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Elecciones 21-D. Entrevista con Miquel Iceta "Hubiera sido capaz de ceder a Borrell mi puesto en la lista"

El candidato del PSC a las elecciones en Catalunya afirma que “los socialistas hemos luchado hasta el final para que no se aplicara el 155”

El candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat, Miquel Iceta, durante su intervención en un acto municipalista. / EFE

manuel Sánchez

Puede parecer una pose, pero Miquel Iceta dice que tiene un único objetivo: ser presidente de la Generalitat. Para ello, su primer reto es superar en votos y en escaños a Ciudadanos y erigirse en la primera fuerza de los llamados partidos constitucionalistas.

Su segundo reto es que estos partidos sumen más que las formaciones marcadamente independentistas. Y, su tercer reto, coser un acuerdo entre fuerzas de lo más dispares. Nada parece fácil, pero el líder del PSC transmite una sensación de que tampoco es imposible.

Dice que su partido es quien puede satisfacer más a un mayor número de catalanes y “reconstruir” Catalunya. A ello se va dedicar a partir del 21-D si los resultados le acompañan. Es el hombre-puente que quiere evitar “quemarlo todo en esta hoguera”.

Con qué expectativa afronta la campaña. Todas las encuestas apuntan a una subida en votos y en escaños del PSC, ¿Qué aspiraciones tiene? ¿Ve posible el “sorpsasso” a Ciudadanos?

Creo que sí es posible el “sorpasso” y es uno de los objetivos, aunque sabemos que es difícil. Ellos se han destacado por oponerse a la independencia, pero en el momento en el que estamos hay, además, que proponer, y la propuesta de Ciudadanos yo todavía no he sabido verla y no sé qué plantean para sacarnos de este atolladero. En eso, nosotros les llevamos ventaja y este hecho, en estas elecciones, puede marcar la diferencia. 

Ese es el objetivo que se fija, ¿Superar a Ciudadanos y ser la primera fuerza de las denominadas constitucionalistas?

No. El objetivo que me marco es ser presidente de la Generalitat, aunque me dicen que no lo diga. Pero, en todo caso, lo que me gustaría es ser muy decisivo en la superación de un problema tremendo como el que tenemos, que ha causado muchísimo daño en Catalunya. Y eso se puede hacer de muchas maneras pero, desde luego, todas ellas empiezan con un buen resultado electoral. Por eso, más que fijarme objetivos numéricos o de posiciones, lo que me importa es tener un papel decisivo y ser útil. 

Estos días me encuentro a mucha gente que ha valorado los esfuerzos que hicimos para encontrar una solución y que no se aplicara el 155, por ese intento que buscamos de empatizar con gente que piensa muy distinto, de buscar un entendimiento. Ese papel lo podemos volver a hacer si conseguimos un buen resultado. 

Y si logra el objetivo de ser decisivo, ¿tiene ya claro si optaría por un Gobierno de izquierdas con ERC y En Comú o estaría más cómodo en uno con Ciudadanos y el PP?

Nosotros no vamos a investir a Junqueras. 

Esa respuesta puede tener trampa, ¿Y a otro miembro de ERC que no fuera Junqueras?

"La ensoñación unilateral e ilegal de la independencia ha fracasado"

No. Mi respuesta es muy clara. En todo caso, no creo que sea bueno estas cosas de simplificar tanto, de adelantar resultados. Yo tengo dos límites: no puedo pactar con quien quiere romper, pero tampoco voy a pactar con quien no quiera introducir o impulsar reformas. En ese camino, ya veremos quién está después del 21-D y qué es exactamente lo que quieren proponer. Con quien no vamos a estar es quien quiera plantear un referéndum para romper, porque eso no es una solución. Estaremos con quien vaya a plantear un referéndum para sancionar un acuerdo. 

¿Qué pasaría si los independentistas vuelven a obtener mayoría absoluta el 21-D?

Primero, todos tenemos que aceptar el resultado. Segundo, ellos tendrán que aceptar que tienen que cumplir con la ley y, si quieren cambiarla, buscar los mecanismos que la ley incorpora. Y, tercero, habrá que seguir buscando un acuerdo. Si algo ha pasado en los últimos tiempos es que la ensoñación unilateral e ilegal de la independencia ha fracasado. Nosotros lo llevábamos diciendo desde hace más de dos años, pero los independentistas pensaron que sí era posible. Creo que ahora se han dado de bruces con la realidad y, por eso, ahora salen cada día diciendo que no eran conscientes, que no estaban suficientemente preparados… 

No le ha sorprendido ese discurso de rectificación o de admitir el error. ¿Cree que es sincero o responde más a una estrategia tras lo que ha ocurrido?

