El presidente de Siria, Bachar al Asad, ha advertido de que un hipotético ataque contra su régimen por parte de los países occidentales podría provocar 'otro Afganistán'.

En una entrevista publicada por el dominical británico The Sunday Telegraph, la primera concedida a un periodista occidental desde que comenzaran las protestas populares hace siete meses, Asad afirma que una posible intervención militar en su país ocasionaría 'un terremoto' que 'quemaría toda la región'.

En un momento en que EEUU y Europa tratan de incrementar la presión sobre el régimen sirio ante las trabas de Rusia y China, su presidente, que ha observado que su país 'es ahora el centro en esta región', ha comparado a su país con una 'falla geológica, y ha añadido: 'Si juegas con ella ocasionarás un terremoto'. '¿Quieren ver otro Afganistán, o decenas de ellos?. Cualquier problema que haya en Siria quemará toda la región. Si el plan es dividir Siria, eso es dividir toda la región', ha alertado.

En la entrevista con el rotativo británico, Asad ha afirmado que su país es diferente 'en todos los aspectos' a Egipto, Túnez y Yemen, donde también se han sucedido recientemente revueltas populares contrarias a sus regímenes. 'La historia (de Siria) es diferente. La política es diferente', manifiesta.

El dirigente sirio ha querido reconocer que, al comienzo de las revueltas populares en su país, sus fuerzas cometieron 'muchos errores', aunque matiza que actualmente el único objetivo son los que califica de 'terroristas'. Ha asegurado, además, en que su respuesta a la 'primavera árabe' no fue la de un 'Gobierno tozudo', sino que empezaron las reformas sólo seis días después del comienzo de las protestas.

El presidente sirio ha lanzado esa advertencia después de que unas mil de personas, según cifras de los propios organizadores, marcharan ayer hacia la embajada siria en Londres para mostrar su solidaridad con los ciudadanos que sufren la represión a manos del régimen de Asad.

Desde marzo, Siria ha sido escenario de numerosas revueltas populares contra el régimen de Al Asad, que se ha cobrado la vida de unas 3.000 personas, entre ellas unos 187 menores, según las últimas cifras de la ONU.

Después de que el viernes las fuerzas de seguridad acabasen con la vida de cerca de 40 personas durante la represión de una protesta masiva, ayer, las tropas sirias dejaron 10 víctimas mortales en la ciudad de Homs y al menos veinte soldados murieron durante un enfrentamiento contra supuestos militares desertores. Los hechos se registraron en el barrio de Bab Amro y las víctimas fueron trasladadas al hospital militar de Homs.