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Elecciones Andalucía 2018 La pelea entre Ciudadanos y PP por el liderazgo de la derecha marca el primer debate electoral en Andalucía

El encuentro en Canal Sur deja claro que la desconfianza continúa presidiendo las relaciones entre Díaz y Rodríguez, lo que podría tener importantes consecuencias para la gobernabilidad de la Comunidad

Los candidatos y candidatas, antes del debate en Canal Sur. Europa Press

raúl bocanegra

El primer debate electoral de la campaña, que se celebró anoche en Canal Sur, la cadena pública andaluza, quedó marcado por la dura pelea entre Juan Marín y Juanma Moreno por los votos de la derecha, lo que le quitó mucha presión a la presidenta Susana Díaz. Incluso el bloque dedicado a la transparencia, el que a priori peor le podría encajar a Díaz, acabó en bronca entre los candidatos de Ciudadanos y PP. Sin embargo, a pesar de las estocadas, fuertes por momentos entre ambos, con las que Marín buscaba rascar sufragios hoy en manos de Moreno, ambos garantizaron que gobernarán juntos si acaban por sumar un voto más que las izquierdas.

El debate comenzó de guante blanco. La moderadora, la periodista Mabel Mata, señaló la paridad en las candidaturas como el hecho histórico que era. Cada candidato y candidata arrancó en su carril. En el bloque de empleo y de economía, el que abrió el fuego, se produjo un intercambio de ideas muy interesante que permitió ubicar a cada uno en su terreno ideológico. Díaz (PSOE) abogó por la redistribución de la riqueza, Teresa Rodríguez (Adelante Andalucía) por un combate sin fisuras contra la precariedad, Moreno (PP) prometió una bajada masiva de impuestos; y Marín (Ciudadanos) una administración que favorezca a los colectivos emprendedores.

Poco a poco, el debate se fue calentando. Y fue Marín, el candidato que en teoría tiene el perfil más tranquilo, quien animó la fiesta. El dirigente de Ciudadanos llevaba preparados dos aldabonazos de laboratorio, uno contra Moreno y otro contra Díaz. El primero de ellos se lo soltó a Moreno. En busca de todos los votos de derechas que pudiese obtener (el CIS habla de volatilidad en los sufragios conservadores) se lanzó muy fuerte a por el presidente del PP de Andalucía.

Marín a Moreno: "40 años en el Parlamento y no le ha bajado un céntimo a los andaluces"

Tomó un folio en blanco, en el que escribió sobre la marcha la palabra nada, y le espetó que el PP llevaba 40 años en el Parlamento andaluz y que no había logrado nada en todo ese tiempo. “40 años en el Parlamento de Andalucía y no le ha bajado un céntimo a los andaluces. No venga aquí a darnos lecciones”. El ataque desconcertó a Moreno, que, en su respuesta, se refirió a la corrupción lo que facilitó la contrarréplica de Marín, a quien le bastó con mentar la Gürtel para sacudirse el ataque.

Segundo aldabonazo de Marín


El segundo bloque, en el que tocaba hablar de servicios públicos, se convirtió en un todos contra Díaz a cuenta de los problemas, evidentes, por los que atraviesa, tras diez años de crisis económica, la sanidad pública. Se tocaron temas importantes, como su financiación adecuada, que defendió Rodríguez, y los tiempos de espera y la ampliación de la cartera de servicios. La presidenta evitó enredarse con Rodríguez, cuyo discurso quedó diluido porque quiso decir demasiadas cosas en este tema -entre ellas que el Gobierno andaluz gasta más en publicidad que en complementar las pensiones no contributivas-, y logró confrontar con el PP y llevar a Moreno a sus contradicciones, como responsable que fue en el Ministerio de Sanidad, que dirigía Ana Mato, artífice de los recortes.

Marín a Díaz: "Usted quiso abandonar Andalucía. Quiso irse a Madrid. Andalucía es se segundo plato"

En este bloque, Marín soltó su segundo aldabonazo, este contra Díaz, dividido en dos partes. “850 millones de euros defraudados en los ERE. ¿Sabe todo lo que podríamos hacer con ese dinero? ¿Cuántos hospitales?”, abrió. Y cerró: “¿Sabe qué pasó el 21 de mayo de 2017? Usted quiso abandonar Andalucía. Quiso irse a Madrid. Usted quiere irse a Madrid. Sus compañeros le dieron la espalda. Andalucía es su segundo plato”.

