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ANÁLISIS-Irse de Afganistán empeoraría los riesgos en la región

Reuters

Por William Maclean

Una salida prematura de las tropas occidentales de Afganistán podría desatar una inestabilidad catastrófica en la región, según responsables occidentales y afganos, ante el aumento en la preocupación por la intensidad de la violencia insurgente.

Esta mayor inestabilidad acabaría exigiendo una implicación occidental aún mayor para intervenir en una zona en la que están Pakistán, un país con armas nucleares, y los principales bastiones de Al Qaeda, agregaron.

Estas autoridades dijeron que ahora no hay ningún recambio a un compromiso a largo plazo que permitiese una menor presencia militar con el tiempo, a medida que el país se estabilizase.

Con la violencia insurgente en su nivel más alto desde que los talibanes fueran derrocados en noviembre de 2001, el apoyo a la guerra está disminuyendo en Estados Unidos, y ha caído notablemente en Europa.

El antiguo Alto Comisario británico en Pakistán Hilary Synnott dijo que los críticos con la estrategia occidental tienen que tener en cuenta "las grandes consecuencias de la percepción de una derrota americana".

"Hay una preocupación real por Pakistán, que tiene cinco veces la población de Afganistán, armas nucleares y unos talibanes paquistaníes nuevos que amenazan al propio estado", manifestó en un encuentro que tuvo lugar en Ginebra organizado por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, de Reino Unido.

"Aquellos que argumentan, como hacen algunos, que lo mejor es simplemente irse, eso destrozaría todo lo que se ha logrado", afirmó a los delegados Sherard Cowper-Coles, representante especial británico para Afganistán y Pakistán.

VACÍO DE PODER

Mohamad Masum Stanekzai, asesor del presidente Hamid Karzai para Seguridad Nacional y Reconciliación, dijo que el coste de una retirada "será mucho más alto que lo que se está gastando ahora".

Una retirada apresurada supondría cometer "el mismo error" que cuando Washington se desvinculó de la región en los 90 después de la retirada soviética, cuando el vacío de poder resultante permitió a Al Qaeda y a otros grupos consolidar su presencia en la montañosa región fronteriza entre Afganistán y Pakistán.

Casi todos los estados de la OTAN han mostrado reticencias para enviar más tropas a Afganistán, por lo que cualquier aumento significativo tendría que proceder de Estados Unidos. Se espera que el presidente Barack Obama apruebe una nueva subida de algún tipo.

Haciéndose eco de la inquietud pública, en la conferencia de Ginebra se plantearon repetidas dudas sobre la dirección de la guerra.

"En mi opinión, estamos corriendo el riesgo de repetir, obviamente sin intención, lo que le ocurrió a los soviéticos", dijo el ex asesor de seguridad nacional de Estados Unidos Zbigniew Brzezinski, en referencia a la ocupación del país por parte de la Unión Soviética entre 1979 y 1989.

"Estamos empezando a ver un nivel de fuerza militar que se aproxima al de la implicación soviética y nuestros generales están diciendo ya que no estamos ganando militarmente".

"Por muy brillante que sea Obama, no creo que haya pensado en la salida a esto", dijo el vicealmirante estadounidense retirado Robert James. "¿ Debería seguir siendo Estados Unidos el policía del mundo?"

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