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Drogas Los niños en Colombia del bazuco, la droga de bajo coste parecida al crack

El bazuco es la principal sustancia psicoactiva que consumen los sin techo colombianos. Está hecha con restos de cocaína.

Uno de los jóvenes entrevistados por Público, consumidor de bazuco.
Uno de los jóvenes entrevistados por Público, consumidor de bazuco.

Junior está delgado, lleva ropa ancha y tiene la mirada perdida. No ve a su madre desde el ocho de diciembre, desde que decidió abandonar su casa para impregnarse de las calles de Medellín. Tan solo tiene 12 años, aunque a veces se confunde y no sabe si tiene 15.

Por momentos sonríe, pero cuando habla de sus padres ese gesto desaparece. Fuma marihuana desde hace cinco años y aunque sabe que sus padres lo buscan, prefiere estar con sus amigos fumando bazuco, una droga de bajo coste similar al crack y hecha con los residuos de la cocaína. "Mi hermana seguro que llora y mi padre también, tengo a mis amigos en la costa y no quiero seguir toda la vida tirando bazuco y bazuco", asegura Junior.

Cerca está José. Tiene 16 años y, como Junior, fuma marihuana y bazuco. Empezó muy pequeño, con tan solo ocho años, y dice que está en la calle "porque le toca". "A mi papá también le gusta fumar marihuana. Un día lo vi fumando, fui donde guarda las cosas y la cogí, me la fumé y la forma en que actúa me gustó", recuerda con los brazos en movimiento y tapándose los ojos por el nerviosismo que produce el bazuco.

Según cuenta, cuando su madre descubrió que fumaba marihuana lo abandonaron: "Al tiempo llegué a la casa y estaba vacía, pues ya ¿qué?, yo no los iba a ir a buscar", añade. Sus padres, ahora separados, viven cada uno en ciudades diferentes de Colombia, mientras él deambula por las calles de Medellín.

José empezó a fumar muy pequeño, con tan solo ocho años y dice que está en la calle "porque le toca"

Anderson, que completa el trío de amigos de José y Junior, acaba de cumplir la mayoría de edad. Lleva desde los nueve años durmiendo en las calles y fumando marihuana, bazuco y las drogas que le ofrecen en las comunas de Medellín.

Con tan solo nueve años su madre terminó presa y sus dos hermanos decidieron rehacer su vida: la mayor cuida de su hijo y el otro trabaja. Él acabó bajo las garras del bazuco. "Cuando mi mamá se fue a la cárcel, no tuve a nadie que me apoyara", asegura.

Los datos

En Colombia hay 5.043 sintechos, según el DANE, un organismo del Gobierno que se encarga de planear, implementar y evaluar estadísticas a nivel nacional para solucionar los problemas sociales, económicos y ambientales del país. El bazuco es la principal sustancia psicoactiva que consumen y el motivo que los lleva a la calle.

Orlando Beltrán, director de El Banquete del Bronx, una fundación que ayuda a habitantes de calle afirma que "en Colombia puede haber un promedio de 80.000 sin techo, de los cuales tenemos entre 10.000 y 15.000 niños, con edades comprendidas entre los de 7 y 17 años".

El Banquete del Bronx se mueve por todo el país andino por falta de apoyo y ayuda humanitaria, y lo que trata es de "hacerle entender al Gobierno que sus cifras son distintas a las que hace el DANE", señala Beltrán.

"Los migrantes más pobres llegan a muchas comunas de Medellín, donde suelen estar la mayoría de las drogas 

"Es muy importante que miremos hacia los países de Suramérica y en especial a Colombia ya que es el mayor productor de cocaína, además la droga que no puede salir del país se queda en las calles y afecta a personas demasiado pobres" añade.

Desde el Banquete del Bronx son conscientes que están delante de una problemática que va en aumento, además por los migrantes que llegan de países como Venezuela.

"Los migrantes más pobres llegan a muchas comunas de Medellín, donde suelen estar la mayoría de las drogas como el bazuco, la coca o el tussi", sostiene Beltrán.

Un día especial

Por suerte para los tres amigos, El Banquete del Bronx los localizó una noche mientras dormían tirados entre cartones por las calles de Medellín.

Los ojos de todos cambiaron cuando les ofrecieron un día como el de cualquier otro niño: peluquería, comer en un centro comercial e ir al cine. "Ha sido un gran día, quería ver una película de terror, o una de bala [de tiros] o de acción", afirma José mientras sonríe.

A los tres les espera un futuro incierto. Los conspiradores, como se hacen llamar, afirman que "son la familia que uno no tiene". Por el momento, Junior acaba de regresar con su madre a una población del departamento de Córdoba, donde rebusca con ella entre contenedores para poder salir adelante. José y Anderson no han tenido "la misma suerte"; uno espera su DNI para poder ver a su madre en la cárcel, mientras el otro continúa a la espera de que uno de sus dos progenitores lo encuentre, aunque a ambos les espera en el futuro más cercano huir las entrañas del bazuco.

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