Este artículo se publicó hace 16 años.
Chikilicuatre comienza la cuenta atrás para la final de Eurovisión
Rodolfo Chikilicuatre ya está preparado para la actuación de la noche en la final de Eurovisión que se celebra en Belgrado, donde espera que su actuación de "Baila el Chiki Chiki" salga "por lo menos normal. Ya bien a las alturas que estamos es difícil", reconoció ante los medios españoles.
El representante español en el festival de la canción europea se toma con deportividad las reacciones de ayer. "Fue muy ayer. Fue muy emocionante. Siempre hay alguien allí para apoyarte, para silbarte y decirte '¡fuera, fuera!'".
"Te da más ánimos para seguir adelante. En la gala en España nos silbó el público y ganamos con un 57 por ciento, así que si es igual ganaremos", decía en tono de humor en el hotel Continental de la capital serbia.
Su actuación, la número veintidós de la gala -hay veinticinco participantes- carece de espectacularidad porque, según él, "quería bajar con una bola del cielo, tocando la guitarra, pero nos dijeron los de Eurovisión: 'que sí, que sí, que te pires, en 'belgradense'".
Y así, sin el recurso de una puesta en escena llamativa y actuando entre Grecia y Serbia, por un momento decidió explotar su lado más sexual, como lo hace la favorita de Ucrania, Ani Lorak, que despliega casi un "peep-show" en el estadio Arena de Belgrado con su tema "Shady Lady".
"Yo no quiero jugar sucio. Si me quito la camisa sería demasiado fácil ganar. Enseñar mi poderoso torso a toda Europa sería un recurso fácil", explicó, mientras consideraba que le seleccionaron por parecerse "en el tupé" a las dos ganadoras españolas, Salomé y Massiel.
Dada la teoría de la conspiración franquista para ganar el festival en la edición del "La, la, la" en 1968, Chikilicuatre reconoció que si él tuviera que elegir a alguien para que amañara el concurso y le diera la victoria, cree que debería ser "el Papa, que a lo mejor con lo de Luciana -su guitarra- se emocionó y dijo, ¡tiene que ganar este chico!"
Ella, la guitarra de juguete que le acompaña en todas las actuaciones, es la que abre su número de esta noche, con un solo de la canción "Old McDonald" con el que le ha querido dar un protagonismo especial.
"Luciana forma parte de mí, quería hacerle este regalo a ella", señaló.
Si gana, Chikilicuatre lo celebrará "a lo Jimmi Hendrix: coger la guitarra, romperla contra el escenario, luego quemarla y luego irme de copas con mis amigos los eurofans", pero si no gana, también "romper la guitarra, quemarla y luego irme de copas con mis amigos los eurofans".
Lo que no quiere quedar es entre medias. "Prefiero ganar o perder, pero no quedar en un puesto que no es ni chicha ni bacalao".
Los seguidores del festival de la canción europea han puesto el grito en el cielo con su apuesta cómica, pero a Chikilicuatre no le importa demasiado. "Europa en general es una cosa. Los 'eurofans' son un mundo aparte", explicó.
Por ello, aunque hayan acusado a su canción de mala calidad, cree que si comienzan a poner filtros de calidad "entonces el festival se tendría que suspender, porque las otras tampoco son muy buenas".
"A mí me ha gustado la francesa. El carrito de golf, el coro vestido de Eugenio. Es una canción poco eurovisiva que no se va a comer un rosco, pero me gusta", refiriéndose al tema "Divine", de Sèbastien Tellier.
Para la gala, que comienza a las 21.00 hora local (19.00 GMT) y se prevé tenga alrededor de 300 millones de audiencia, Rodolfo no se guarda ningún as en el tupé, ni en el chaleco morado, ni en ninguna de las bailarinas: ni en Disco ni en Gráfica.
"¿Más sorpresas? Que se me caigan las gafas, que empiece tocando la guitarra, que una bailarina se caiga y que otra no se sepa la coreografía... creo que es suficiente".
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