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Juventud Sin Futuro Juventud Sin Futuro, una de las semillas del 15-M, dice adiós

El colectivo, que sentó las bases del movimiento de hace seis años, fue cantera de políticos como Rita Maestre, Ramón Espinar o Eduardo Fernández Rubiño

Imagen de archivo de la manifestación de abril de 2011 convocada por Juventud sin Futuro / EFE

MARÍA LÓPEZ (EFE)

Casi seis años después de una movilización en abril que sentó las bases de la del 15 de mayo de 2011, Juventud Sin Futuro (JSF), colectivo del que proceden cargos de Podemos como Rita Maestre o Ramón Espinar, se disuelve al no querer "formar parte" con sus siglas de la nueva etapa de "cambio" que se abre.

"Sin casa, sin curro, sin pensión. Juventud sin miedo. Recuperando nuestro futuro. Esto es sólo el principio" fue el lema de la manifestación que el 7 de abril de 2011 reunió en las calles de Madrid a un millar de jóvenes; noticia de portada porque hasta entonces la crisis económica no había generado apenas protestas. Tras aquella marcha estaban algunos de los jóvenes que hoy protagonizan la política española y madrileña.

De las filas de JSF provienen la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, el portavoz en el senado de Unidos Podemos y secretario general de Podemos en la Comunidad de Madrid, Ramón Espinar, o diputados nacionales de Podemos como Segundo González. También los parlamentarios autonómicos madrileños Eduardo Fernández Rubiño, artífice de la irrupción de Podemos en redes sociales, Miguel Ardanuy, Pablo Padilla, cercanos a Iñigo Errejón, o Isa Serra, del ala de anticapitalistas. Muchos de los integrantes iniciales del colectivo juvenil madrileño impulsaron o recalaron en Podemos y algunos de ellos forman parte hoy de diferentes familias, otros optaron por hacer política fuera de las instituciones.

Una "mirada caleidoscópica" compuesta por "cientos de personas", según reza y agradece el comunicado de despedida hecho público esta tarde por la organización, que ha desplegado una pancarta en Plaza de España con el rótulo "Quisieron robarnos el futuro, pero sólo nos quitaron el miedo". De sí mismos dicen que supusieron el comienzo de la politización de lo cotidiano, de la dignificación de la vida y de la colectivización de unos problemas que se negaban a creer como personales.

Al debate público aportaron el problema de la falta de expectativas con su lema más célebre "sin curro, sin casa, sin pensión, sin miedo", y también el "exilio forzado" de la juventud, que abandona España por falta de empleo. "No nos vamos, nos echan", gritaron en las calles de Madrid en una protesta que inspiró el documental En tierra extraña, de Icíar Bollaín.

"Nos despedimos sabiendo que estos años no han sido en balde y que de nuestro esfuerzo se han logrado victorias en el campo del discurso que otras sabrán aprovechar", afirman en su escrito. El colectivo, que operaba desde el centro social okupado Patio Maravillas, hoy sin espacio, innovó también en sus formas políticas, haciendo una apuesta por la televisión, a cuyos platós acudieron de forma regular Ramón Espinar y Pablo Padilla y que usaron de altavoz "para denunciar, reivindicar y proponer", según destacan.

El cambio de la realidad política ha supuesto sin embargo el fin del colectivo. "Nacimos con el ansia de fracturar un régimen que no nos representaba, promoviendo un cambio político que se inició en el 15-M y en el que aún nos encontramos, aunque de diferente manera". Un cambio "acompañado irremediablemente de etapas, tanto políticas como personales, y nosotras, en esta nueva etapa que se abre, hemos decidido no formar parte de ella como Juventud Sin Futuro", afirman. Señalan también que la juventud aún sufre precariedad laboral, falta de vivienda y aún hace "la maleta a diario" para irse al extranjero, pero serán "las que vienen las que enarbolarán esta y futuras batallas", concluyen.

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