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Rajoy utiliza a Quintana para desviar la atención del PP

El dirigente conservador cambia su agenda y organiza a toda prisa un mitin en Oia, a donde acudió el día anterior el líder nacionalista, para denunciar que éste 'engañara' a unos ancianos

MARÍA JESÚS GÜEMES

El PP ha dado con un nuevo filón para su campaña. Los conservadores llevan días denunciando los gastos de Emilio Pérez Touriño al frente de la Xunta. Pero hasta ahora sólo criticaban por encima a su socio de Gobierno, Anxo Quintana. Todo eso cambió ayer cuando Mariano Rajoy denunció que le había parecido 'un espectáculo bochornoso' que el líder del BNG engañara a unos ancianos, arrastrándoles hasta un mitin, cuando estos se pensaban que iban de excursión a Portugal.

A Rajoy se le veía encantado con la polémica. Después de tanta trama de espionaje y corrupción le daba un respiro, desviaba la atención del PP y munición contra los adversarios políticos. Tanto fue así que el líder del PP decidió cambiar su agenda y demostrar a los nacionalistas que su partido puede montar un acto en tan solo tres horas y atraer a gente sin tener que pagarle.El dirigente conservador se fue hasta Oia (Pontevedra), justo a donde había ido el día anterior Quintana, para denunciar lo ocurrido.

Ante unas 150 personas, Rajoy -que llegó acompañado por su mujer, Elvira Rodríguez- fue directo al grano. Nada más tomar la palabra preguntó si alguno de los presentes había pagado 15 euros por asistir o si alguien que iba para otro sitio 'había aterrizado' allí por casualidad.'Nos engañaron como a chinos, nos tratan como a los rebaños de ovejas, después de tantos años en la trinchera me quieren vender la moto... Es un atraco sin pistola', bramó el líder del PP mezclando castellano y gallego por una vez. El jefe de la oposición denunció la actitud 'del señorito abusón'. No se refería a otro que a Quintana porque Rajoy considera que trata a la gente como 'mercancía' mientras presume de 'Galicia y de intelectuales'. Todos sus dardos iban dirigidos hacia la misma diana: el líder nacionalista.

Al son de Manolo Escobar

'Esto refleja lo que es una categoría', comentó irónico Rajoy. 'No se puede convocar a la gente engañándola', apuntó calentando más los ánimos de su público. 'Y además se va, se inicia el baile y ponen: '¡Qué viva España!', de Manolo Escobar. Le dieron una ración de nacionalismo verdaderamente sorprendente. '¡Yo estoy a favor de que se ponga esa canción!', proclamó ante un auditorio que parecía asistir al Club de la Comedia y reía su sorna a carcajas.

Sus críticas se fueron alternando con otros muchos de los recursos que utiliza en sus encuentros de campaña. Así acusó a Touriño de 'dilapidar' el dinero de todos los españoles y, en una pausa, recordó que su partido había ganado sin excepción todas las elecciones gallegas. 'Hoy es una necesidad nacional que el PP tenga 38 escaños para desalojar a esta gente', reclamó.Pero después volvió a lo suyo, desgañitándose contra Quintana y enredándole con el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo. Rajoy cree que ninguno de los dos puede estar al frente de su cargo. El primero porque 'no puede presidir nada, a lo sumo puede hacer el gamberro por ahí...'. En cuanto al segundo, porque es 'un problema de calidad democrática'.

Como ya estaba inspirado, aprovechó para cargar contra Zapatero, de quien se burló diciendo que no se había visto 'a nadie desde el año cero como él'. 'Ése es un genio, nunca se equivoca', apuntilló despectivamente pra retarle después a llenar sus auditorios. Ante el anuncio de que el presidente del Gobierno está hoy en Vigo, Rajoy afiló sus garras: 'Nos comunican la gran invasión. Autobuses de Asturias y León vienen a ver si llenan lo que no llenaron en A Coruña'. Rajoy presumía de que al PP no le hacía falta 'traer autobuses del quinto pino'. Olvidaba que hace tan sólo unos días el presidente de la Diputación de Ourense, Xosé Luis Baltar, tuvo que hacer lo propio en Allariz, tierra de Quintana, con Feijóo. Se tornaban los papeles.

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