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Contratos del Estado y ayudas públicas sostienen a Trapsa

La concesionaria de transportes de Díaz Ferrán registra sus primeras pérdidas

S. R. ARENES / B. CARREÑO

Una de las pocas joyas empresariales que le quedan sin mancha a Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la CEOE, y a su socio, Gonzalo Pascual, es Trapsa, la concesionaria de transporte de autobuses. La compañía logró incluso incrementar sus ventas un 7% en las cuentas de 2008, las últimas que constan, ayudada por los contratos que logró del Estado y las subvenciones.

Casi uno de cada tres euros ingresados por Trapsa procede del negocio de servicio urbano y regular a través de UTE (Unión Temporal de Empresas). Esta actividad ha crecido un 5,3%, hasta 13,7 millones (de una facturación total de 44,5 millones) gracias a las concesiones administrativas adjudicadas por el Estado en los últimos años y a las subvenciones de diferentes administraciones, como reflejan las cuentas de 2008 depositadas en el Registro Mercantil y a las que ha tenido acceso Público.

Aena le ha adjudicado tres concesiones entre 2005 y 2008

De hecho, la empresa admite que la actividad de transporte urbano y regular 'se ha visto potenciada' por las UTE creadas para acometer los contratos del Gobierno central ganados entre 2005 y 2008. Así, la empresa pública de aeropuertos, Aena, ha adjudicado a Trapsa y a sus socios tres concesiones. En 2005 y en 2006 la empresa, a través de una UTE, obtuvo dos contratos de servicio de transporte en el aeropuerto de Barajas, en Madrid, que le reportaron 7,8 millones en 2008. En ese año, además, Aena adjudicó otra concesión de transporte interno en el mismo aeródromo. Trapsa tiene el 50% de estas UTE que se nutren de Aena y que aparecen como las más rentables.

Por otro lado, en 2007, ganó un contrato del Ministerio de Defensa para transporte personal por carretera del Ejército de Tierra, para lo que se creó la empresa Ditra, que aportó 2,1 millones a Trapsa en 2008, ya que también en este caso tiene el 50% de la concesión.

Por su parte, la partida de subvenciones de las diferentes administraciones aumentó un 17% en 2008, hasta 1,64 millones. La mayor parte, 1,5 millones, procedió de ayudas públicas ligadas a las empresas creadas para atender las concesiones.

Trapsa tiene, a través de una UTE, el transporte del Ejército de Tierra

Aunque Díaz Ferrán y Pascual no sólo contratan con el Estado. Tienen un importante negocio con comunidades autónomas, como la de Madrid o Galicia, y con ayuntamientos, como los de Madrid y Barcelona, donde tiene el contrato de los autobuses turísticos (Madrid Visión y Barcelona City Tour, respectivamente).

A pesar de que el negocio ha ido mejor, las cuentas de esta concesionaria se empezaron a torcer en 2008, cuando registró sus primeras pérdidas en, al menos, cinco años, de 222.044 euros. No son cuantiosas, pero suponen un revés para Trapsa porque podría haber acabado con beneficios, ya que elevó sus ingresos un 7% a pese a que ese año comenzó la recesión. El problema es que ha tenido que detraer 3,5 millones por el deterioro registrado en instrumentos financieros (principalmente, débitos a pagar que registra en el informe pero que no detalla). Entre estos instrumentos financieros, pueden figurar préstamos a Trapsa de personas o empresas que no sean bancos ni socieda-des del grupo y que hayan presentado problemas de pago.

Como Marsans, Trapsa también ha tenido que apuntalar a otras compañías del grupo. En febrero, Díaz Ferrán y su socio tuvieron que vender las dos concesiones más rentables, las de autobuses interurbanos madrileños de Parla y Getafe, al fondo de capital riesgo Doughty Hanson. Lograron 70 millones en una venta que les exigía la banca para seguir financiándoles y renegociar la deuda de su imperio empresarial. Igual que ahora tienen que vender la joya de la corona, Viajes Marsans, porque así se lo reclaman los bancos para no dejar caer al grupo.

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