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Maduro comienza su campaña por la presidencia en el pueblo natal de Chávez

El presidente interino, lidera holgadamente las encuestas mientras Capriles asegura no ser 'la oposición', sino la 'solución a los problemas' del país

MARIO NARANJO (Reuters)

Venezuela arrancó el martes una brevísima campaña electoral, en la que el presidente interino Nicolás Maduro y el opositor Henrique Capriles tendrán solo 10 días para convencer al país de profundizar el legado socialista de Hugo Chávez o apostar por un drástico cambio de rumbo.

El candidato oficialista inició formalmente la carrera por la presidencia con un acto familiar a ritmo de joropo llanero en el patio de la casa donde se crió Chávez, su 'padre' político, y prometió dar una victoria a la 'revolución' el 14 de abril.

Más tarde se dirigió a una multitud en el occidental estado Zulia, mientras su rival congregaba una muchedumbre en el estado de Monagas, al otro extremo del país, donde prometió 'dejar el pellejo' para arrebatarle el poder al chavismo.

El inicio de la campaña fue una señal de la intensidad que anticipa la lucha por suceder al hombre que gobernó la potencia petrolera por casi tres lustros y que falleció el 5 de marzo, seis meses después de haber sido reelecto por otros seis años.

La muerte de Chávez desató una transición política a toda velocidad, que incluyó la convocatoria de unas elecciones relámpago cuando aún la ciudadanía está digiriendo la desaparición del mandatario tras dos años de batalla contra su enfermedad.

'Voy a ser presidente de este país porque él (Chávez) lo ordenó (...) Sentimos a Chávez como un padre. Él marcó nuestra vida', aseguró Maduro desde Sabaneta de Barinas, tierra natal del líder fallecido, en las llanuras del suroeste del país.

Durante el acto, el candidato oficialista cantó y rememoró momentos en honor a su mentor, que lo designó su heredero político poco antes de morir. Las encuestas le dan al ex chofer de autobús de 50 años una ventaja de al menos 10 puntos.

Maduro, que asegura ser el garante de los programas sociales que son sello de la gestión chavista, y que forma parte de la base de su popularidad, repite en sus presentaciones el discurso en el que Chávez pidió en diciembre al país que vote por su delfín, en la fue a la postre su última alocuación pública.

A bordo del mismo camión rojo que usó Chávez, el ex canciller inició un recorrido que terminará en Caracas y que emula la campaña de, en la que ganó su mentor obtuvo su cuarto mandato consecutivo que nunca llegó a asumir.

Pese a su enérgico inicio, los actos de la campaña han sido menos masivos que los que realizaba Chávez y los discursos más breves. Incluso la propaganda oficialista tiene más imágenes del carismático presidente fallecido que de Maduro.

'Estoy aquí por Chávez. Maduro tendrá mi voto y lo apoyaré mientras tenga los mismos sentimientos que Chávez'

'Estoy aquí por Chávez. Maduro tendrá mi voto y lo apoyaré mientras tenga los mismos sentimientos que Chávez', dijo Carlos Guzmán, un campesino de 23 años.

El lema 'Desde mi corazón, Maduro presidente' impreso en gigantografías con la letra manuscrita de Chávez es el telón de fondo del mensaje del candidato que a cada instante recuerda a la militancia acatar la última instrucción del 'Comandante Supremo': votar por él.

El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva dio un espaldarazo al delfín del mandatario al decir en un video transmitido el lunes por el Gobierno venezolano que 'Maduro presidente es la Venezuela que Chávez soñó'.

El candidato de la oposición por la MUD, Hernique Carpiles. -EFE

Por su parte, el joven gobernador del estado de Miranda, Henrique Capriles, intentará recorrer la geografía venezolana buscando captar el voto de aquellos que sólo confiaban en Chávez, aunque advirtió de que no tendrán recursos para equiparar la maquinaria de campaña del poderoso Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Analistas han dicho que las muestras en las calles serán importantes para que la oposición capte apoyos independientes, aunque advierten que será difícil neutralizar la emocionalidad que rodea los comicios por la muerte de Chávez.

Capriles también quiso arrancar su recorrido en el estado natal del mandatario, pero finalmente decidió mover el acto a Maturín para evitar que surgieran choques entre los simpatizantes de ambas tendencias en momentos de tensión.

'Yo no soy la oposición, yo soy la solución de los problemas de Venezuela, pero no puedo hacerlo sólo, necesito de todos ustedes', dijo un eufórico Capriles vestido con la camisa de la selección nacional de fútbol, apodada La Vinotinto.

'Yo no soy la oposición, soy la solución de los problemas de Venezuela', dijo Capriles Durante la campaña de 2012, Capriles visitó al menos dos pueblos diarios en frenéticas jornadas que aunque no le valieron la victoria, le dieron a la oposición el mejor resultado desde que el chavismo llegó al poder.

El líder de un heterógeneo bloque de partidos no chavistas dice que los problemas del país deben ser abordados con urgencia -principalmente la criminalidad que hace de Caracas la capital más insegura de la región- y repite que Maduro no es el más indicado para solventarlos.

Ambos candidatos no escatimaron descalificaciones durante la antesala de la campaña y subieron la temperatura a una batalla que según analistas podría tener efectos negativos en el ánimo de los votantes, que en octubre habían acudido masivamente a las urnas, llegando a un 80% de participación.

Tras semanas de cruces y acusaciones entre los contendores, el Consejo Nacional Electoral (CNE) llamó el lunes a la calma.

Para la firma Polinómics 'esta será una elección de votos duros'.

'El madurismo tratará de subsistir con los votos y la maquinaria chavista. Capriles sabe eso y por esa razón desde un principio lanzó un discurso duro contra Maduro, lo cual permitió aglutinar de una vez a la votación opositora', dijo el martes en un informe.

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