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Los audios de Villarejo y Cospedal

Pablo Iglesias en La Base
Pablo Iglesias en La Base.

Villarejo: "Tengo un tema de la hostia contra Podemos". Cospedal: "Es una bomba. Yo eso sí lo quiero". Así titula El País la información que da hoy en exclusiva con los audios en los que el comisario Villarejo conversa con María Dolores de Cospedal en 2017, cuando esta ultima era nada menos que ministra de Defensa.

La noticia continúa así: "Interior, bajo mandato del PP, atacó en los tribunales a Pablo Iglesias y a su partido con pruebas falsas; los jueces han archivado todas las causas impulsadas por la policía patriótica".

Creo que el párrafo más interesante de la pieza periodística es el siguiente: "Aquel no fue un caso aislado. Desde su nacimiento en 2014, Podemos y sus principales líderes han sido objeto de una campaña de difamación política y judicial orquestada desde las cloacas del Estado del Ministerio del Interior durante el mandato del Gobierno de Mariano Rajoy. Esta estrategia de desprestigio ha contado con la participación de determinados medios de comunicación que difundieron información falsa facilitada por la policía patriótica sobre el partido morado".

Aquí tenemos la clave. No solo se trata de comisarios de policía corruptos y mafiosos, no solo se trata de ministros de defensa y de interior del PP corruptos y mafiosos, no solo se trata de jueces al servicio de una campaña de persecución contra una formación política y sus dirigentes. Se trata también de medios de comunicación y de periodistas que se han prestado a mentir, a manipular y a difamar.

Decir que los Terradillos, los Inda, los Marhuenda, los Griso, los Quintana, los Alsina, los Ferreras, los Herrera, los Vallés… han contribuido a la guerra sucia contra Podemos, difundiendo mentiras, informes y noticas falsas, no es señalar a periodistas como decía ayer mi admirada Esther Palomera desde la televisión pública. Es simplemente, amiga Esther, decir la verdad, aunque esa verdad deje a buena parte de la profesión periodística española a la altura del betún. Pero de esto no tengo yo la culpa.

Lo que ha hecho hoy El País publicando los audios es muy importante y hay que felicitarles aunque quizá podrían haber contado antes lo que sabían y no esperar al mes de julio. Y también que hay que felicitar a Angels Barceló que esta mañana decía en la SER que el problema de las cloacas es también un problema mediático. Pero lo que ha hecho PRISA hoy, igual que cuando defendieron a Assange, es una excepción. Ni Terradillos, ni Inda, ni Marhuenda, ni Griso, ni Quintana, ni Alsina, ni Ferreras, ni Herrera, ni Vallés serán jamás juzgados por mentir y dañar a la democracia española. Tampoco rectificarán en sus programas y puede que la Casa Real les siga dando premios, precisamente por sus servicios prestados a la Corona y a la corrupción en general.

Sin embargo, hay algo bueno de todo esto. Cada vez más gente sabe la verdad. Cada vez más gente sabe que en este país los poderes mediáticos conspiraron y conspiran junto a jueces, policías y miembros del ejecutivo para exterminar a Podemos. Esos mismos poderes trabajan hoy para hacer caer a un Gobierno en el que al PSOE no le ha quedado más remedio que tener a Podemos en su gabinete y llegar a acuerdos con las izquierdas independentistas vasca y catalana.

Ojalá el PSOE, ojalá los periodistas que trabajan con decencia, ojalá la izquierda que no ha recibido los ataques que han recibido Podemos y los independentistas, entiendan que de lo que hablamos no es de ataques a partidos o a dirigentes concretos, sino de ataques a la democracia. Ojalá entiendan que el poder mediático no paga a traidores y que no dudarán en despedazarlos si logran finalmente acabar con Podemos y con los independentistas. Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, ya que yo no era comunista...

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