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China y la OTAN

Pablo Iglesias en La Base
Pablo Iglesias en La Base.

La cumbre de la OTAN en Madrid, ciertamente histórica, ha redefinido los objetivos estratégicos de la Alianza. Entre ellos, destaca que la OTAN en considera a China un "gran desafío para nuestros valores, nuestros intereses y nuestra seguridad".

Señalar a China así respondería a que Pekín se habría alineado con Moscú en la guerra con Ucrania. Pero esto no se entiende mucho. Si escuchamos las declaraciones que han hecho los representantes del gobierno chino, parecería que se han ubicado más bien en una posición de apuesta por la diplomacia y del fin del conflicto, tomando distancia del lenguaje de Rusia y sus aliados más obvios.

El problema es que el endurecimiento de la posición de la OTAN hacia China va a arrastrar inevitablemente a la UE que, en 2021, tuvo a China como principal socio comercial. Para la principal potencia económica europea, Alemania, China es un socio imprescindible.

En su anterior estrategia la OTAN mencionaba a Rusia como aliada. Visto como ha acabado la relación con el otrora aliado ruso no parece que a los chinos les falten razones para estar preocupados por el hecho de que se les haya etiquetado como 'desafío'.

Permítanme hacer tres consideraciones: Primera. A Europa le habría convenido una relación con Rusia y Ucrania independiente de los planteamientos de la OTAN que sigue siendo un brazo político-militar de EEUU.

Segunda. La expansión de la OTAN hacia el Este no parece que haya contribuido a la paz mundial.

Tercera. Que la OTAN utilice un lenguaje hostil hacia China no parece augurar nada bueno ni para la paz, ni para la economía, ni para los objetivos de desarrollo sostenible.

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