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El eurodiputado que resistió a los nazis

RAÚL SOLÍS

En Grecia, el país que parió la democracia y que le regaló a Europa su nombre, Manolis Glezos es una leyenda, un símbolo de la lucha por la democracia y la soberanía. En 1941, con 19 años, arrancó la esvástica que los nazis colocaron en la Acrópolis de Atenas en señal de conquista. Fue condenado a muerte y torturado, pero escapó y ha sido elegido, a sus 92 años, eurodiputado en las listas de Syriza, la coalición de izquierdas griega del carismático Alexis Tsipras.

Glezos lleva toda su vida defendiendo la libertad, razón por la que ha pasado casi 12 años en prisión, cinco años en el exilio y ha escapado de otras tantas condenas a muerte. Esta leyenda viva de la Segunda Guerra Mundial se ha enfrentado a cara descubierta y resistido a todos los regímenes políticos que han pasado por Grecia en los últimos 70 años: encarcelado y torturado por los nazis, condenado a cuatro años de prisión durante la Dictadura de los Coroneles y gaseado por la policía, en 2010, cuando se manifestaba contra un plan de secuestro que se debatía en el interior del Parlamento helénico.

Las imágenes de la policía reprimiendo y gaseando a Glezos dieron la vuelta al mundo y ya forman parte de la iconografía de resistencia a las políticas de empobrecimiento provenientes de Bruselas. En su curriculum, acumula experiencia como alcalde en Apiranthos, en la Isla de Naxos, donde las decisiones se tomaban en la plaza pública y en asamblea ciudadana. Tras la restauración de la democracia en 1974, colaboró decididamente a construir la izquierda helénica.

Llegó a ser elegido diputado por el PASOK, el partido socialdemócrata que languidece tras aceptar sumisamente los planes de rescate -o secuestro- de la economía griega. En el año 2000, ya sin vinculación con el PASOK, Glezos fue una de las piezas fundamentales en la conformación de la Coalición de Izquierdas Syriza, que promete esperanza y soberanía al castigado pueblo helénico.

El eurodiputado griego se sienta en la misma bancada que los europarlamentarios españoles de Podemos e Izquierda Unida y ha sido elegido para cumplir un cometido en nombre de sus compatriotas: Reclamar a Alemania los préstamos obligatorios que tuvo que dar la banca griega a Hitler y que Alemania aún no ha devuelto. Este joven de 92 años está dispuesto a resistir nuevamente, esta vez contra la ocupación económica que tiene a Grecia con datos de pobreza impropios de un país de la UE. Lo hará en la Comisión de Cultura y Educación de la Eurocámara, donde recordará que 'la palabra Europa es griega' y sin Grecia, Europa es imposible.

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