajo el ojo del huracán por vender armamento a sus clientes. Así mismo, también se vio obligada a pagar una cuantiosa multa para resolver reclamaciones por opioides administrados a clientes de forma errónea.  

No puedo comprar fusiles de asalto, pero tenéis a un tipo afilando un cuchillo 

Cortando jamón - Fuente: Depositphotos
Cortando jamón – Fuente: Depositphotos

Por mucho que Tiffany recorra los pasillos del Mercadona no va a encontrar una Smith & Wesson, pero sí que se puede encontrar a un cortador de jamón, que la cadena implantó desde 2017 como complemento al corte de máquina. Los turistas más fanáticos de la delicia más cañí de nuestra dieta alucinan cuando ven el esmero con el que los cortadores de jamón ejecutan su tarea. Y es que, a pesar de la globalización y demás, cada súper es de su padre y de su madre, ¿verdad? 

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