Cuando el PSOE está en la oposición no actúa de igual manera que cuando está el PP. Es un mensaje que trasladan de forma frecuente tanto desde Moncloa como desde Ferraz. Se refieren a asuntos como Catalunya, al recordar cómo los socialistas cerraron filas con las decisiones de Mariano Rajoy, y, especialmente, al cumplimiento de la Constitución Española con la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). La historia nos dice que los populares siempre han demorado en el tiempo este tipo de decisiones. 

Nunca se había llegado tan lejos como durante esta legislatura. El máximo órgano del poder judicial lleva caducado ya cuatro años en una situación sin precedentes que ha tensado mucho la cuerda entre ambos partidos. El PP, tanto con Pablo Casado como con Alberto Núñez Feijóo, ha puesto una veintena de excusas para no poner fin al bloqueo. Una de las últimas tiene que ver con la reforma del delito de sedición emprendida por el Gobierno de Pedro Sánchez. 

Las maniobras han salpicado también al Tribunal Constitucional y una decisión inédita al impedir una votación en el Senado sobre su propia renovación. Finalmente, este órgano se va a renovar tras meses de retraso y la proposición de ley que anunciaron PSOE y Unidas Podemos de urgencia quedará aparcada. 

Desde que se reformó la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) en 1985, que establece el modelo actual de elección, ha habido seis renovaciones. Para elegir a los vocales del CGPJ se necesita una mayoría parlamentaria de tres quintos del Congreso. Es decir, es ineludible que los dos grandes partidos, PSOE y PP, pacten los nombres. 

En 1985 gobernaban los socialistas con Felipe González. El CGPJ se renovó un día después de que expirara el mandato de los miembros de este organismo, con Alianza Popular en la oposición. En 1990 se tardó un poco más, cuatro meses, ya con la actual marca del PP en vigor y los socialistas todavía en el poder. 

¿Qué ha pasado en otras legislaturas con el PP en la oposición? El asunto se demoró bastante más tiempo. Por ejemplo, con José María Aznar. El expresidente ejercía de líder de la oposición el 8 de noviembre de 1995, fecha en la que expiraba el mandato del CGPJ. Aznar bloqueó la renovación del órgano desde la oposición y solo accedió a renovarlo cuando ya llegó a la Presidencia del Gobierno. En marzo de 1996 ganó las elecciones y en junio se renovó el CGPJ, con ocho meses de retraso.  

Ya con José Luis Rodríguez Zapatero como presidente, la renovación del CGPJ se hizo esperar casi dos años. El mandato del órgano judicial había expirado en el mes de diciembre de 2016. Las acusaciones fueron muy duras también entonces entre ambos partidos. "El PP no será cómplice en la ocupación de la Justicia por parte del PSOE y de los nacionalistas más radicales", se justificaban desde la derecha. No fue hasta el mes de julio de 2008 cuando Zapatero pudo acordar con el líder de la oposición, Mariano Rajoy, desbloquear la renovación de este organismo. Fue el primer gran pacto entre ambos. 

¿Y el PSOE cuándo renovó el CGPJ?

Los socialistas sacan pecho de que la situación ha sido mucho más ágil en las ocasiones donde su partido ha estado en la oposición. En 2001, el CGPJ se renovó solo tres meses después de que expirara el mandato de los miembros de este organismo. Un tiempo similar al transcurrido en 2013, donde solo se tardó dos meses. 

La situación es completamente diferente a la vivida durante esta legislatura. "El PP ha traspasado todos los límites en esta ocasión, imponiendo durante cuatro años una mayoría conservadora en los tribunales que no le han dado las urnas. Debe cumplir la Constitución y desbloquear ya el CGPJ", señalan desde Ferraz.

La pregunta es si desde el Gobierno Sánchez tomará alguna medida para desbloquear el órgano como sí ha intentado hacerlo con el Tribunal Constitucional (TC). La opción de rebajar las mayorías parlamentarias para hacerlo no está sobre la mesa, pese a las presiones de sus socios, por las dificultades que pondrían desde la Unión Europea.

Este mismo miércoles Moncloa volvía a apelar a los populares a que cumplieran con lo que les corresponde. Desde el partido de Feijóo esta vez se utiliza como excusa las alianzas de los socialistas con partidos como ERC o EH Bildu. Sería, según las cuentas del Gobierno, la excusa número 21. O en realidad, una de las primeras que dieron allá por 2020 pero reciclada para el momento actual.