La Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) marroquí vuelve a la oposición después de tres legislaturas en el poder. Tras consultar con sus bases, no formará Gobierno con el islamista Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD), vencedor en las legislativas del 25 de noviembre. Según el primer secretario de los socialistas, Abdelouahed Radi, es 'una necesidad política para hacer progresar la democracia marroquí con una demarcación clara entre las formaciones políticas'.

Una coalición con los islamistas parecía imposible, ya que algunos de los miembros de la USFP forman parte del Movimiento 20 de Febrero y han participado en las manifestaciones que se suceden en Marruecos desde principios de año pidiendo una democracia real. Este grupo se opone a la concentración del poder en manos de la monarquía y a los cambios de la nueva Constitución, lo que estaría muy reñido con un partido que defiende las reformas emprendidas por el rey para evitar el riesgo de una primavera árabe.

Los resultados de la USFP en las elecciones fueron pésimos: sólo logró 39 escaños y quedó en el quinto lugar. Los expertos achacan esta derrota al desgaste que para esta formación ha representado participar en gobiernos sin apenas poder desde 1997, aún en vida de Hassan II.

La USFP ya es el tercer partido que pasa a la oposición al Gobierno que formará el islamista Abdelilá Benkirán, después de que la Agrupación Nacional de Independientes (RNI) se negase a colaborar con el PJD pocas horas después de conocer los resultados electorales. El Partido Autenticidad y Desarrollo ni tan siquiera tuvo la oportunidad de decidir, porque el líder islamista lo ha mantenido al margen.

El más beneficiado por la búsqueda de aliados de los islamistas es el conservador Istiqlal, a quien Benkirán ya ha ofrecido seis carteras ministeriales, según la prensa marroquí. Aun así, el PJD necesita aliarse con un partido más para llegar a la mayoría absoluta de 198 escaños.