Hay algo de estrategia detrás. Pero, también es cierto, que ellos no pueden ir a las elecciones diciendo que van a repetir la misma historia. También tienen que pensar en la gente que había confiado en ellos, que les ha seguido, que se había creído que la independencia es muy buena, que se iba a conseguir en 18 meses. A esa gente tiene que darle una explicación, que es difícil, y, por eso, se entiende ahora estas justificaciones y que estén en esta tesitura. Pero tienen que dar una explicación para que sus seguidores sigan confiando en ellos. 

El PSC lleva años defendiendo una propuesta catalanista y federalista, pero casi pasa desapercibida en el debate político de Catalunya, ¿Por qué no termina de cuajar?

"La posición que defiende el PSC es la que puede satisfacer a más gente"

Voy a decir una cosa que me perjudica, pero es lo que pienso. Esto es como si uno va a un partido de fútbol, se acerca a las dos aficiones de cada equipo que, lógicamente, quieren ganar, y les plantea: “Oye, ¿y un empate?, ¿Cómo lo veríais?”. Pues es un tipo antipático. Además, en este caso, no sólo se quiere ganar, se quiere derrotar al otro. 

La posición del PSC no es equidistancia como la ven los otros, es la posición central, la que conviene y la que puede satisfacer a más gente, aunque seguramente no de forma plena. Es claro que a un independentista sólo le va a satisfacer la independencia, y a los que les va bien como están las cosas y les tienes que explicar una reforma y unos cambios, pues seguro que también les incomoda. Pero muchos pensarán que esta propuesta puede ser razonable, que nos permite seguir juntos y avanzar.

Eso sí, yo también tengo una obsesión: Catalunya debe ganar algo con todo esto. Llevamos cinco años de tiempo y energías perdidas y tenemos más problemas de los que teníamos: la sociedad está dividida, la economía está débil y tenemos una imagen muy deteriorada. Por eso yo quiero ganar, y quiero que en Catalunya la gente salga con la cabeza alta, y ni mucho menos humillada, derrotada, vencida o resignada. 

El candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat, Miquel Iceta. / EFE

El candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat, Miquel Iceta. / EFE

De ahí su propuesta de un Pacto de Estado para Catalunya, de buscar algo más que un encaje en el Estado o la reforma constitucional, ¿Hay que recompensar a Catalunya?

No es recompensar, que suena a decir vamos a darle a Catalunya. Creo que la propuesta de Pacto de Estado se abrirá paso, porque no hay otra. Me explico. Hay dos millones de catalanes y catalanas que se quieren ir, y eso puede no gustar, pero es así. Por eso, pido que nadie niegue el problema, y que den una salida razonable que no puede ser ni ilegal, ni insolidaria, ni de ruptura. Pero, desde luego, no quedarnos como estamos.

No se trata de satisfacer a los independentistas, que solo se verán satisfechos con la independencia, pero sí a una gran mayoría de catalanes que quieren ver reconocida la personalidad de Catalunya, que les gustaría un autogobierno más potente, una mejor financiación, un papel más importante en las reformas de España, y que quiere recuperar el respeto. Eso tiene muchos elementos, tienen que ver con la financiación, con las inversiones, con el reconocimiento de la lengua y a la cultura catalana, y con otras reivindicaciones pendientes de hace mucho tiempo que no se han abordado porque los independentistas sólo han puesto encima de la mesa la independencia. Puigdemont puso encima de la mesa 46 demandas, y sólo una es el referéndum de ruptura. 

¿Está diciendo que el PSC respaldaría las otras 45 demandas?

Nosotros hemos hecho estudios sobre esas demandas y, la verdad, es que hay cuatro o cinco que tienen dificultad grande, pero las otras no. Es sólo cuestión de voluntad política y de ponerse. 

El PSC ha pasado por difíciles momentos en estos meses, ¿Ha temido una ruptura o una escisión?

