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Las Tablas de Daimiel entran en la UCI y sólo un 5% de su superficie tiene agua 

El humedal está en peligro crítico debido a la sobreexplotación del acuífero para usos agrícolas. En los últimos años las hectáreas de regadío ilegal se han multiplicado y los ecologistas piden al Gobierno un plan de choque. 

Un turista en las Tablas de Daimiel, a 26 de abril de 2023, en Ciudad Real, Castilla- La Mancha (España).
Un turista en las Tablas de Daimiel, a 26 de abril de 2023, en Ciudad Real, Castilla- La Mancha (España). Patricia Galiana / Europa Press

Mientras todos los focos apuntan hacia Doñana, las Tablas de Daimiel, el otro gran humedal del país, se sumerge en una gran crisis ecológica. El ecosistema, que este miércoles cumple 50 años desde que fue declarado Parque Nacional, se seca y la zona inundable solo cuenta con agua en un 5% de su superficie, según el informe situación de junio de la Comisión de Explotación del acueducto Tajo-Segura.

Desde enero de 2023, el Parque Nacional ha perdido el 58,8% de su área inundada, que ocupaba 250 hectáreas y ahora sólo 103 hectáreas. Si bien, el verano propicia que haya menos agua, este año la sequía ha agravado la situación y la superficie de desborde es un 43% inferior a la que se registró en junio de 2022.

Alberto Fernández, experto en agua de WWF, deja claro que la situación de emergencia no tiene tanto que ver con la sequía prolongada como con la sobreexplotación agropecuaria del acuífero 23 que nutre al humedal. "El desarrollo del regadío intensivo se ha favorecido durante muchísimos años desde la Administración, se han otorgado ayudas para ello. Pero es que, además de los terrenos que se han reconvertido de manera legal, hay cerca de 52.000 hectáreas de regadío ilegal en el entorno que directamente se nutre del acuífero", denuncia el ecologista.

"El acuífero permite una extracción máxima de 200 hectómetros cúbicos al año para que pueda recuperarse y en los últimos años el régimen de extracciones está en los 300-350 hectómetros cúbicos", explica el conservacionista. De estos, al menos 93 hectómetros cúbicos serían extracciones irregulares para regadío.

Fernández deja claro que la política de trasvases por tubería es un "parche" no soluciona el problema: el nivel de la capa freática cada año es más baja y eso imposibilita que la superficie del Parque Nacional se encharque por completo. En 2023 se han bombeado 8 hectómetros cúbicos desde el Tajo, una contribución que es "insuficiente" y alejada de los más de 1.500 hectómetros cúbicos de déficit acumulado en los últimos 10 años, según los colectivos ecologistas. 

Desde el Ministerio para la Transición Ecológica reconocen que el problema principal es la sobreexplotación del acuífero. "Esto, sumado a la sequía en la que está inmersa España, agrava la situación del Parque Nacional", explican desde el gabinete de Teresa Ribera. 

Los principales colectivos ecologistas del país –WWF, Ecologistas en Acción, Greenpeace, Amigos de la Tierra y SEO/BirdLife– reclaman al Gobierno y a la Junta de Castilla-La Mancha que implementen un plan de actuación con urgencia para perseguir los usos ilegales de agua 

El Ministerio es consciente de la gravedad de la situación y en los últimos meses ha trabajado en el diseño de un marco de actuaciones, como lo que ya se ha implementado en el Mar Menor o en Doñana. De hecho, el equipo de Ribera tenía previsto anunciar esta semana, pero el adelanto electoral, según informan desde el gabinete ministerial, ha impedido que se pueda aprobar.


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