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Israel advierte de que no se siente ‘vinculada’ por el acuerdo con Irán

La oposición de Israel al acuerdo con Irán sigue siendo firme. El primer ministro Benjamín Netanyahu ya ha comenzado a preparar la estrategia que conducirá a partir de ahora y cuyo principal frente será el Congreso de Estados Unidos.

Netanyahu, ministro de Relaciones Exteriores de Israel

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

JERUSALÉN.– El acuerdo entre las potencias mundiales e Irán se ha rubricado en Viena finalmente pero el rechazo de Israel no ha terminado. El primer ministro Benjamín Netanyahu ya se ha reunido con sus asesores más cercanos para trasladar la batalla desde la mesa de negociaciones al Congreso de Estados Unidos.

En su entorno dicen que a partir de ahora Netanyahu va a conducir una campaña mundial de hasbará o propaganda dirigida contra el presidente Barack Obama, y en septiembre viajará a Washington para persuadir a congresistas y senadores de que el acuerdo “es un grave error de proporciones históricas”, como ha dicho nada más conocerse su firma.

“Naturalmente, Netanyahu trabajará estrechamente con elementos del Congreso que se oponen al acuerdo, especialmente con los demócratas que lo rechazan, con el fin de conseguir los dos tercios necesarios para soslayar el veto de Obama. Personalmente, pienso que la tarea de Netanyahu es enorme y no creo que consiga el apoyo que precisa”, comenta el profesor Jonathan Rynhold, de la Universidad Bar-Ilan de Tel Aviv.

El programa nuclear de Irán ha traído consigo bastantes ventajas para Israel durante muchos años y el Estado judío considera que debe seguir ordeñando el conflicto

El programa nuclear de Irán ha traído consigo bastantes ventajas para Israel durante muchos años y el Estado judío considera que debe seguir ordeñando el conflicto. Para ello deberá intensificar su oposición y movilizar todo lo posible a los congresistas americanos que a su vez lo aprovecharán para desacreditar a Obama y a los candidatos demócratas de cara a las elecciones de noviembre de 2016. Las tres ventajas más significativas que ha obtenido Israel del programa nuclear iraní son 1) que ha apartado la atención de la ocupación de los territorios palestinos, 2) que ha desacreditado a Obama y a su administración ante el Congreso y una parte del pueblo americano, y 3) que ha permitido al Estado judío estrechar sus lazos con Arabia Saudí y otros países suníes.

“No hay duda de que las relaciones con Arabia Saudí han mejorado puesto que los dos países están contra Irán. Sin embargo, un nubarrón podría amenazar esas relaciones si los saudíes intentan desarrollar su propio programa nuclear, aunque sea pacífico, pues esto podría crear dificultades entre los dos países”, comenta Rynhold. Netanyahu no puede permitirse una ruptura con Estados Unidos pero sí puede forzar un enfrentamiento de desgaste de gran intensidad, mayor incluso que la de los últimos años, al menos hasta que Obama abandone la Casa Blanca a principios de 2017.

Este planteamiento, que será una continuación más intensa de lo que ha habido hasta ahora, se recibirá con los brazos abiertos en el partido republicano, pues permitirá a los republicanos desacreditar más a los candidatos demócratas, principalmente a Hillary Clinton, quien no se ha pronunciado de una manera clara sobre el acuerdo con Teherán. Aunque Israel jamás ha descartado un ataque contra Irán, las amenazas más o menos veladas o abiertas se han multiplicado recientemente. Las mismas palabras de Netanyahu dejan claro que esta es una opción viva, aunque ahora no la podrá ejecutar de la mano de Estados Unidos como habría deseado.

Israel no se siente “vinculada” por el acuerdo de Viena

En una declaración sin preguntas que ha tenido lugar en Jerusalén, y que ha hecho en inglés para darle mayor difusión, Netanyahu ha manifestado que Israel no se siente “vinculada” por el acuerdo de Viena “porque Irán continúa buscando nuestra destrucción”, y ha acusado a las potencias occidentales de jugar “con nuestro futuro colectivo”. “Siempre nos vamos ha defender”, ha concluido el primer ministro. Netanyahu ha vuelto a decir que Irán desestabiliza Oriente Próximo, pero la mayor desestabilización de la historia de la región la han causado hombres con estrechos vínculos con Israel que han conducido Oriente Próximo a la situación actual sentados en los despachos de la anterior administración republicana.

Israel y el lobby judío han puesto toda su influencia al servicio de los republicanos y los evangelistas y con este apoyo Netanyahu hará frente al presidente Obama y a los demócratas. Además, Netanyahu cuenta con la intención de arrastrar hacia su campo a numerosos congresistas y senadores demócratas que tradicionalmente han sido aliados del Estado judío. Los congresistas disponen de dos meses para estudiar al acuerdo y desde el primer minuto tendrán detrás al lobby judío, que no va a perder ninguna oportunidad de apretarles las tuercas y seducirlos para enfrentarse a Obama y oponerse al acuerdo.

Los republicanos están enamorados de Bibi puesto que nadie en el mundo defiende los mismos intereses que ellos como el primer ministro israelí. Los republicanos ven en Netanyahu un hombre con agallas capaz de enfrentarse a Obama sin complejos. Por su parte, Netanyahu sabe que alienarse de los demócratas y llevar la contienda hasta el final entraña riesgos, pero está dispuesto a correrlos sin dudarlo, tal es su convicción respecto a las ventajas que le ofrece el conflicto con Irán, que son de mucho peso. El programa nuclear iraní no es solo “un grave error de proporciones históricas” sino también “el asunto más crucial para el futuro y la seguridad del Estado de Israel”, declaró Netanyahu nada más enterarse de la firma en Viena.

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