Este artículo se publicó hace 17 años.
Un belén con forma de blindado contra la nostalgia navideña
Los cascos azules españoles en el Líbano han decidido combatir la nostalgia navideña con un belén adaptado a sus circunstancias, que tiene forma de vehículo blindado y sobre el que han colocado unos inhibidores de frecuencia.
Cualquier idea es buena para pasar estos días familiares lo mejor posible, pese a que la mayoría de militares aquí aseguran sentirse como en casa.
"Mi actual familia está aquí", dijo a Efe el general Casimiro Sanjuán, jefe de la Brigada Este de la Fuerza Interina de la ONU en el Líbano (FINUL), bajo mando español, mientras los soldados decoraban un árbol de Navidad y preparaban el pesebre.
"Trataremos de festejar estas fiestas como si estuviéramos entre los nuestros. No es la primera vez que nos encontramos fuera, y por eso consideramos que los habitantes del sur del Líbano son ahora nuestras familias", aseguró Sanjuán.
Además, añadió que en Navidad y Año Nuevo se celebrarán misas en la base de Blat, y que hay preparadas dos cenas con platos típicos que les han enviado de Andalucía.
Mientras tanto, en la base Miguel Cervantes, los militares españoles, algunos con el gorro de Papá Noel, se afanaban hoy en decorar el árbol de Navidad con bolas y guirnaldas.
Junto a él, construyeron un pesebre con la forma de un pequeño vehículo blindado, de color blanco, en cuyo interior colocaron a San José y a la Virgen con el niño Jesús en brazos.
Encima del pesebre izaron la bandera de la FINUL, de la ONU y la española e incluso colocaron inhibidores, como para no olvidar que están en misión y que tienen que permanecer alerta.
A pesar de todo, la soldado Eva Merchán afirmó a EFE que echa de menos a su familia durante estas fiestas, "que pasaré con los amigos, que creo que compensarán esa ausencia".
Merchán expresó su satisfacción "porque hubiese podido ser mucho peor, pero el ambiente que vivimos es festivo".
"Es la primera vez que estoy en misión en Navidades fuera de mi patria", dijo, por su parte, un lugarteniente, de apellido Sánchez, quien no podrá pasar estas fiestas junto a su esposa, que está embarazada.
"Estoy un poco triste por estar lejos de los míos, pero a la vez he podido comprobar muchas cosas positivas aquí, como el buen tiempo, parecido a España, o las relaciones con la gente, que son muy amables, cordiales y cercanas a nosotros", dijo Sánchez.
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