Desde el corazón del conflicto

La pasión por la labor periodística y por acudir a los focos de la noticia para contar la historia desde dentro es el nexo de unión entre los periodistas que aparecen en el libro Seguiremos informando (Catarata). Este título recoge perfiles y artículos de los profesionales galardonados con el premio de periodismo Cirilo Rodríguez el corresponsal de RNE que acercó a los oyentes la realidad de EEUU en los sesenta y setenta, convocado por la Asociación de la Prensa de Segovia.

Manu Leguineche, Felipe Sahagún, Ángela Rodicio, Fran Sevilla y Ramón Lobo son sólo algunos de los profesionales que han recibido este premio, que, según el coordinador del libro y de los galardones, Aurelio Martín, quiere "defender la esencia del periodismo que se encuentra en este tipo de corresponsales y enviados especiales, que cuentan las cosas no desde el punto de vista de los titulares con cifras frías, sino desde el interior, para explicar a los lectores las claves de por qué ocurren determinados conflictos".

Para Martín, es precisamente este modo de afrontar la información la mejor vía para superar una etapa "difícil" tanto para las empresas periodísticas como para los profesionales. "Los periódicos tienen que salir adelante ofreciendo periodismo de calidad, no a base de cortar y pegar la información desde la redacción. El valor añadido de la información hará que todavía haya personas que vayan a los quioscos", destaca Martín, quien desde Seguiremos informando hace una llamada de atención para que las empresas y los ciudadanos reclamen la pervivencia del reporterismo.

Pedro Altares
Análisis de la profesión

Este periodista, fallecido el 6 de diciembre, analizó en Seguiremos informando "la estrecha, y a menudo inexistente, línea entre el periodismo de corresponsalía y la literatura" . Además, llamaba la atención sobre el proceso de sofisticación de la censura desde que la Guerra de Vietnam demostrara la influencia que los medios pueden ejercer sobre la opinión pública. Por último, Altares denunció "la comercialización de la noticia" en la televisión, la radio y la prensa, donde la información internacional "pierde sitio" porque, según ha sentenciado Rupert Murdoch, "no vende".

Manuel Leguineche
Sarcástico y masoca

Felipe Sahagún recuerda que Manuel Leguineche consideraba que hay que ser "hipocondriaco, sarcástico, jeremíaco y masoca" para sumarse al "club de soñadores, ambiciosos, solitarios y faltos de cariño" que componen los corresponsales en el extranjero. Felipe Sahagún también destaca que Leguineche se ha pasado medio siglo dando voz a las víctimas, y que su bandera y su ideología han estado siempre "en las carreteras y caminos polvorientos de los terceros y cuartos mundos del Norte y, sobre todo, del Sur".

Rosa María Calaf
Intuición informativa

Nueva York, Buenos Aires, Moscú y Pekín son algunos de los destinos que ha tenido Rosa María Calaf, de la que Diego Carcedo alaba su "perspicacia a la hora de intuir el interés de las noticias" y su "excepcional sentido cinematográfico en el tratamiento de las imágenes y el sonido". "Es una reportera todoterreno", resume Carcedo, que destaca que a través de sus relatos los espectadores han sentido "más intensamente el dolor de algunas catástrofes".

Gervasio Sánchez
Fotógrafo y activista

Joaquim Ibarz destaca en Seguiremos informando que para Gervasio Sánchez "la implicación y el compromiso siempre fueron más importantes que la foto impactante" y que pretendía mostrar a los más perjudicados por los conflictos. Además de fotógrafo, Sánchez es "un activista de los derechos humanos", afirma Ibarz, quien destaca que ha usado su prestigio para denunciar la venta de armas de fabricación española que han aprobado los presidentes de Gobiernos tanto del Partido Socialista como del Partido Popular.

José Luis Márquez
Con pulso de hierro

"Es el cámara de televisión más valiente que conocí". Arturo Pérez-Reverte suscribe esta frase sobre José Luis Márquez con el que trabajó en varias ocasiones, como en la guerra de los Balcanes, y a quien atribuye "la sangre fría y el pulso de hierro". "Creo que nunca respeté tanto a nadie" confiesa el escritor que dedicó a Márquez su libro Territorio comanche.