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Miles de palestinos de una Gaza arruinada se desesperan por la falta de tabaco

Los habitantes de Gaza se están quedando sin uno de los pocos vicios que les queda. En la franja resulta casi imposible encontrar tabaco.

OSCAR ABOU-KASSEM

El tabaco disponible es de contrabando y de mala calidad. Una cajetilla de 20 cigarrillos que hace cuatro meses costaba 10 shekels (1,7 euros) ahora tiene un precio de 35 shekels (6,1 euros). 'La gente está muy cabreada.

Es muy difícil encontrar tabaco, estamos en contacto con los amigos para cuando alguien compra que avise a los demás. Además son cigarrillos de mala calidad', dice en conversación telefónica desde Gaza Rasmy Elseid. Entre él y su mujer, Senat, consumen unas tres cajetillas al día. Una cifra habitual entre los fumadores de la zona. '¿Dejar de fumar? Lo haremos cuando ya no quede ni un cigarrillo', dice Elseid.

En las calles de Gaza las conversaciones habituales solían tratar sobre la situación política, las negociaciones con Israel o el coste de la vida. Ahora casi todas las tertulias giran en torno al precio del tabaco y donde conseguirlo.

Muchos vendedores solían utilizar el paso de Rafah, en la frontera con Egipto, para introducir el tabaco en Gaza. Pero Hamás decidió antes del verano cargar con un 70% de impuestos el precio a partir de la segunda cajetilla, acabando así con la vía habitual de entrada de cigarrillos.

El tabaco es uno de los muchos productos de consumo que han comenzado a escasear desde que Hamás se hiciera con el control de Gaza a mediados de junio tras acabar con las fuerzas leales al presidente Mahmud Abás. Desde entonces, Israel, que ya limitaba la entrada de muchos productos, ha reducido al mínimo los bienes de primera necesidad.

De contrabando

Los pocos cigarrillos que llegan lo hacen por los túneles bajo la frontera sur con Egipto o camuflados entre la corta lista de productos que Israel deja que entren en Gaza: harina, arroz, leche, azúcar, sal, frutas y algunas medicinas.

'Los alimentos son de mala calidad. La fruta no es ni de primera ni de segunda categoría, es de quinta', se queja el abogado Sameh Abusalim. 'También faltan las medicinas para los tratamientos de cáncer o enfermedades cardiovasculares', comenta Abusalim, que a sus 28 años busca un permiso para trabajar en el extranjero.Muchos trabajadores cualificados han perdido sus puestos de trabajo habituales en los ricos países del golfo Pérsico al no poder salir de Gaza.

El cierre de la frontera, que sigue controlando Israel, también ha impedido a unos 7.000 estudiantes volver a estudiar en las Universidades de los países vecinos, principalmente Egipto y Jordania.

Sin cemento

La falta de tabaco es un mal menor comparado con la ausencia de cemento. La construcción y el resto de actividades que dependen de ella están detenidas.

Los proyectos de obras públicas financiados por otros países, no se pueden completar por la falta de materiales. 'Creo que cerraré el negocio en dos semanas. La mayoría de empresarios tenemos créditos con los bancos y no podemos hacer frente a la deuda', se lamenta el constructor Ali Abushala.

'Desde que hace un mes Israel declaró a Gaza entidad enemiga las cosas se han complicado mucho más. Ahora todos somos rehenes de Hamás y de Israel', relata el empresario.

'Yo deje de fumar en 1979. Ya que no se lo pueden permitir deberían dejar el tabaco', aconseja Abushala. Para los que no se puedan resistir a la adicción a la nicotina les queda una opción más económica. En algunos establecimientos de Gaza se pueden adquirir cigarrillos de tabaco de liar perfectamente enrollados y listos para consumir. Tres cigarrillos salen por unos 20 céntimos de euro.

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