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El presidente de Sudán, acusado de genocidio, burla al Tribunal
Penal Internacional

Omar Hasan al Bashir abandona Suráfrica, país firmante del Estatuto de Roma, tras asistir a la cumbre de la Unión Africana

Omar Hasan al Bashir durante la cumbre de la Unión Africana. - EFE

AGENCIAS

JARTUM.- El presidente de Sudán, Omar Hasan al Bashir, sobre el que pesan dos órdenes internacionales de captura, abandonó este lunes Johannesburgo con destino a Jartum en el avión presidencial, han confirmado fuentes gubernamentales sudanesas. El avión despegó a las las 11.00 hora de Johannesburgo (09.00 GMT) y aterrizará en Jartum a las 18.00 hora local (15.00 GMT).

Al Bashir regresa a Sudán pese a que este domingo un tribunal surafricano ordenó impedir su salida del país debido a la orden de arresto emitida por el Tribunal Penal Internacional (TPI) por crímenes de guerra y contra la humanidad en la región de Darfur. Su marcha se produjo antes de que el Tribunal Superior de Pretoria dictaminara si el Gobierno surafricano debía detenerlo, una decisión que la corte todavía está deliberando.

Sin embargo, las autoridades surafricanas se opusieron desde el principio al arresto de Al Bashir y habían aprobado un decreto para garantizar impunidad a todos los líderes que participaran en la cumbre de la Unión Africana (UA) que se celebra en Suráfrica.

Está previsto que el ministro sudanés de Exteriores, Ibrahim Gandur, ofrezca una rueda de prensa esta tarde en Jartum con motivo del retorno del presidente. Por su parte, el partido gobernante Conferencia Nacional, de Al Bashir, va a organizar una gran recepción en el aeropuerto de Jartum para recibir al mandatario.

En el plano internacional, tanto la Unión Europea como Naciones Unidas han instado en las últimas horas a Suráfrica a detener a Al Bashir. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha declarado este lunes que la orden de arresto emitida por la TPI, una corte a cuya jurisdicción está sometido Suráfrica como firmante del Estatuto de Roma, debe ser "respetada e implementada".

El alto tribunal, con sede en La Haya, acusa a Al Bashir de responsabilidad por genocidio, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en la región de Darfur, en el oeste de Sudán. En esa región estalló en 2003 un conflicto étnico que costó cientos de miles de vidas y que provocó una de las peores catástrofes humanitarias de tiempos recientes.

Esta era la primera visita de Al Bashir a Suráfrica desde la emisión de las órdenes internacionales para su detención, aunque sí ha viajado a otros países firmantes del Estatuto de Roma, el tratado fundacional del TPI, como Malaui y Nigeria. El presidente sudanés se niega a reconocer al Tribunal de La Haya, al que considera una herramienta colonial dirigida contra su país y los africanos.

La bienvenida de la UA a Al Bashir supone, según varios observadores del continente, un nuevo desafío del organismo continental al TPI, a la que, en la línea del presidente sudanés, ha acusado en numerosas ocasiones de perseguir injustamente a los líderes africanos. Además, la UA ha amenazado varias veces con una retirada en masa de sus países miembros que son parte del Tribunal.

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