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"Estamos cansados, pero bien"

Álvario Rengifo y Alejandro de la Joya, dos directivso españoles, resisten más de un día de encierro en el hotel escondiéndose de los asaltantes

SUSANA R. ARENES

El día más largo de su vida debió ser demoledor. Pero al filo de las diez de la noche del jueves, Álvaro Rengifo Abad y Alejandro de la Joya, directivos de dos de las principales constructoras del país, mostraban una fortaleza psicológica apabullante. 'Estamos cansados pero bien', respondía Álvaro Rengifo a Público mediante un SMS. 'No sabemos nada aún' de cuánto más durará el encierro forzoso que ya se prolongaba más de un día en una habitación del hotel Oberoi para seguir quedando a salvo de los terroristas.

Escondidos, en silencio para no dar pistas de su presencia y con la luz apagada. Un calvario de horas para Álvaro Rengifo, director de construcción internacional de Isolux Corsán, y Alejandro de la Joya, desde hace pocos meses consejero delegado de Ferrovial Agroman, la filial constructora de Ferrovial. Menos mal que familiares, amigos y compañeros les pudieron enviar mensajes de ánimo.

El propio Rengifo, un ejecutivo muy apreciado en el sector de la construcción, pidió a este diario que transmitieran a sus familias que 'estamos bien', insistió.

La pesadilla acabó antes para otros ejecutivos que viajaron en misión comercial con Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, que salió ilesa.

Uno de ellos, Ignacio Ruiz Larrea, directivo de la parte internacional de FCC Construcción, logró escapar de uno de los hoteles que fue atacado por los terroristas. Estaba en uno de los dos restaurantes del establecimiento y al verles llegar consiguió salir y coger un taxi. Desde ese momento, la escapada fue casi una odisea porque la embajada española envió primero a un hotel y luego, a los pocos minutos, le obligó a cambiar el rumbo para ir a otro diferente, lo que le salvó la vida. Finalmente, se refugió en la residencia del cónsul. Así se lo contó a directivos de FCC Construcción que han hablado con él cada dos horas desde que amaneció y destacaron que está 'muy tranquilo'.

También fue angustiosa la huida de otro directivo, también de Ferrovial, Norberto Irezábal, director de contratación exterior de Ferrovial Agroman. Irezábal también pudo zafarse de otro ataque terrorista mientras estaba esperando en un restaurante para cenar con Alejandro de la Joya, como avanzó Público.es. Sorteando mesas, logró salir, encontrar un teléfono extraviado y coger un taxi para el consulado. Ayer por la noche estaba en el grupo de los 30 empresarios que viajaron con Aguirre y otros 40 que decidieron abandonar el país en el avión enviado por el Gobierno para regresar a Madrid esta madrugada. Nervioso por su compañero aún retenido, no quiso hablar con este diario.

El resto de empresarios huyó en grupos del hotel asaltado. 'Salimos por una de las puertas y ya no pudimos salir del malecón por las bombas durante horas', relató Arturo Fernández, presidente de la patronal madrileña CEIM. A las once de la noche, estaban a punto de coger el avión.

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