Este artículo se publicó hace 13 años.
Antiguas "megasequías" ofrecen pistas cambio climático: estudio
Por Deborah Zabarenko
Antiguas "megasequías" que duraronmiles de años en lo que hoy es el sudoeste de Estados Unidospodrían ofrecer un avance de lo que es un cambio de climacausado por las emisiones de gases de efecto invernadero,reportaron investigadores.
Los científicos hallaron que estos persistentes períodossecos fueron diferentes a las sequías modernas más severas. Ydeterminaron que estos fenómenos milenarios ocurrieron cuandolas temperaturas anuales promedio de la Tierra eran similares olevemente superiores a las actuales.
Sus resultados coinciden con las proyecciones del PanelIntergubernamental de la ONU sobre Cambio Climático (IPCC porsu sigla en inglés) y otros expertos, de acuerdo al autor delestudio, Peter Fawcett, de la Universidad de Nuevo México. Lainvestigación fue publicada en la última edición de Nature.
"El modelo del IPCC sugiere que cuando se calienta elclima, se registran extendidas sequías en esta parte delplaneta y eso es lo que nos parece estar diciendo el registrodel paleo", dijo Fawcett en una entrevista telefónica.
El sudoeste de Estados Unidos experimentó un drásticocrecimiento poblacional durante el último siglo, con unincremento del 1.500 por ciento entre 1900 y 1990, según elServicio Geológico estadounidense. La población total del paíscreció un 225 por ciento en ese mismo período.
El poblamiento de esta área depende, como en todos loscasos, del acceso al agua. Claramente habría menos aguadisponible en una "megasequía".
En el pasado, las megasequías eran causadas por sutilescambios en la órbita de la Tierra alrededor del Sol, quetambién eran responsables de las eras de hielo periódicas.
Si estos cambios orbitales fueran la única influencia en elclima del planeta, la Tierra se estaría dirigiendo hacia unaetapa más fría, dijo Fawcett.
Sin embargo, las recientes estadísticas de las temperaturasindican todo lo contrario. La década que finalizó el año pasadofue la más cálida desde que comenzaron los registros en 1880.Las dos anteriores (1991-2000 y 1981-1990) fueron la segunda ytercera más cálidas, respectivamente.
Las emisiones de gases de efecto invernadero, incluyendo eldióxido de carbono, ayudan a atrapar el calor cerca de lasuperficie de la Tierra y podrían estar alterando el cicloorbital natural que dictaría un período más frío.
Para descifrar la duración de estas "megasequías" y quéocurrió con ellas, los científicos extrajeron muestras delfondo seco de un lago en el norte de Nueva México y en losValles Caldera.
Luego analizaron los sedimentos para hallar señalesbioquímicas de la sequía, desde qué tipo de árboles y arbustoscrecían hasta cuánto calcio había en la tierra agrietada en elfondo del lago.
También desarrollaron una técnica para determinar latemperatura en la antigüedad buscando rastros dejados por lasbacterias del suelo, explicó Fawcett.
Las grasas en las paredes de estas bacterias cambian suestructura en respuesta a los cambios de temperatura, agregó, yactúan como un "grabador" de las antiguas temperaturas.
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