Público
Público

Más de veinte sustancias peligrosas contaminan el agua, los peces y el lecho del Ebro

Los análisis de la Confederación Hidrográfica detectan la presencia de compuestos químicos y metales pesados en más de 900 muestras tomadas en los últimos meses en caudales, sedimentos y animales en los puntos críticos de la cuenca

Los análisis de la CHE han detectado un vertido continuo de residuos de lindano procedentes de la depuradora municipal de Vitoria desde hace tres años.

EDUARDO BAYONA

@e_bayona

ZARAGOZA.— Más de veinte compuestos químicos contaminan el agua del Ebro y de algunos de sus principales afluentes, los lechos sobre los que discurren y, también, a los peces que los habitan.

Así lo pone de manifiesto el último informe de la Red de Control de Sustancias Peligrosas elaborado por la Confederación Hidrográfica (CHE) de esa cuenca.
“Se ha superado el límite de cuantificación” en 904 de las 4.426 muestras tomadas —un 20,4% del total— para 23 de las 47 sustancias analizadas en el agua, indica el documento, que añade que los límites legales no se han superado en otras 24, entre las que “se trata sobre todo de contaminantes orgánicos”.

Dos aspectos del estudio, que incluye la toma de análisis en 24 puntos, dan idea de la magnitud de los problemas de contaminación que sufren algunas zonas de la cuenca, básicamente como consecuencia de la actividad industrial que se desarrolla aguas arriba. Se trata de la detección de contaminantes químicos tanto en los sedimentos del lecho de los ríos como en los tejidos de los peces que los habitan, lo que indica que la presencia de esos compuestos ha sido prolongada en el tiempo, además de intensa.

Peces con DDT, mercurio y selenio

En el capítulo de los peces, el informe reseña dos positivos por hexaclorobenceno en ejemplares de alburno y rutilo capturados a la altura de Ascó, en el tramo bajo del Ebro; otro por residuos de lindano, este en el río Zadorra en Vitoria; valores excesivos de mercurio “en los 22 puntos de control”, especialmente en la localidad burgalesa de Ircio y en el Cinca en Monzón; “concentraciones significativas” de DDT en este último punto y en el cauce principal, a la altura de Ascó y de Campredó, y, por último, selenio en todos los análisis selectivos de metales pesados realizados, zinc “en casi un 50%” de los casos y cromo en un 33%.

Se ha superado el límite de cuantificación en un 20,4% de las muestras tomadas.

El informe de la RCSP señala como puntos negros de la cuenca, además de esos lugares, en los que también aparecieron otros contaminantes como el fluoranteno, el Zadorra a su paso por Salvatierra (Álava), el Arga en Ororbia (Navarra), el Huerva en Fuente La Junquera (Zaragoza), en los tres casos por la presencia de metales pesados procedentes de la industria en el lecho de los ríos, así como el Gállego en Hostal de Ipiés (Huesca), en cuyos sedimentos ha calado el lindano vertido sin control durante décadas en Sabiñánigo. En menor medida, los análisis de los técnicos de la CHE destacan la elevada presencia de fluoruros en el Jalón en Grisén (Zaragoza), el Ebro en Miranda –tolueno y benzotiazol- y el Vero en Barbastro por cromo, zinc y mercurio.

El informe señala como puntos negros de la cuenca el Zadorra a su paso por Salvatierra (Álava), el Arga en Ororbia (Navarra) y el Huerva en Fuente La Junquera (Zaragoza).

El informe, que destaca que únicamente la industria química de Flix (Tarragona) dispone de autorización para verter mercurio, y siempre dentro de los límites legales, apunta a la existencia de “una contaminación de fondo” de este metal pesado en toda la cuenca que “podría ser la causa de las concentraciones” de sus residuos detectadas en las especies piscícolas de quince de los 24 puntos de muestreo de la red fluvial del Ebro.

Lindano en el Gállego y el Zadorra

El documento dedica dos apartados específicos a la presencia de residuos de HCH, un elemento químico cancerígeno por acumulación procedente de dos vertidos históricos generados por la producción del insecticida lindano en el río Zadorra en Vitoria -en peces- y en el Gállego en Huesca —en los sedimentos del lecho—. 

Únicamente la empresa química de Flix está autorizada a verter restos de mercurio al Ebro, aunque este metal pesado está presente en toda la cuenca por la actividad industrial.

Se trata, indica el estudio, de “una sustancia tóxica, persistente y bioacumulable” que “presenta un riesgo significativo para el medio acuático, o a través de él, incluidos los riesgos de esta índole para las aguas utilizadas para la captación de agua potable” en las riberas de esos ríos. Un informe anterior daba cuenta de su presencia en el tramo final del Ebro a finales del año pasado, lo que da idea del elevado poder contaminante de esos focos, que se encuentran a cientos de kilómetros.

En el caso del Gállego, las obras de sellado del antiguo vertedero de Bailín en Sabiñánigo provocaron en 2014 una situación de emergencia que llevó a suspender durante semanas el suministro de agua para consumo de boca a varias poblaciones de su ribera.
Desde esas obras —que han llevado a la imputación de catorce personas por delito ambiental— y pese a los trabajos de limpieza realizados tras la alerta, que incluyeron la retirada de 400 kilos de HCH, la red de control ha detectado en 25 ocasiones la presencia de este residuo.

Vertidos tóxicos en Vitoria durante la alcaldía de Maroto

En Vitoria, los positivos de HCH en concentraciones superiores a “la máxima admisible” comenzaron a detectarse en 2013 y 2014. “Concretamente, en siete de los 23 muestreos realizados”, anota el informe. Los vertidos resultaron proceder del vertedero de Gardelegui, cuyo lixiviado está conectado a la depuradora municipal de la capital alavesa, ubicada en el paraje de Crispijana. Esos residuos no se detectaban cuando el río Zadorra bajaba con más de mil litros por segundo, lo que “apunta a que el vertido de HCH es continuo, pero con caudales un poco más altos no se detecta”.

la Confederación ha resuelto revisar la autorización de vertido de la depuradora de Vitoria y exigir al municipio “un programa de medidas correctoras”.

Los técnicos de la CHE consideran que la medida más adecuada consiste en “resolver la contaminación en su origen, es decir, ejecutando medidas en el propio vertedero”. Así, la Confederación ha resuelto revisar la autorización de vertido de la depuradora de Vitoria y exigir al municipio “un programa de medidas correctoras” para evitar que los isómeros de HCH lleguen a la red de colectores de la planta e impedir “su posterior presencia aguas abajo”.

Adjudicada dos meses antes de dejar la alcaldía

La gestión de la depuradora de Crispijana, de la que es titular una empresa municipal vitoriana, fue adjudicada hasta marzo de 2019 a Inima, dos meses antes de que Javier Maroto, actual vicesecretario sectorial del PP, fuera relevado en la alcaldía de esa ciudad por Gorka Urtaran, del PNV, en junio de 2015.

Inima, una de las principales empresas españolas del sector de gestión de infraestructuras relacionadas con el agua, fue puesta a la venta hace dos años al fondo surcoreano GS, que en 2012 se la había comprado a OHL por 231 millones de euros. Inima es adjudicataria de contratos de sociedades e instituciones públicas como el madrileño Canal de Isabel II y el Ministerio de Fomento.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias