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La violencia sectaria vuelve a incendiar Egipto

Un choque entre musulmanes y coptos en El Cairo se salda con 12 muertos

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

 

La violencia sectaria en Egipto ha escrito un nuevo capítulo sangriento que ensombrece el proceso de transición tras la caía del régimen de Mubarak. Doce personas perdieron la vida en la noche del sábado al domingo en Imbaba, uno de los barrios más pobres de El Cairo, en un violento choque entre cristianos coptos y musulmanes radicales. Se prendió fuego a una iglesia y un edificio de apartamentos de cristianos sin que las Fuerzas de Seguridad pudieran controlar a tiempo la situación.

El primer ministro Essam Sharaf suspendió un viaje a varios países árabes y convocó un consejo de ministros de emergencia para debatir los problemas sectarios, que son recurrentes desde hace años. El Gobierno decidió desplegar más agentes cerca de los lugares religiosos y endurecer las leyes que castigan los ataques contra santuarios.

Los 190 detenidos por los disturbios serán juzgados por tribunales militares

Todo comenzó en la noche del sábado, cuando un gran grupo de salafistas rodeó la iglesia de San Mina en Imbaba. Se unieron al grupo otros musulmanes y pidieron entrar en la iglesia para comprobar si dentro estaba una mujer copta que está casada con un musulmán y que, según los salafistas, los coptos retienen a la fuerza en la iglesia.

Los choques pasaron a mayores y cristianos y musulmanes se lanzaron cócteles molotov y piedras durante toda la noche. La Policía trató sin éxito establecer el orden disparando al aire. Las autoridades dieron el balance de 12 muertos, entre los que hay al menos seis musulmanes y tres cristianos, además de 232 heridos. Las batallas campales continuaron a lo largo del día de en varios lugares de la capital. El Ejército detuvo a 190 personas que serán juzgadas por tribunales militares.

Los generales, que en la práctica son quienes mandan en el país desde la caída de Hosni Mubarak en febrero, tratan de satisfacer a unos y otros, pero el empuje de las corrientes islamistas que se percibe es intenso y va a más, algo que sitúa al Ejército en una posición difícil, especialmente porque no desea enemistarse con ningún sector de la sociedad.

'El Ejército no controla la situación', dice el profesor Inbar

El profesor Efraim Inbar, de la Universidad israelí de Bar-Ilan, se muestra muy pesimista acerca del futuro. 'El Ejército no controla la situación. El país se le está escapando de las manos, el caos triunfa, se asaltan las comisarías de Policía, y si el Ejército no reacciona, pronto podremos encontrarnos con un caso similar al de Somalia, pero a lo grande', dijo Inbar a Público.

Los coptos, que aproximadamente constituyen el 10% de la población, es decir unos ocho millones de personas, aspiran a jugar un papel más importante en la escena política, aunque la semana pasada dirigentes de los Hermanos Musulmanes advirtieron que el futuro presidente del país que debe salir de unas elecciones aún sin fecha tiene que ser de religión musulmana. Durante las tres décadas de Mubarak, muchos egipcios pensaban que las tensiones religiosas, que resurgían de tanto en tanto, las provocaba el propio régimen de forma deliberada para mantener dividido al pueblo.

La ideología salafista se ha extendido en Egipto en los últimos años, procedente de la Península Arábiga. En los años setenta, el presidente Anuar el Sadat impulsó a propósito el islamismo en Egipto con el fin de contrarrestar a los sectores izquierdistas que habían ganado mucha influencia bajo su predecesor, Gamal Abdel Nasser.

Uno de los problemas que más ha contribuido a tensar las relaciones entre musulmanes y cristianos es la construcción de iglesias. Con cada permiso concedido estallaba la violencia sectaria, hasta que el Gobierno de Mubarak puso tantas dificultades administrativas a los coptos que prácticamente han dejado de construirse iglesias para no ofender a los musulmanes.

Uno de los últimos incidentes violentos ocurrió la pasada Navidad, cuando estalló una bomba en una iglesia de Alejandría causando 24 muertos. La Fiscalía está estudiando la posible implicación del exministro del Interior, Habib al-Adli, en ese atentado. Poco después de la caída de Mubarak, un choque entre musulmanes y cristianos en El Cairo causó 13 muertos en marzo.

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