El 25 de noviembre es el Día Internacional de Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una jornada en la que se condena la violencia perpetrada hacia las mujeres por el simple hecho de serlo, y en la que se exigen políticas para acabar con ella. 

Por tanto, el 25 de noviembre -junto con el 8 de marzo- constituye una fecha marcada en rojo en el calendario feminista. Desde hace varias décadas, el 25N supone una jornada importante para condenar todo tipo de violencia machista. No sólo se repudia la agresión física perpetrada por la pareja o expareja, sino también la violencia verbal, muchas veces pasada por alto; las violaciones; el acoso sexual; el acoso en el entorno laboral; etc... Sin olvidar la violencia vicaria, aquella perpetrada hacia los hijos para hacer daño a la mujer.

Con este motivo, cada año se convocan una serie de manifestaciones y concentraciones en varios puntos de España para denunciar la violencia machista. El próximo 25 de noviembre se verá marcado por el reciente cambio en la conformación de Gobierno, y por tanto del Ministerio de Igualdad, encabezado ahora por Ana Redondo en sustitución de Irene Montero. 

La nueva ministra de Igualdad deberá imponerse al negacionismo de la ultraderecha y enfrentarse a un recorte de medios de lucha contra la violencia de género en las comunidades lideradas por PP y Vox.

Pero, ¿cómo surge la reivindicación contra la violencia hacia la mujer el 25 de noviembre?

Por qué se reivindica esta lucha el 25N

Para entender cómo surge esta fecha como clave en la lucha por la erradicación de la violencia hacia las mujeres es necesario remontarse al año 1981 en Bogotá (Colombia). En este año tuvo lugar el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y Caribe, donde se eligió el 25N como la fecha oficial para conmemorar los asesinatos de las tres hermanas Mirabal en 1960 en la República Dominicana.

Las hermanas Mirabal fueron tres conocidas activistas contra el régimen de Rafael Leónidas Trujillo en el país americano. De familia acomodada, con carreras universitarias, casadas y con hijos, no se conformaron con su vida resuelta y comenzaron a luchar contra la violencia de género de entonces y ejercida por un régimen dictatorial machista.

Una de ellas, Minerva, lideró junto con su esposo el Movimiento Patriótico 14 de Junio. Un grupo opositor que luchaba contra el sistema impuesto por Trujillo que la llevó a ella y a sus dos hermanas a pasar largas temporadas entre rejas.

Si bien la resistencia política de las hermanas Mirabal fue firme, el desenlace de las activistas fue lamentable. El 25 de noviembre de 1960, sus cuerpos fueron hallados, despedazados, en un vehículo al fondo de un barranco. Habían sido asesinadas por un grupo de sicarios enviados por el dictador. Aunque el régimen de Trujillo intentó aparentar que fue un accidente, todo indicó que se había tratado de un crimen y que suponía el principio del fin de Trujillo.

La implicación de la ONU

En 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) aprobó la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer. En ella definió la violencia contra la mujer como "todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada".

Finalmente, el 17 de diciembre de 1999, la fecha de reivindicación fue asumida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 54/134. Asimismo, distintos gobiernos, organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales fueron invitados a realizar actividades para promover la no violencia contra las mujeres.