Atenas, 15 sep (EFE).- La batalla por los indecisos con llamadas al voto útil por parte del partido conservador en el gobierno, Nueva Democracia (ND), y la oposición socialista del PASOK, marcaron el fin de la campaña electoral de las legislativas del próximo domingo, teñidas de ceniza por los catastróficos incendios del verano.

El primer ministro, Costas Caramanlis, celebró hoy su 51 cumpleaños ante decenas de miles de simpatizantes con banderas nacionales en el Campo de Martes, en Atenas, tratando de movilizar a sus votantes ante la amenaza de no conseguir la mayoría absoluta para gobernar en solitario.

Caramanlis solicitó "un mandato fuerte para asumir decisiones rápidas y osadas" y se comprometió "a formar un gobierno con gente joven con ganas para trabajar".

El líder conservador mostró en pantallas gigantes la obra reformista de su gobierno y sus contactos en el extranjero durante su mandato, ante el regocijo de sus seguidores.

Pidió que "todos vayan a votar el domingo, que no falte nadie a la fiesta de la democracia", mientras que a los indecisos de centro les instó a contribuir con su papeleta a una "alianza social" con la que Grecia pueda avanzar.

ND cuenta con una pequeña ventaja sobre los socialistas de hasta dos puntos porcentuales, según los últimos sondeos, y trata de lograr una mayoría absoluta para seguir con las reformas económicas.

Sobre el PASOK, el principal partido opositor, Caramanlis llamó a elegir "entre la seguridad o la incertidumbre, entre la responsabilidad o el populismo y entre los cambios profundos o el estancamiento".

"Con la pasada herencia (de deudas del PASOK) no se nos permitió hacer todo lo deseado para las capas de ingresos más baja", dijo Caramanlis, y subrayó los avances económicos de Grecia, cuyo PIB ha crecido en torno a un 4 por ciento anual durante su mandato.

El líder conservador también se comprometió personalmente a reconstruir la economía de las regiones calcinadas por los incendios de las pasadas semanas, que devoraron 200.000 hectáreas y se llevaron la vida de 67 personas.

El socialista Giorgos Papandreu, puso fin a su campaña ante sus simpatizantes en el puerto de Patras, a 200 kilómetros de Atenas, una de las dos regiones del Peloponeso más afectada por los incendios, lugar de origen de su familia y que marcó el inicio de su carrera política en 1981.

"Esto no es un mitin sino un terremoto", clamó Papandreu ante una multitud que blandía banderas verdes, y declaró que se "abría una nueva página para Grecia".

Papandreu pidió "a todos los ciudadanos indecisos que dudan entre el PASOK y el resto de los partidos de izquierda que no dejen que el país caiga en manos de la derecha".

También invitó a regresar a las filas socialistas a "aquellos que en 2004 deseaban probar algo diferente y se encontraron con la corrupción", en una clara referencia a los votantes desengañados con ND.

Papandreu dijo que el domingo hay que elegir entre "el PASOK o Nueva Democracia en un referendo para que se vaya la derecha. Entre el progreso o los conservadores".

Durante las horas finales de la campaña la capital helena sufrió un caos de tráfico, con las calles céntricas acordonadas debido a los diferentes actos electorales y con miles de votantes que se trasladaban por carretera a sus pueblos de origen donde están inscritos.

Las autoridades informaron de que los trenes y los barcos estaban repletos, los autobuses a las provincias doblaron sus servicios y la mayoría de los 700 vuelos interiores han sido alquilados por los partidos para que viajen a votar sus correligionarios.