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Donald Trump apunta al Despacho Oval

El millonario, dueño del concurso de Miss América, quiere presentarse a la Casa Blanca en 2012

ISABEL PIQUER

Los republicanos se dan de cabezazos contra las paredes. El aspirante a candidato presidencial que despunta seriamente en los sondeos de las presidenciales de 2012 es nada menos que Donald Trump, el multimillonario neoyorquino de 64 años y tupé a lo pompadour, que últimamente se gana la vida despidiendo a celebridades de medio pelo en televisión.

'Creo que soy presidenciable', declaraba Trump esta semana. Cuando ningún conservador, excepto el excandidato y exgobernador de Massachusetts Mitt Romney, concreta sus aspiraciones electorales, Trump, que tampoco ha oficializado sus intenciones, ha sorprendido a todos. Ocupa un honorable segundo puesto, 17% de las intenciones de voto, en una reciente encuesta de The Wall Street Journal, junto al 21% de Romney, y lidera en otros sondeos. Nada mal para alguien que ni es republicano ni siquiera es político.

El magnate dice que Obama no puede ser presidente porque no nació en EEUU

El millonario ha hecho de la partida de nacimiento de Barack Obama su principal argumento electoral, una polémica que incluso los elementos más duros del Tea Party han abandonado hace tiempo. Trump sigue poniendo en duda que el presidente naciera en EEUU (condición sine qua non para ocupar el Despacho Oval), le acusa de haber perpetrado 'el timo más grande de la historia política', asegura que el certificado que presentó el candidato es fácilmente falsificable y que los dos anuncios publicados en diarios de Hawai sólo querían ocultar que Obama nació realmente en Kenia ¿En qué se basa? En nada, pero asegura que ha contratado un equipo de investigadores para averiguarlo.

Trump tiene respuestas para todo. Atacaría Libia sin problemas, siempre y cuando pudiera quedarse con el petróleo: 'De lo contrario, no me interesa'. Y como hombre de negocios pondría rápidamente en orden las cuentas del Gobierno. 'Amo a este país pero este país se está yendo al infierno', afirmó a Fox News. 'El mundo se está riendo de nosotros; si yo fuera presidente, no se reirían'.

El magnate asegura que va en serio. 'Al principio la gente decía: Oh, Trump se lo está pasando bien'. Luego se dieron cuenta de que la cosa se estaba volviendo interesante y ahora ya saben que no estoy jugando en balde', declaró a The WallStreet Journal. De hecho, se ha puesto en contacto con varios grupos evangelistas y con agrupaciones del Tea Party que simpatizan con su estilo. A falta de contendientes interesantes en el bando conservador, de momento Trump acapara el espacio político de la derecha.

Puede hacer pública su candidatura en el último capítulo de su show televisivo

El aspirante a candidato tiene muchas respuestas, excepto para sus propias cuentas. Esta semana, el matrimonio presidencial hizo pública su declaración de la renta y reconoció tener unos ingresos de 1,73 millones de dólares, pero Trump sigue dando largas sobre el alcance real de su fortuna. Su nombre ocupa varios edificios de Nueva York, pero los verdaderos dueños sólo lo usan con fines publicitarios. Es uno de los propietarios del concurso de Miss América. Preguntado en la CNN, Trump se limitó a afirmar que es 'mucho, mucho, mucho más rico que Mitt Romney'. Se estima que su fortuna podría rondar los 150 millones de dólares.

Los ejecutivos de la cadena de televisión NBC, donde Trump presenta el programa Celebrity Apprentice que básicamente consiste en humillar a celebridades de medio pelo para luego despedirlas con un 'You are fired' estruendoso, creen que todo es un bluf para hacer subir la audiencia. Y de momento funciona: el show ha ganado un 20% más de espectadores, en total unos ocho millones, más que cualquier precampaña electoral. Trump ha anunciado que hará públicos sus planes en el último episodio del programa, el 22 de mayo.

Los republicanos están preocupados. 'Algunos lo pueden ver como un momento de diversión, pero esto no es nada bueno para nosotros', decía una de sus responsables en Virginia, Bobbie Killberg. The Club for Growth, un influyente centro de análisis ultraconservador, ha atacado a Trump por alabar el sistema de salud canadiense, muy parecido al que quiere implementar Obama. '¿Trump de presidente? Está de broma. Pero si siempre ha estado a favor de subir los impuestos', se indignaba su presidente, Chris Chocola.

Otros recuerdan que el millonario ha contribuido generosamente a las arcas demócratas. El pasado diciembre mandaba 50.000 dólares a Rahm Emanuel, candidato a la alcaldía de Nueva York y exjefe de Gabinete de Obama. Karl Rove, el excerebro de George Bush, y Eric Cantor, uno de los líderes republicanos del Congreso, le han criticado duramente por resucitar de nuevo la controversia de la partida de nacimiento presidencial.

Pero por el momento Trump despierta morbo y curiosidad, un poco como Sarah Palin. El pasado septiembre la exgobernadora de Alaska consiguió juntar a 1.500 simpatizantes en una cena recaudatoria en Des Moines (Iowa), la primera etapa de las primarias de finales de este año. Nadie recordaba semejante éxito. Pues bien, en junio, los conservadores locales celebran otro evento, esta vez con Trump, y más de 2.500 fieles han prometido acudir. Un récord. Claro que para entonces cualquiera sabe dónde estará el millonario.

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