"Lo que me importa es tener un papel decisivo y ser útil"

La verdad es que no. El PSC tuvo sus problemas gordos en los años 2013 y 2014, y ahí sí lo temí. Ahora, es verdad, hemos tenido problemas y tensiones, y alguna dimisión. Y es que hemos tenido un hostigamiento muy grande de otros partidos. Pero el PSC está ahora bastante cohesionado. En torno a su proyecto político y, modestamente, digo también que en torno a mi liderazgo. 

La relación entre el PSOE y el PSC pasa por unos momentos de entendimiento y acción conjunta como no se veía desde hace años, ¿Hubiera sido posible esta relación si Susana Díaz hubiera ganado las primarias?

Creo que hubiera sido diferente, pero no hubiera sido imposible. Susana Díaz es una líder. Si ella estuviera al frente del PSOE posiblemente también tendría su propuesta o su respuesta a la crisis catalana, aunque igual no sería idéntica a la de Sánchez. Nunca he creído aquellos que decían que con Susana sería el fin, y con Pedro el paraíso. Ni una cosa ni la otra. Estoy convencido de que con Susana Díaz también hubiéramos sido capaces de encontrar una propuesta en común o un punto de encuentro. Quien dirige un partido de ámbito estatal tiene que tener una respuesta para Catalunya, por eso me parece increíble que haya partidos que solo digan que no quieren la independencia, sin proponer algo para superar una situación que es muy crítica. 

Usted ha hecho unas listas muy atrevidas, con comunistas y democristianos. ¿Le ha fallado Borrell? ¿Se lo propuso? ¿Le hubiera cedido ser el candidato a la Generalitat?

Sí hubiera sido capaz de hacerlo, y le hubiera cedido mi puesto. 

¿Se lo propuso?

Le propuse ir en las listas, pero me convenció de que no quería ir ni de “uno”, ni de “dos” ni “de ochenta y cinco”, que él último de la lista en Barcelona. Yo lo respeté. Dicho esto, yo creo que los partidos deben presentar a los mejores candidatos que tengan, y al PSC le hubiera venido muy bien que fuese de “tres”, por eso de las listas paritarias. Pero si hubiera querido ir de “uno” lo hubiéramos hablado, porque yo quiero lo que sea mejor o lo que más convenga. Lo hubiera medido y si hubiera visto que tenía más posibilidades, pues no hubiera habido problema. Pero, desgraciadamente, no hemos podido disponer de él. 

Miquel Iceta durante un mitin electoral celebrado en Tarragona. / EFE

Miquel Iceta durante un mitin electoral celebrado en Tarragona. / EFE

Usted jugó un papel muy importante en intentar convencer a Puigdemont para que convocar elecciones ¿Lo vio dispuesto a hacerlo? ¿Por qué cambió de opinión?

Eso se fastidió en la mañana del jueves cuando gente del mundo independentista conoció la noticia y consideró que aquello era una traición. ¿Qué falló? Por lo que yo sé, ERC le amenazó con abandonar el Gobierno, en su partido se organizaron movilizaciones frente a las sedes y él recibió importantes y duros ataques a través de Twitter, de gente muy significativa, llamándole traidor. Y eso condicionó todo. Lo que puedo asegurar es que yo sé que en le madrugada del miércoles la decisión de convocar elecciones estaba tomada, y en esa mañana él se echó atrás. 

¿Por qué ha sentado tan mal en un amplio sector del electorado de izquierda el apoyo de los socialistas a la aplicación del 155? ¿Por qué no se ha entendido?

"Catalunya tiene que ganar algo con todo esto, y que la gente salga con la cabeza alta"

Comprendo que a nadie le guste haber tenido que aplicar ese artículo. El PSC tenía una posición: no queríamos ni DIU ni 155, queríamos que se convocaran elecciones. Pero si se producía la DUI, ¿Qué había que hacer? ¿Aceptar la independencia de hecho? ¿Asumir que las instituciones se situaran fuera de la ley? A los independentistas siempre le digo que les reconozco que son muchos, pero no son la mayoría. Por tanto, no puedo aceptar que una minoría, por numerosa que sea, se imponga a una mayoría. Con Ada Colau discutí sobre esto, y le pregunté: ¿Y cómo paramos esto? ¿Cómo lo hacemos? ¿Con rogativas, con cirios o hacemos una procesión? Los socialistas, no solo el PSC, luchamos hasta el final para no llegar a esto. 

