La Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (OPIAC) ha denunciado que de las 11 personas que el Ejercito colombiano abatió el pasado 28 de marzo y presentó como miembros de la guerrilla de las FARC había un menor de 16 años, un líder comunal y un gobernador indígena.

Según cuenta la organización, el pasado lunes de marzo durante un acto benéfico en el departamento colombiano de Putumayo los militares colombianos abrieron fuego contra los asistentes a la actividad, asesinando a siete civiles.

Entre las víctimas se encontraba: Brayan Santiago Pama, de 16 años; Didier Hernández Rojas, presidente de la Junta de Acción Comunal de la aldea Remanso, y su esposa, Ana María Sarria Barrera, padres de dos menores de edad de 6 y 2 años; y Pablo Panduro Coquinche, gobernador indígena del Cabildo Kichwa.

Por su parte, la Red de Derechos Humanos de Putumayo señaló que hay "cuerpos desaparecidos" y que también se ha producido "desplazamiento de los habitantes de la vereda, ante la preocupación y el miedo que estos hechos causan y el rechazo rotundo al reporte que hasta el momento ha hecho el Ejército.

El Estado colombiano presenta "falsos guerilleros" 

A través de un comunicado, OPIAC explica que la lucha contra las guerrillas de las FARC "ha dejado millones de víctimas, siendo los Pueblos Indígenas uno de los grupos más afectados: homicidios, desplazamiento, violaciones, desapariciones, entre otros, representan el efecto de la violencia en nuestros territorios".

A su vez, la organización denuncia que el Estado colombiano no hace reparos en publicitar "falsos positivos". Estos falsos positivos consisten en el homicidio de civiles presentados como guerrilleros de cara a la opinión pública.

Así le ocurrió a el presidente de Colombia, Iván Duque, que se enorgulleció desde su cuenta de Twitter de "la ofensiva #SinTregua contra estructuras narcoterroristas" en la que se neutralizó a "11 integrantes de disidencias de las Farc y la captura de 4 criminales más en Puerto Leguízamo (Putumayo)".