Así es el pueblo marinero favorito de María Pombo

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El docureality de María Pombo estrena el 23 de febrero su segunda temporada en Prime Video. La primera parte mostró, entre otras cosas, su devoción por Almería, uno de los paraísos costeros más singulares de la península ibérica. Porque localidades como La Isleta del Moro, Rodalquilar o Las Negras y playas como Mónsul, Genoveses o Los Muertos no tienen parangón en nuestro país. 

Pero el pueblo en el que las Pombashians se daban un baño de multitudes es Agua Amarga, localidad de tradición marinera que sirve de nexo entre el Levante Almeriense y el Parque Natural Marítimo-Terrestre de Cabo de Gata-Níjar. Si aún no lo conoces, acompáñanos recorriendo sus calles y su entorno, plagado de senderos y playas. 

Agua Amarga y el bendito ‘secarral’ del Cabo de Gata 

Agua Amarga - Fuente: Depositphotos
Agua Amarga – Fuente: Depositphotos

Nos hablaron de un fin de año escuchando el rumor de las olas del mar bajo la luz tenue y plata de la luna. Sin matasuegras, ni campanadas, ni petardos. Solo una hoguera, una guitarra y unos amigos. ¿Y dónde dices qué está? En el Cabo de Gata, tienes que ir… Y desde entonces quedamos flechados por uno de los lugares más sublimes de la costa española, una colección de pueblos, playas y rincones de belleza salvaje que nunca deja indiferente. 

Y no es una frase hecha. No deja indiferente porque no todos los viajeros aprecian esta belleza fiera y árida, lo que algunos llaman con desdén “secarral”. Lo entendemos, cada uno tiene su idea de belleza. Unos no pueden vivir sin el verde, otros prefieren el ocre. Y luego están los que buscan la huella de la belleza en todos los tonos. Para los que venimos del norte, acostumbrados a su naturaleza húmeda y vibrante, Almería es, sin duda, un paisaje chocante… pero maravillosamente estimulante.  

Aquello fue antes de que se inventaran los selfies y los influencers, cuando podías llegar una mañana a una playa y recibir el amanecer acompañado tan solo de tu nostalgia. Y no sacabas el móvil para inmortalizar el momento porque no tenías móvil. Lo inmortalizabas con tu memoria.

Pero entonces veías como a lo lejos venía un grupo de personas con ánimo no muy sereno. Era un fotógrafo con una familia: iba a sacar unas fotos en la playa para la comunión del niño. Con una sonrisa les dejabas el plano libre y te volvías pletórico tras haber tumbado meses de desaliento con media hora de inolvidable soledad en un secarral. ¡Bendito secarral! 

La dulce sensualidad de Agua Amarga 

Agua Amarga - Fuente: Depositphotos
Agua Amarga – Fuente: Depositphotos

Y entre los muchos benditos rincones del Cabo de Gata, Agua Amarga es todo un emblema. Se ubica en el extremo nororiental del municipio de Níjar, ya en la frontera con Carboneras. Y como buena parte de los pueblos de la zona tiene una evidente tradición marinera.  

La típica imagen de decenas de barcas esperando su momento en la arena de la playa de Agua Amarga no es solo una foto para seducir al turista prometiendo autenticidad, es un homenaje a siglos de tradición marinera que sigue presente, en mayor o menor medida, en todo el litoral del Cabo de Gata. 

Mina y pesca tradicional en Agua Amarga 

Agua Amarga - Fuente: Depositphotos
Agua Amarga – Fuente: Depositphotos

Para meternos en faena, podemos acercarnos a las ruinas de transporte de mineral que se ubican en el cerro que flanquea el pueblo por el este. Una ruta corta pero compleja por el terreno plagado de piedras nos acerca a los tramos de una vía que conectaba el embarcadero de mineral de Agua Amarga con las minas de Lucainena de las Torres, a unos 50 kilómetros al oeste, ya en el interior de la provincia. 

Fue la compañía minera de Sierra de Alhamilla la que promovió a finales del XIX un trazado del ferrocarril minero que llevara el hierro de Lucainena para ser embarcado en la ensenada de Agua Amarga. La construcción de este trazado revitalizó el pueblo de forma que durante décadas el tráfico marítimo en la zona fue habitual. 

Pero tampoco faltaba la pesca tradicional, verdadero origen de Agua Amarga, que aún hoy sigue faenando en torno al Cabo. Pero hay que tener en cuenta que el litoral almeriense del Cabo de Gata está protegido por su gran valor medioambiental lo que supone que también la pesca tradicional esté sujeta a regulación: actualmente son 21 los barcos de artes menores con puerto base en Almería y siete con puerto base en Carboneras los que están autorizados para desarrollar su actividad en la Reserva Marina Cabo de Gata-Níjar. 