Es cierto que mucha gente nos ha dicho que lo hiciera solo el PP, que “se lo comieran ellos”. Pero un partido que es principal partido de la oposición, que es la alternativa al Gobierno, no se puede poner de perfil en un tema así. Por eso, Pedro Sánchez optó por negociar con el presidente del Gobierno y, además, consiguió que la aplicación del artículo 155 fuese la más breve posible, para que se vea claramente que no se quería utilizar este artículo para sustituir al Gobierno de Catalunya, sino para que los catalanes decidieran cuanto ante cuál es la nueva etapa política que quiere para su país. Admito, que bonito no es, pero un responsable político tiene que dar una respuesta a cómo se enderezaba aquello. 

Cree que tendrá un coste en electorado más de izquierda, porque además de este apoyo, también se retiró la recusación de Soraya Sáenz de Santamaría por los incidentes del 1-O. ¿Por qué ese paso atrás?

Eso se lo pregunte mejor al Grupo Socialista en el Congreso. De todas formas, yo hubiera presentado esa recusación al ministro del Interior, porque lo que estaba verdaderamente mal diseñado fue el dispositivo policial para el día 1 de octubre. 

Otro coste, digamos colateral, que ha sufrido el PSC por el apoyo al 155 ha sido la pérdida de muchos ayuntamientos y salir del Gobierno de Barcelona ¿Qué opina de la postura adoptada por Ada Colau?

"Pregunte al Grupo Socialista por qué retiró la recusación a la vicepresidenta, pero yo hubiera recusado al ministro del Interior"

Estamos muy disgustados. Porque estaba bien explicitado que los ámbitos que desbordaran el tema municipal quedaban en manos de cada partido y, por tanto, ella ha roto el acuerdo al que se había llegado. Además, Colau había dicho que todo dependería de lo que el PSC votara en el Senado, y el único senador que tenemos no participó en la votación. Por eso, no sé a qué responde esta postura. Nosotros mantenemos acuerdos con el PDyC en muchos ayuntamientos que se mantienen. ¿Por qué ahora Coalu es más papista que el papa? Lo mismo están siguiendo las directrices de ERC y preparando un acuerdo para hacer a Junqueras presidente. Eso es posible. Pero eso no tiene nada que ver con el Gobierno de Barcelona. 

Además, esto tiene una trascendencia, porque entre En Comú o Podemos y el PSC o el PSOE hay pocos gobiernos compartidos, y Barcelona en ese sentido era un faro y me hubiera gustado que hubiera servido para otros lugares. Que se haya roto, y de esta manera, es una muy mala noticia. No lo entiendo y creo que no les va a ir bien electoralmente. Para mucha gente el 155 era la única fórmula de parar la independencia, ¿Es que Colau no la quería parar? 

Hay que reconocer que han sido semanas muy tensas, de momentos muy complicados, ¿Cuándo lo vio peor? ¿Cuándo creyó que todo esto iba a naufragar?

"No vamos a investir a un Gobierno de ERC"

El momento peor fue cuando creía que teníamos ya el acuerdo para la convocatoria electoral y supe que Puigdemont se había echado para atrás. Fue un momento muy duro, porque estaba claro lo que iba a pasar después. Yo lo intenté todo, todo, todo y más. Y en ese momento en que te das cuentas que se te va. Fu el momento peor. Siempre he intentado no dinamitar los puentes, para no quemarlo todo en esta hoguera, que es una hoguera para nada, porque ahora tenemos una sociedad más preocupada, frustrada, decepcionada. Y todo eso habrá que reconstruirlo. 

En este escenario, cada dirigente político ha jugado un papel muy marcado. Le pido que me defina a algunos de ellos y valore ese papel. ¿Qué piensa de Puigdemont?

Un independentista que lo intentó, aunque sabía que iba a fracasar. 

¿Y de Junqueras?

Un hombre que quería liderar el independentismo, y que ha conseguido llevar a su terreno al PDyC. 

¿Y de Arrimas?

Una mujer con coraje, que se opone a la independencia, pero que no tiene un proyecto alternativo. 

¿Y de Miquel Iceta?

El hombre que busca el acuerdo.

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