Este artículo se publicó hace 15 años.
Chile homenajea a los exiliados españoles que viajaron en el barco de Neruda
Se cumplen 70 años de la llegada de los más de 2.300 refugiados embarcados en el Winnipeg
La presidenta de Chile Michelle Bachelet ha valorado la contribución que los exiliados republicanos españoles hicieron a su país, en la celebración del 70 aniversario de la llegada del barco Winnipeg con unos 2.366 refugiados procedentes de la península ibérica.
La presidenta ha denunciado las injusticias a las que tuvieron que hacer frente los exiliados de la guerra civil española (1936-1939) durante la conmemoración celebrada hoy en la casa presidencial de La Moneda, enmarcada en una semana de actos conmemorativos.
"Fue muy alto el costo humano de no poder convivir en la libertad y en la diversidad", ha señalado la presidenta, quien se ha referido al final de la guerra civil española como un período de dictadura "que dejó una huella muy profunda de intolerancia y de persecución".
Bachelet ha señalado la importancia de que, pasados los años, se luche por garantizar los derechos humanos, y ha expresado su satisfacción de que "España sea hoy un país moderno, democrático, progresista, en el que conviven todas las corrientes culturales, políticas y religiosas".
El barco de PabloAdemás, ha elogiado el papel del poeta Pablo Neruda y del gobierno chileno de Pedro Aguirre Cerdá (1938-1941), que en 1939 organizaron ese viaje para ofrecer a más de 2.300 republicanos un futuro fuera de los campos de concentración franceses donde miles de exiliados se refugiaban.
A la ceremonia asistieron unos cuarenta pasajeros del Winnipeg que fueron recibidos con un emotivo aplauso por las autoridades chilenas, por el embajador español en Chile, Juan Manuel Cabrera, y por representantes de diversos organismos internacionales.
El viaje se organizó para ofrecer un futuro mejor a los republicanos que vivían en los campos de concentración de Francia
La cita ha comenzado con los discursos de los historiadores Jaime Ferrer y Julio Gálvez que relataron la historia de la travesía del Winnipeg y destacaron el aporte de los pasajeros del carguero francés a la cultura, el arte y el desarrollo industrial y comercial de Chile.
En el acto han participado un coro catalán y un grupo de sevillanas, y en él se ha exhibido un documento audiovisual con fotografías, dibujos y vídeos de la guerra civil española, los republicanos en el exilio y la travesía del Winnipeg.
En la proyección se ha incluído el relato de Agnes América Winnipeg Alonso, una mujer que nació durante la travesía del carguero, perteneciente al Partido Comunista francés.
Un viaje sin retornoPablo Neruda conoció la situación de los refugiados españoles en campos de concentración franceses durante su etapa de cónsul chileno en Barcelona y Madrid.
A su regreso a Chile, en 1937, convenció al entonces presidente Pedro Aguirre Cerda para fletar un barco para trasladar a algunos refugiados a Chile para ofrecerles una vida mejor.
En 1939, el poeta viajó a Francia con este propósito, donde recibió miles de solicitudes de españoles refugiados que querían embarcarse en el Winnipeg rumbo al continente americano.
Ayudado por el ex gobierno republicano español, Neruda seleccionó las familias de refugiados que partieron desde el puerto Trompeloup-Pauillac, cerca de Burdeos, el 4 de agosto de 1939. Llegó a Chile un mes después con miles de pasajeros que no tuvieron la oportunidad de regresar a su patria.
Una de ellas fue Elvira Alonso, que a los doce años se embargó junto a su familia en el carguero, cuyas literas eran un lujo comparadas con los montones de paja sobre los que dormían en los campos de concentración, y aún hoy recuerda que lo primero que encontró al llegar a Chile fue "paz".
Desmontando mitosLos exiliados Víctor Pey y Roser Bru, y los historiadores Jaime Ferrer y Julio Gálvez, participaron en una charla para desmentir varias de las leyendas que circulan en torno al Winnipeg y sus tripulantes en la que, además, contaron anécdotas de su viaje a Chile junto a alrededor de 2.300 refugiados más.
En contra de algunas versiones que salieron publicadas, el historiador Julio Gálvez ha afirmado que en el barco "sí embarcaron muchos anarquistas", hecho que fue corroborado por uno de los asistentes al acto, quien se identificó como el hijo y nieto de anarquistas que viajaron en el Winnipeg.
El historiador ha señalado que algunas publicaciones, basadas en el libro El éxodo, de Solano Palacios, un anarquista que viajaba en el Winnipeg, señalaron la ausencia de anarquistas en el barco. A pesar de que hay documentos que certifican que Neruda prefería que no hubiese anarquistas a bordo, el listado de pasajeros incluyó a muchas personas de esa ideología, ha indicado Gálvez.
El historiador ha señalado que Solano escribió una visión politizada de la travesía, donde calificaba a las mujeres que fumaban de "prostitutas" y a los veintitrés miembros de la tripulación chilena del Winnipeg de "borrachos".
Los historiadores Jaime Ferrer y Julio Gálvez afirmaron que en el Winnipeg viajó "gente de todas las regiones de España" y con "oficios de todo tipo", pertenecientes a hasta 33 movimientos y partidos políticos distintos, según las fichas de los pasajeros que se encontraron.
Víctor Pey, pasajero del Winnipeg, ha contado su salida de España y ha señalado que "entre 300.000 y 500.000 personas" se agolparon en la frontera entre España y Francia huyendo del dictador Francisco Franco. "Yo y mi hermano atravesamos los Pirineos con una brújula durante tres días y tres noches de invierno", ha agregado.
La pintora Roser Bru ha declarado que el Gobierno chileno pidió que entre los pasajeros del Winnipeg se encontraran profesionales de todo tipo, con el fin de que pudiesen aportar conocimientos al pueblo chileno, y descartó que solo hubiese gente afiliada al Partido Comunista.
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