La presidenta le respondió con una canción de Presuntos Implicados y le recordó que en aquel momento Marín apoyaba al Gobierno socialista y que no decía eso mismo. “Se le ve impostado. Me recordaba una canción de mi juventud: Cómo hemos cambiado, en qué ha quedado nuestra amistad. Si hoy le mandan leer otra partitura, lo lamento. Sabe la estima que le tengo”.

Puntos en común y desconfianza

El debate dejó también la sensación de que el proyecto del PSOE y el de Adelante Andalucía tienen bastantes puntos en común, y otros no, claro está. Lo cual no es un asunto menor para la gobernabilidad de Andalucía, a la vista de los sondeos. A pesar de que no se buscaron las vueltas, como otras veces, de manera particular, se produjeron dos momentos tensos entre Díaz y Rodríguez, que revelaron que, a pesar de cierto cambio de actitud en el trato de la presidenta a la candidata de Adelante Andalucía, la relación entre ambas sigue estando dominada por una profunda desconfianza. Por ello, la presidenta instó a todos los partidos, en un par de ocasiones, a no bloquear la nueva legislatura, si no logran sumar los votos necesarios para desalojar al PSOE de la Junta.

A pesar de que no se buscaron las vueltas de manera particular, la relación entre Rodríguez y Díaz sigue dominada por la desconfianza

El primero de esos momentos difíciles se produjo cuando Díaz recordó a Rodríguez, que había criticado las dietas de los diputados y diputadas –“sobresueldos en B”, dijo–, que las alcaldesas de Madrid y de Barcelona cobran más que ella. “Han tenido 4 años para limitarse el salario Carmena y Colau”. Díaz agregó que ella no cobraba dietas. Y Rodríguez deslizó en ese momento un comentario personal: “Y 80 euros en la cuenta corriente, claro”.

Y el segundo vino cuando Díaz acusó a Rodríguez de dejarla sola durante la pasada legislatura y de permitir que Ciudadanos apoyase los presupuestos: “Los apoyó el señor Marín porque usted prefirió unir sus votos a la derecha”, le dijo Díaz a Rodríguez. Y esta le replicó con dureza: “Me dice que la he dejado sola. En tres ocasiones le dijimos que pactase los presupuestos. Y usted no se ha sentado porque ha preferido sistemáticamente a la derecha. Y lo ha preferido en España cuando dio un golpe de estado en su partido para darle la presidencia a Rajoy”.

Airosa de la corrupción

El arranque de su discurso contra la corrupción fue uno de los buenos momentos de Rodríguez en el debate. Defendió la candidata de Adelante Andalucía que no todo el mundo tiene la misma legitimidad contra los desvíos de fondos públicos. Y arremetió con dureza contra el PSOE y la propia Díaz, además de recordarle a Moreno los casos más sucios del PP y de acusar a Ciudadanos de “blanquear el cortijo”.

“La corrupción es un lastre. Están puestos en cuestión más de 20 años de administración en los tribunales. Las políticas de empleo están en cuestión. Han servido para comprar la paz social. Nos han quitado todo ese dinero y lo han utilizado para sus propios fines y, en concreto, el PSOE para mantenerse en el gobierno. Y pensarán algunos que no nos acordaremos de la Gürtel y de los volquetes de putas”, dijo Rodríguez. Luego atacó directamente a la presidenta: “Su discurso ha sido yo no tengo nada que ver, pero tiene altos niveles de tolerancia a la corrupción”. Rodríguez dejó para el final de su discurso una bonita frase en la que reivindicó la actividad política: “La política es un acto de sacrificio y de amor”.

