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UPyD traiciona y amenaza al gobierno de la izquierda en Asturias

El partido de Rosa Díez tiene en vilo a la sociedad asturiana, a la que intenta abocar a la prórroga presupuestaria tras apoyar durante más de un año al PSOE, con quien acaba de romper por el trámite fallido de una

JOAQUÍN DEL RÍO

Unión Progreso y Democracia trata de sacar petróleo de la preeminencia de Ignacio Prendes, su único diputado en el Parlamento de Asturias, una cámara de 45 representantes en la que su voto es decisivo para inclinar la balanza a la izquierda (donde PSOE e IU suman 22 escaños) o la derecha (donde también tienen 22 el PP y Foro -el partido de Cascos-)

UPyD rompió con el PSOE hace días con motivo del fallido trámite en la asamblea regional de la legislación electoral, impuesta en el acuerdo a tres bandas (PSOE-IU-UPyD) y que sirvió para investir presidente al socialista Javier Fernández, tras la convocatoria de elecciones anticipadas por Francisco Álvarez-Cascos cuando éste no pudo sacar adelante su presupuesto.

La ruptura coincidió extrañamente con la celebración en Madrid del congreso que reeligió presidenta a Rosa Díez, que fue, en realidad, quien la dio a conocer. Por esta razón, hay mucha gente que cree que la ruptura se decidió en Madrid y no en Asturias. 'Claro que sí --aduce el diputado gijonés Prendes, único del partido magenta en el Parlamento de Oviedo--, pero porque yo mismo formo parte de la dirección nacional; también en Madrid se decidió llegar al acuerdo en su momento'.

La reforma de la ley electoral que tramitaba Asturias desmantelaba el denostado poder de las cúpulas sobre la candidatura electoral, al forzar la celebración de primarias en todas las formaciones y desbloquear las listas (si un candidato tiene más votos que alguien que le precede en la lista, pasa por delante de él; ello obligaría a asegurarse el favor de los ciudadanos, antes que el de los aparatos). También preveía hacer obligatorios los debates entre cabezas de lista en los medios públicos, reducir a uno oficial el envío de papeletas electorales, permitir el voto anticipado en urna y otros cambios de menor calado. Muchos de estos cambios inspirados por el 15M, aunque lo que verdaderamente importa a UPyD es que reequilibra el peso del voto emitido, de donde la formación magenta espera obtener mayor presencia en el Parlamento, así que su posición se parece más a un chantaje que a cualquier otra cosa.

Pero en el acuerdo que propició la investidura se establecía que esta reforma debía hacerse con 'una mayoría reforzada' y esta expresión es la que ha llevado a la ruptura. Para UPyD valía ahora con la mayoría absoluta que garantizaba con el PSOE e IU, pero para los socialistas esa mayoría reforzada debería ser mayor de la mitad más uno (y más próxima a la mayoría cualificada: dos tercios o tres quintos...). El texto firmado hablaba de 'una mayoría y reforzada'.

La reforma electoral debía hacerse con 'una mayoría reforzada', lo que ha llevado a la ruptura entre PSOE y UPyDEl caso es que los focos apuntan ahora al PP, que es quien tiene en su mano la continuación del presidente socialista o su defenestración. Porque Javier Fernández sacará adelante su proyecto presupuestario si éste obtiene más votos a favor que en contra... y eso exige que se abstengan las gentes en Asturias de Rajoy... Y ello porque el Estatuto de Autonomía garantiza que sale adelante cualquier proyecto presupuestario que tenga más votos a favor que en contra. Así es que, dando por hecho que votan a favor del proyecto PSOE e IU y en contra Foro y UPyD, debe abstenerse el PP para que las cuentas de Javier Fernández continúen adelante.

En caso contrario, habría dos posibilidades: que el presidente socialista presente una moción de confianza para tantear si debe irse (o gobernar prorrogando el presupuesto) o que la oposición de derechas consiga una moción de censura (que debería proponer un presidente alternativo y que es muy improbable a día de hoy).

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