La herencia de la tradición pesquera puede saborearse, por supuesto, caminando por las calles de Agua Amarga, otro placer cautivador que se disfruta más evitando la temporada alta. En este sentido, el pueblo está encajonado (como otros del litoral almeriense) entre dos cerros, dividiéndose también en dos por una rambla central que desemboca en la playa. 

Al oeste de la rambla, además de varios conocidos restaurantes que ofrecen esas delicias marineras que tanto buscan los turistas, se encuentran más rincones para bucear en los orígenes del pueblo. En el cerro occidental, conocido como El Cuartel, están las cuevas excavadas con ayuda de la erosión del agua y el viento.

Según parece, en estas cuevas llegaron a vivir trabajadores del ferrocarril minero, aunque antes habrían sido morada de piratas. Por supuesto, desde los años 60, como otros tantos rincones de la zona, también acudieron hippies buscando un refugio un poco más solitario que las playas invadidas de turistas europeos. Y coronando el cerro, un búnker, un recuerdo de la Guerra Civil española que tampoco pasó de largo en la provincia.  

Pero el grueso del pueblo se encuentra en el lado oriental de la rambla, donde las casitas encaladas, las palmeras y las callejuelas huelen a Mediterráneo. Pasea por la calle Redonda o la calle Chavala y tal vez encuentres algunos de los rincones en los que se rodó el docureality de la Pombo y su troupe. 

Por supuesto, y como buena parte del Cabo de Gata, en Agua Amarga también encontrarás numerosos negocios vinculados al turismo, desde hoteles, a apartamentos y restaurantes que, con mayor o menor fortuna, tratan de no romper el embrujo. 

Senderismo en torno a Agua Amarga 

Mesa Roldán - Fuente: Depositphotos
Mesa Roldán – Fuente: Depositphotos

Pero una visita a este pueblo no está completa sin unas rutas por su entorno. Aquí os proponemos dos, una que conduce a la legendaria playa de los Muertos y otra que nos acerca a la vecina Las Negras. 

Mesa Roldán y los Muertos 

Las mejores vistas de Agua Amarga las tendrás en Mesa Roldán, ya en el municipio de Carboneras, uno de los mejores miradores de todo el Cabo de Gata, el nexo de unión entre el parque y el Levante Almeriense. La belleza de este lugar no pasó desapercibida para Hollywood que se vino hasta aquí para rodar algunas escenas de Juego de Tronos: uno de sus dragones sobrevoló Mesa Roldán. 

En esta montaña encontrarás la torre construida en tiempos de Carlos III, que se afanó en llenar la costa de construcciones defensivas para proteger este flanco de piratas y potencias rivales, y el faro, otro de los emblemas de la costa almeriense. 

Playa de los Muertos - Fuente: Depositphotos
Playa de los Muertos – Fuente: Depositphotos

Y qué decir que no se haya dicho ya de la playa de los Muertos, una de las playas más veneradas de la costa levantina. Si aún no la conoces, te recordamos que el acceso a la misma requiere de paciencia, pero tal vez si fuera más sencillo aún estaría más llena de lo que está, al menos en temporada alta. 

Debe su nombre poco seductor a los cadáveres de náufragos que eran arrastrados por las corrientes marinas que convergen en esta zona: así que cuidado con pasarte de listo que el mar en esta playa da buenos sustos.  

De Agua Amarga a las Negras 

Cala de San Pedro - Fuente: Wikimedia
Cala de San Pedro – Fuente: Wikimedia

Por último, te recomendamos este maravilloso sendero ideal para conocer de primera mano la belleza de este tramo de costa, una excusa además para bañarnos en varias de sus playas. Son algo menos de 12 kilómetros que pueden recorrerse en menos de cinco horas, aunque dependiendo de las paradas que hagas por el camino. Y evita, por supuesto, los días de más calor o las amenazas de lluvia, que pueden ser torrenciales en esta zona como hemos comprobado más de una vez. 

Uno de los primeros enclaves que pasamos tras dejar Agua Amarga en dirección sur es el de Cala de Enmedio, otro icono almeriense: una playa enmarcada en paredes blancas compuestas principalmente de cenizas volcánicas. La siguiente parada en esta ruta nos lleva a Cala del Plomo, otro antiguo poblado de pescadores con algunas casitas antes de la Punta del Plomo.

Nos alejamos durante un rato de la costa para conocer la Rellana de San Pedro donde se encuentra uno de los paisajes naturales mejor conservados del parque: la estepa termófila, esos “secarrales” que son divinos para muchas especies de aves que frecuentan la zona. 

Y la última parte de la ruta ya camino de Las Negras, otra leyenda almeriense, está plagada de impresionantes acantilados que vuelven a demostrar que este rincón mediterráneo es una bendición para cualquier amante de la naturaleza más salvaje. 

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