Tal vez sea una de las historias que más vamos a escuchar en este Día das Letras. Acabada la guerra, Valentín Paz-Andrade acogió a Francisco Fernández del Riego para trabajar en su despacho de abogados. Cada mañana, a las nueve, el teléfono sonaba: "Señor Del Riego, ¿usted se de cuenta de que vive con permiso del enterrador?". Lo que hizo Paco del Riego para solucionarlo es de estos divinos detalles que definen su vida: dejó de coger el teléfono. El amenazado se caracterizaba por no apocarse, por tener iniciativas, propuestas; por ser un "hombre de acción", un "lanzado", como a él mismo le gustaba definirse.

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Y así fue a lo largo del tiempo. Con 18 años, organizó con un amigo el Día da Patria Galega en Vilanova de Lourenzá. Fue su primer mitin, que culminó al grito de "¡Viva Galicia Ceibe!". Siete décadas después (se dice rápido: "siete décadas después"), dejaba la presidencia de la Real Academia Gallega. Asumió esa tarea tarde y en un único mandato, con la pretensión de dinamizarla y abrirla a la sociedad, aunque se lamentaba de no haberlo logrado: "Me mostré contrario al sectarismo y abrí las puertas, y ahora los que yo hice que entraran se convirtieron ellos en sectarios a su vez".

Entre uno y otro momento, muchos meandros de gran importancia para el devenir cultural y político del país. Su etapa con más proyección hacia el futuro fue la de la intensa dinamización cultural en la larga noche, en el tiempo en que recibía las llamadas amenazantes.

No da para resumir aquí con justicia todo cuanto promovió, pero debemos recordar su papel activo, a pie de calle o en la sala de máquinas, para intentar que latiera de nuevo alguna vida editorial y periodística en gallego. Para comenzar, recordemos que el Día das Letras Galegas de 2023 está dedicado a la persona que ideó el Día das Letras Galegas.

Su Escolma de poesía galega propició también un intenso debate con aquellos que no querían que hubiera una literatura autónoma escrita en este idioma. Su labor como divulgador, junto con el de Ricardo Carvalho Calero como investigador, fueron diques de contención medulares para una idea que hoy nos parece en buena parte asumida, pero que lo es gracias a que hubo quien batalló por ella.

Su papel de golondrina para comunicar a la Galicia de las catacumbas con la Galicia de América ayudó a que la dictadura tuviera que encajar algunos golpes simbólicos. De hecho, tardó en haber más de dos personas que mantuvieran contactos directos habituales entre los dos espacios: él y Valentín Paz-Andrade. Fue Del Riego, por ejemplo, el que portó de una orilla a la otra en 1954 el texto de la Denuncia diante a UNESCO da perseguizón do idioma galego polo Estado Hespañol. Isaac Díaz Pardo también atribuye a su vuelo de golondrina la llegada a las manos de Luís Seoane de aquel pasquín que comienza "Sea patriota. No sea bárbaro...", posibilitando que se pudiera exponer la infamia.

Son muchos más los hitos que le debemos. Espero que este Día das Letras sirva para recordarlos y honrarlos, y también para conocer mejor, sin simplificaciones, su evolución política. En sus últimos años, consideró "absurda" la táctica de galleguizar los partidos españoles, y explicaba que esa era una manía de Ramón Piñeiro de la que disentía, pues supondría que las grandes decisiones las tomara Madrid. En las conversaciones con Perfecto Conde explica que "Piñeiro era un hombre que ya nació viejo" y que "era un gran conocedor de los problemas y sabía afrontarlos, pero nunca resolverlos". No obstante, Del Riego previamente había participado en la disolución del Partido Galeguista en el interior, presidió el PSG como partido de cuadros, se presentó por esta formación en 1977 en una agrupación electoral promovida por el PSOE y compareció con Piñeiro para evitar que varias figuras históricas del PG (como Ramón Martínez López, Valentín Paz-Andrade y Avelino Pousa Antelo) resucitaran el partido como un proyecto autónomo tras el franquismo. ¿Qué sería de la cultura gallega sin proyectos políticos propios para la nación gallega?

El Día das Letras puede ser una gran oportunidad para aprender, para evaluar y para proyectar un futuro que conmemorar.