El PP intentó que se olvidase su corrupción y que el bloque sobre transparencia fuera todos contra Díaz, pero fracasó

Esta intervención de Rodríguez dio paso a una bronca entre Ciudadanos y PP, que trató de llevar el bloque a un todos contra Susana Díaz, pero fracasó debido a los antecedentes de su partido, corroído por la corrupción. Se produjo después un intercambio entre Marín y Moreno sobre la gobernabilidad de Andalucía, que desnudó la estrategia del candidato de Ciudadanos y su gran objetivo para estos comicios: quedar por encima del PP.

Dijo Marín: “Usted y yo nos vamos a poner de acuerdo si tenemos un voto más. Nunca nos perdonarían los andaluces si podemos sumar y no lo hacemos”.

Replicó Moreno: “No sueñe. No voy a ser vicepresidente suyo”.

Agregó Marín: “Pero, ¿Usted cree de verdad que está legitimado para hablar de corrupción? El único partido condenado viene a darnos lecciones a Ciudadanos”.

Moreno acusó a Díaz de ser cómplice de la corrupción del pasado, la de los ERE y la Faffe, no por implicación personal, sino por callar. “Tiene usted la mácula del silencio. Le dañan a usted y a sus intereses electorales cuando salen estas cosas”.

Pero la presidenta salió airosa de este bloque, después de todo. Defendió la honestidad de su gobierno y de su gestión y se agarró precisamente a la colaboración de Ciudadanos a lo largo de los últimos tres años y medio. “¿Qué caso de corrupción hay? Llevo 5 años en la presidencia. Si [Ciudadanos] ha estado 3 años y medio colaborando, no pensaría que hay corrupción”. Agregó Díaz: “Hemos puesto más controles que ninguna otra administración. Moreno, un poquito de prudencia. Usted ya dijo que la corrupción ha triturado al PP. Si creemos en la democracia y en las instituciones, prestigiemos las instituciones, ahuyentemos a quien quiere venir a aprovecharse. Nuestro comportamiento tiene que ser ejemplar. Y esa es la tranquilidad que tienen los andaluces”.

Catalunta, el 28F y el 4D

El último bloque, dedicado a la política territorial, llevó a que tanto Ciudadanos como el PP introdujeran la crisis catalana y su gestión. Se produjo aquí un debate interesante entre Rodríguez y Marín, que reveló las abismales diferencias ideológicas entre ambos. Moreno quiso meter a Díaz en la contradicción con Pedro Sánchez y la idea de plurinacionalidad, pero la presidenta reivindicó la Constitución y arremetió contra Rajoy por su aplicación “tardía” del 155.

Rodríguez: "El verdadero problema de este país no es el catalán. Es el andaluz. No llegar a fin de mes"

En este punto del debate, emergió la mejor Rodríguez. Abrochó un discurso contra la injusticia, muy comprensible por su sencillez y claridad expositiva, que dejó en evidencia la utilización por parte de la derecha, porque creen que les da votos en Andalucía, del asunto catalán. Dijo Rodríguez: “El verdadero problema de este país no es el catalán. Es el andaluz. No llegar a fin de mes. Lo peor de este país es la desigualdad. Tres personas tienen lo mismo que 14 millones. Eso es lo que rompe España, las cosas del comer. Que no haya un tren digno para ir de Sevilla a Granada. Tenemos derecho a hablar de ello. Y estas elecciones son una oportunidad. Hemos echado de menos a nuestra presidenta en esta legislatura. Hay que hacer una apuesta por más autonomía”.

Con esta reivindicación de Andalucía, Rodríguez le dio pie a la presidenta para sumarse: “Estoy de acuerdo con usted en algo. Ahora hay que hablar de Andalucía. Nos lo ganamos el 4D y 28F. Aquel 28F se consiguió la igualdad y se garantizó un desarrollo autonómico mucho más justo. En eso coincido con usted, pero Andalucía es una fortaleza para España”.

Rodríguez, finalmente, rompió una lanza por la Constitución desde una perspectiva andalucista. “Reivindico un patrimonio constitucional que dio un 4D y un 28F a Andalucía”, afirmó.

Esta crónica debe cerrarse con una mancha feminista. A pesar de la invitación expresa de la moderadora Mata a tocar este tema al final del segundo bloque, donde tocaba, ninguna candidata ni candidato lo hizo.

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