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Sexo, Sadam y cintas de vídeo

La CIA quiso desestabilizar al régimen iraquí difundiendo una grabación falsa del dictador manteniendo relaciones con un niño

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¿Cómo se podría desestabilizar a Sadam Husein antes de la invasión de 2003? En la CIA lo tenían más o menos claro según el diario The Washington Post: un vídeo falso del dictador iraquí manteniendo relaciones sexuales con un menor habría sido suficiente para hacer temblar los cimientos del partido Baas.

Pero si aquello no valía, también se podría interrumpir la emisión de la televisión estatal iraquí dando una noticia falsa de la dimisión del líder.

Aparentemente, no es una nueva superproducción de Hollywood. Jeff Stein, encargado del blog de seguridad del periódico estadounidense, asegura que todas estas ideas flotaban en el aire de los cuarteles de la CIA. Como antes lo hicieron el enviar a Fidel Castro un habano explosivo o montar en vídeo una fiesta gay de Osama bin Laden en las montañas lejanas de Afganistán. 

“Tendría que parecer como que se grabó con una cámara oculta, de baja calidad, con mucho grano, como una grabación secreta de una sesión de sexo', explica uno de los supuestos agentes bajo condición de anonimato, que participaban en este particular brainstorming de los espías para acabar con los malos del mundo.

Según Stein, la CIA tenía muy claro que la  mejor manera de desestabilizar al régimen iraquí era mediante las imágenes y por eso también se plantearon piratear la señal estatal de televisión lanzando mensajes subversivos.

Como la supuesta bacanal homosexual de Bin Laden, que según Stein fue grabada, ninguno de estos proyectos salió adelante. Según algunos oficiales citados por Stein faltó presupuesto. Aunque en la CIA no estaban tan locos como se puede pensar. El ex subdirector de las operaciones secretas por aquel entonces, Hugh Turner, consideraba que todas estas maniobras eran 'ridículas'.

Otras personas consultadas por el periodista explican que aún saliendo a la luz no tenían asegurado el éxito. Las aportaciones 'vinieron de gente que había desarrollado sus carreras en América latina o en Asia'.

'Sadam jugando con niños no habría tenido ninguna repercusión en Oriente Medio, por la simple razón de que a nadie le importa. Montar una campaña de este tipo no habría demostrado más que un total desconocimiento del objetivo, ya que siempre tendemos a pensar que nuestros propios tabúes son universales cuando, de hecho, son sólo nuestros', dijo uno de ellos.

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