Ante miles de iraníes en la provincia de Jorasán, al noreste del país, el presidente, Mah-mud Ahmadineyad, pronunció un enardecido discurso sobre el 'legítimo derecho del pueblo iraní' a abastecerse de energía nuclear.

'Ya tenemos 3.000 máquinas y no daremos marcha atrás'. También manifestó que seguirá cooperando con el Organismo Internacional de la Energía Atómica: 'Nuestro país ha respondido a todas las preguntas del OIEA', y este organismo 'ha afirmado que no ha detectado ningún desvío de las actividades nucleares pacíficas de la República Islámica de Irán' .

Los científicos iraníes podrían llegar a fabricar una bomba nuclear si tuvieran instaladas 3.000 centrifugadoras funcionando a pleno rendimiento y de forma coordinada. Sin embargo, los expertos en energía nuclear dudan de que Irán haya llegado a ese nivel. No hay pruebas de que hayan podido ponerlas a trabajar a las altísimas velocidades necesarias y en cascada, en 18 grupos de 164 centrifugadoras en cada uno de ellos. También se duda de que estén siendo alimentadas con uranio hasta un nivel de enriquecimiento que permitiría utilizarlo para fabricar armas nucleares.

Ahmadineyad no se cansa de reiterar que el programa de su país es pacífico, mientras que EEUU y la UE sospechan fines militares. El pasado viernes, los representantes de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad -EEUU, Reino Unido, Francia, China y Rusia- y Alemania, acordaron en Londres apoyar una nueva resolución con más sanciones contra Irán. Para el presidente iraní, estos países han adoptado resoluciones erróneas: 'Es vuestro problema, y no el del pueblo iraní'. 'Se equivocan quienes crean que con las presiones el pueblo iraní renunciará a sus derechos', advirtió .