El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se examinaba este miércoles, otra vez. En esta ocasión, en la sesión de control al Gobierno, frente a un presidente del Ejecutivo que ha hecho más de trescientos debates de este tipo y que ni dio ni la bienvenida al nuevo líder socialista, que debutaba en este formato y como presidente del Grupo Parlamentario.

Sánchez salvó el envite con aprobado alto en opinión de la mayoría de los diputados socialistas consultados por Público. Se le achacó que estuvo algo 'acartonado', un poco nervioso en su intervención inicial, pero solvente en la réplica, midió bien los tiempos y no defraudó.

El diputado y  ex jefe de Gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero, José Andrés Torres Mora, no dudó en concluir que había ganado el primer debate contra Rajoy. 'Si fuera un partido de tenis, puede que haya sido muy igualado con Rajoy el primer set (en referencia a la primera intervención de ambos dirigentes), pero ha ganado claramente en el segundo set. Es mucho más fresco', afirmó el sociólogo y un gran conocedor de cómo percibe la ciudadanía este tipo de intervenciones parlamentarias.

La opinión era generalizada en las filas socialistas. Sánchez no causó entusiasmo, pero el PSOE tiene decidido confiar en su nuevo líder. Y, sobre todo, darle tiempo.

Un veterano como el diputado Jesús Caldera consideró que estuvo 'contundente', que está más que preparado, aunque tiene que ir aprendiendo en estas lides parlamentarias. 'Es muy difícil medir el tiempo en estos debates y decir todo lo que quieres', afirmó.

Sólo algunos de los diputados que apoyaron a Madina, y que no querían ser mencionados, estuvieron más críticos en cuanto a la actitud de Sánchez. Le siguen viendo sin mensaje y muy plano, pero también admitieron que no estuvo mal.

El segundo que se examinaba en la sesión de control era el nuevo portavoz del PSOE, Antonio Hernando. Más nervioso que el líder del PSOE en su primera intervención, se centró más en la segunda y parece que le puede dar dolores de cabeza en futuras sesiones a la vicepresidenta primera del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.

El PSOE cambió este miércoles la primera fila del hemiciclo.  Era el estreno de su nueva dirección. Y la opinión mayoritaria es que hay que dar tiempo al tiempo. Sánchez no decepcionó, aunque tampoco provocó entusiasmo.