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Asocian temperatura del hogar y falta de sueño con la obesidad

Reuters

Por Amy Norton

Un nuevo estudio sugiere quefactores ambientales, que van desde la dieta hasta el sueño yla temperatura del hogar, influyen en el riesgo de ser obesos.

La comida chatarra y el sedentarismo suelen cargar con granparte de la responsabilidad de la epidemia de obesidad en elmundo. Pero algunos estudios ya empezaron a indagar el papel deotras características de la vida moderna.

En la nueva investigación, publicada en InternationalJournal of Obesity, el equipo de la doctora Simona Bo, de laUniversidad de Turín, en Italia, estudió a casi 1.300 adultosde mediana edad durante seis años. En ese período, 103 sevolvieron obesos.

Al analizar varios factores ambientales, el equipo hallóque los hábitos de sueño estaban asociados con el riesgo deengordar: por cada hora de sueño diario, la posibilidad de serobeso disminuía un 30 por ciento, aun tras considerar otrosfactores, como hacer ejercicio o mirar televisión.

Luego siguió la temperatura del hogar. A diferencia de laspersonas que mantenían sus hogares a no más de 20 gradoscentígrados en otoño e invierno, las que preferían un hogar máscaluroso eran dos veces más propensos a engordar.

La alimentación también influyó, obviamente: a mayorcantidad de salidas semanales a restaurantes, más posibilidadde engordar. Quienes ingerían poca fibra tenían más riesgo detener niveles elevados de azúcar en sangre, un signo dediabetes tipo 2.

Nada de esto prueba que bajar la temperatura o dormir másnos hará adelgazar. "No se lo diría a nadie", dijo el doctorDavid B. Allison, director del Centro de Investigación enNutrición y Obesidad de la University of Alabama enBirmingham.

Además, son factores del estilo de vida "que se puedenmodificar" para controlar el peso, opinó Allison, que noparticipó del estudio.

"Es posible que bajar el termostato en invierno o usarmenos aire acondicionado en verano ayude a adelgazar. Y tambiéna reducir la factura de la luz", señaló.

¿Por qué? Según el experto, el cuerpo quema más caloríascuando tiene que trabajar para mantener su temperatura estable,tanto con el frío como con el calor.

En cuanto al descanso, una teoría apunta a los efectoshormonales de la pérdida de sueño, mientras que otra proponeque las personas que duermen poco comerían y beberían más paraaumentar los niveles de energía.

¿Algo de esto significa que se puede dejar de lado elejercicio y prestar más atención al termostato? No. Allisonseñaló que "casi no hay dudas" de que el ejercicio regular, sinreemplazar esas calorías perdidas con más comida, ayuda aadelgazar.

FUENTE: International Journal of Obesity, online 1 defebrero del 2011

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