Este artículo se publicó hace 15 años.
Baño de sangre en Xinjiang
Al menos 156 muertos y 816 heridos al sofocar China una revuelta de los uigures
Andrea Rodés
La represión del Gobierno chino sobre las minorías étnicas tibetana y uigur empieza a pasar facturas cada vez más altas. Al menos 156 personas murieron y 816 resultaron heridas en la violenta revuelta que estalló este domingo en Urumqi, capital de la provincia de Xinjiang, donde viven ocho millones de minoría étnica musulmana uigur. El balance fue ofrecido ayer por el Gobierno chino, que impuso la pasada madrugada el toque de queda en Urumqi e instaló puestos de control en algunos barrios para detener a unos 90 "instigadores de la protesta".
Las revueltas fueron protagonizadas por centenares de uigures minoría en esta ciudad china de 2,5 millones de habitantes que salieron a la calle, algunos armados con piedras. Allí incendiaron vehículos y comercios y agredieron a ciudadanos de etnia han, a la que pertenece el 90% de la población china, según la versión de la agencia oficial Xinhua.
La peor desde Tiananmen
La información oficial es confusa y el Gobierno no ha precisado a qué etnia pertenecen los fallecidos fuentes hospitalarias señalan que las víctimas son tanto uigures como han, pero la cifra es la más alta en una intervención militar en China desde Tiananmen, en 1989, cuando el Ejército mató a cientos de estudiantes pro democráticos en Pekín.
Vídeos colgados por testigos en Internet muestran a grupos de jóvenes uigures marchando de forma pacífica por la calle, se oye el sonido de tiroteos y se ve a gente corriendo despavorida al aparecer la Policía. Todos han sido censurados, igual que miles de blogs y webs en las que se habla de lo sucedido.
Teléfonos cortados
"Los móviles no funcionaban y aquí muchos no nos enteramos de nada", explica por teléfono Salamed, una joven uigur residente en Urumqi. Las autoridades cortaron los servidores de teléfono en muchas zonas de Xinjiang hasta ayer por la tarde y la televisión pública no dio la noticia hasta un día después.
Todos los medios chinos se han ceñido a la versión oficial: las revueltas iban dirigidas contra los chinos han y estaban teledirigidas por grupos separatistas uigures en el extranjero. Para encender las protestas, los separatistas aprovecharon el malestar creado por la muerte, el 25 de junio, de dos uigures durante una pelea con trabajadores han en una fábrica.
Amnistía Internacional ha pedido una investigación independiente sobre los hechos. "Las autoridades deben dar cuenta de quién ha muerto y quién ha sido arrestado. Aquellos detenidos por manifestar pacíficamente sus opiniones deben ser puestos en libertad inmediatamente", señaló la organización.
Lo ocurrido en Urumqi guarda parecido con las revueltas que sacudieron Lhasa, la capital de Tíbet, en marzo del año pasado, y que el Gobierno chino atribuyó a la incitación del Dalai Lama. Esta revuelta acabó con una fuerte represión policial y cientos de detenidos que no gozan de la defensa apropiada.
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