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Dos años en el purgatorio

Gaza supera el segundo aniversario ahogada entre el Gobierno de Hamás y el bloqueo de Israel

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

Se han cumplido dos años de la toma de poder de Hamás en la Franja de Gaza y muy pocos vislumbran una solución a la división palestina. Para la población de Gaza, el balance de los dos últimos años está dominado por las sombras.

La gente coincide en que la ganancia más tangible tiene que ver con la seguridad, con el respeto a la ley y el orden que ha sustituido al caos reinante cuando gobernaba Fatah. 'Antes, la gente hacía lo que quería y cometía delitos sin pagar por ello. Eso se ha acabado', comenta Muhaimar Abu Saada, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Al Azhar.

Pero la reconocida eficacia de Hamás en este campo tiene dos agujeros negros. Muchos palestinos de a pie se quejan de que de tanto en tanto se cometen crímenes de honor y la Policía hace la vista gorda. Permite que las familias venguen la pérdida del honor que recae en las mujeres que mantienen relaciones extramaritales. El segundo agujero tiene que ver con los excesos que en algunas ocasiones se cometen contra miembros de la oposición; es decir, de Fatah.

'Es cierto que hemos cometido errores', explica el negociador de Hamás Ayman Taha. 'No somos ángeles, somos humanos y cometemos errores, pero eso no quiere decir que nuestro objetivo haya sido privar a la gente de libertad. Hamás ha garantizado la libertad de expresión desde luego mejor que la garantizó Fatah. Si se han cometido errores, no ha sido a nivel político, sino a nivel personal, y a continuación se ha hecho lo posible por subsanarlos',

No todo el mundo coincide con este análisis, especialmente si hablamos con la gente de Fatah. Ibrahim Abu Nayya, ex ministro y miembro del equipo que negocia en El Cairo con los islamistas, denuncia que Hamás 'lo prohíbe todo, y las fuerzas de seguridad reprimen y arrestan por todas partes, y no permiten que se convoquen manifestaciones'.

Según Abu Nayya, en la franja Hamás ha arrestado a 180 activistas de Fatah, un número relativamente pequeño si se compara con el número de miembros de Hamás arrestados en Cisjordania.

Las negociaciones entre ambos se encuentran estancadas en múltiples frentes. Fatah quiere que el 80% de los diputados se elijan de manera proporcional y el 20%, en las circunscripciones o distritos. Hamás, en cambio, desea que los distritos tengan más peso en los comicios. Aún peor se presenta la negociación en el comité de las fuerzas de seguridad. Fatah sólo quiere reformar la Policía de Gaza, que es de Hamás, y no la de Cisjordania, que es de Fatah.

El dinero prometido a los palestinos en la conferencia de París para la reconstrucción de Gaza no ha llegado. En realidad, nadie sabe dónde está. La población sigue sufriendo una escasez endémica que se alivia algo por el tráfico clandestino que se hace a través de los túneles con Egipto. Pero esto afecta sólo a los bienes y los materiales, pues, en cuanto a las personas, puede decirse que toda la población está confinada en Gaza, ya que Egipto apenas abre su frontera de tanto en tanto y de manera limitada.

En las últimas semanas, al norte de Gaza y en otras partes de la franja ha surgido un nuevo negocio. Algunos obreros se esmeran en la construcción de casas de adobe. Por 2.500 euros se puede levantar una edificación de barro con un salón, dos habitaciones, una cocina y un cuarto de baño. Dicen que en verano son frescas y en invierno, cálidas. Es la única manera de burlar el draconiano embargo que Israel ha impuesto a la franja y que afecta, entre otras cosas, a todo el material para la construcción.

El bloqueo afecta a la economía y a la vida cotidiana. Los jóvenes no pueden viajar a estudiar en otros países y muy pocos enfermos obtienen permiso para ser tratados en hospitales extranjeros. 'Egipto dice que así castiga a Hamás, pero en la práctica está castigando a toda la población de Gaza, como hace Israel. Y esto no evita que Hamás sea muy popular entre la gente y cada vez más fuerte', dice el doctor Abu Saada.

Algunos analistas consideran que se están dando unas circunstancias tan peculiares en los territorios ocupados que si, como se ha dicho, se celebran elecciones en 2010, es posible que se dé la paradoja de que Hamás gane en Cisjordania y Fatah, en Gaza.

'Sí, hay sondeos que muestran que en Cisjordania no quieren a Fatah y en Gaza no quieren a Hamás, y esto lo que indica es que el interés político de los palestinos está declinando y de lo que se habla ahora es del bloqueo, de la reconstrucción y del desempleo, pero no de una solución política', confirma Abu Saada.

El profesor Abu Saada considera que es imposible dar marcha atrás al reloj y que todo vuelva a ser como era hace dos años. 'Personalmente, creo que no es posible un gobierno de unidad y que lo que en realidad está buscando el presidente Hosni Mubarak es un mandato para que Mahmud Abás negocie con las autoridades de Israel'.

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