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El Dioni: "Bárcenas o los directivos de Bankia nos roban; yo le metí una preferente a un banco"

25 años después del robo de 300 millones del furgón blindado que conducía, Dionisio Rodríguez es un jubilado del barrio de Moratalaz que no se arrepiente de aquella “proeza”. A 140 confiesa el Dioni: “Lo volvería a hacer, pero por más cantidad”.

El Dioni

CRISTINA S. BARBARROJA

MADRID.- No es difícil encontrárselo, ya sin peluquín, departiendo con propios y ajenos en la barra de cualquier bar de su barrio madrileño de toda la vida. Es casi un elemento de la decoración de Moratalaz, hasta que sale y –según cuenta- la gente lo sigue parando por la calle “como si fuera Richard Gere, ¡joder!”.

No se ha olvidado aún la cuestionable hazaña, fantasía nocturna de muchos, que incluso cantó Joaquín Sabina en ‘Con un par’. El robo, un 28 de julio de hace casi 26 años, de un furgón blindado de la empresa Candi con cerca 350 millones de pesetas en su interior.

Ni se arrepiente Dionisio Rodríguez Martín que se dio a la vida loca y hoy sobrevive –eso dice- con una pensión y los réditos de la gesta que todavía le procura algún que otro bolo. Porque es artista El Dioni, que ha colocado apellido farandulero a su cuenta tuitera: @ElDioniOficial



¿Y dice usted que se le cae un ojo al suelo, antes que un euro?
Sí, ando de dinero peor que de rodillas.

Cuesta creerlo
Vivo de una pensión de 780 euros. Y pago 750 por el alquiler de mi piso!

Pensión ¿de qué?
Oye, que soy un jubilado. Empecé a trabajar con 14 y he cotizado treinta y tantos años a la Seguridad Social. Todo el mundo se piensa que sólo soy un chorizo. No. Yo estudié en El Pilar, chapurreo cinco idiomas, la hostia… Lo que pasa es que no estoy bien explotado.

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Así fue la conversación.


Vaya… estudió en el cole de Aznar y Rubalcaba!
Claro, es que yo siempre he estado en contacto con maleantes… jaja

El faranduleo ¿lo ha dejado ya?
El sábado que viene voy a Miranda de Ebro a hacer un bolo. Hago un pequeño monólogo y canto. También escribí un libro y algo sigo sacando de las ventas.

‘Palabra de ladrón’.
Sí. Lo voy a cambiar por ‘Palabra de Rouco Varela’.

Se lo han preguntado muchas veces, pero es cuestión inevitable: ¿dónde están los 300 millones?
Y siempre he dicho la verdad: me sentí un justiciero contra mi empresa. Yo era guardaespaldas y ganaba 250.000 pelas.
Hasta que el presidente de la ONCE se cayó por un ascensor –eso dicen- y a mí me trasladaron. De un día para otro, pasé a ganar 70.000 pesetas.  Y de ir vestido con ropa de paisano, a ponerme uniforme azul, porra… y a recoger sacas al Metro. Me cabreé con el jefe y lo decidí… de un día para otro.

Como en una fantasía nocturna. Pero no me ha dicho… ¿dónde está la pasta?
La prueba de que no lo hice por dinero es que yo, en aquella época, vivía de puta madre. Tenía un chalet en Villacastín. Lo que hice con el botín fue dejárselo a tres amigos. Dos trabajaban para los servicios secretos, uno infiltrado en ETA y otro, en los GRAPO.
El tercero era un vecino de Moratalaz que fue al que más dinero dejé. Pero como era tonto, porque era tonto, la policía lo pilló.
Encontraron 150 millones en su casa, 15 en una tienda que tenía de muebles y otros dos en la guantera del coche.

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Así fue la conversación.


¿Cuánto dinero le quedaba cuando huyó de España?
A uno le entregué 50 millones y le dije que dejara mi coche en el Aeropuerto de Barajas para que la policía pensara que me había largado ya. A mi vecino le dejé 195. Y otros 50 a Jorge Medina, que esa misma tarde me presentó a un matrimonio chileno que me vendió un coche.  A las 10 me entró el acojonamiento, no sabía dónde ir, y me fui a casa de la pareja. Me dejaron quedarme a cambio de otro millón de pesetas.  Y en esa casa, en el Alto de Vallecas, estuve desde el 28 de julio hasta el 12 de agosto.

15 días encerrado….
Encerrado, aunque me llevaban mis cositas: una chavala, Don Perignon, caviar… Tampoco estuve secuestrado.
A ver si me iban a pillar y, además de ladrón, me llamaban gilipollas.

¿Cómo salió de España?
En el puente de agosto aproveché. Fui en un coche, detrás de este matrimonio chileno, a Ayamonte. De ahí a Lisboa. En Lisboa falsifiqué el pasaporte, lo falsifiqué yo, y me fui a Rio. 

Y allí, un par de meses hasta que lo enganchó la policía. ¿Cómo vive uno en Rio con 3 millones de pesetas?
Avioneta, helicóptero, limusinas. Si la novia que tenía era mulata, limusina blanca. Si era blanca, limusina lila. Viajes a Paraguay, Argentina… ¿Te acuerdas de la serie Falcon Crest? Pues así.

Mucho me parece para tres millones. En cualquier caso, la suya fue una venganza muy lucrativa.
Es que me mandaban dinero desde España. Y si lo pasé bien fue porque sabía que tarde o temprano me iban a coger. No estaba acostumbrado a robar. Fíjate que había sido guardaespaldas de Alfonso Escámez, presidente del Banco Central; del presidente del Banco Ibérico, del del Bank of America…

Igual es que lo de trabajar con banqueros deja huella…
Sí. Ahora están cayendo ellos. Ahora les toca a mis profesores.

Le agarran. ¿Cómo fueron los 10 meses de cárcel en Brasil?
El infierno. Encerrado en un habitáculo de 3 x 4 con un agujero para cagar y mear. Y lo mismo éramos cuatro que éramos 27. Un infierno a oscuras.

Pero lo extraditan y llega a España convertido en héroe nacional. ¡Hasta Sabina le hace una canción!
Yo creo que ahora lo soy más, jajaja. Ayer estuve en la calle Hermosilla y parecía yo Richard Gere, joder.
Cuando salgo de Moratalaz, causo terremotos. Y si salgo fuera de Madrid… alucinas.

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Así fue la conversación.


Y eso ¿por qué? ¿Por qué somos país de chorizos?
No. Porque, como aquél que dice, yo le meto una preferente a un banco, antes de que el banco me la meta a mí. En el furgón dejé 43 millones de pesetas en billetes. Era la nómina de las 700 personas, hombres y mujeres, que limpiaban los aviones de Iberia.

Sí, pero la empresa del furgón quebró tras el robo…
Transportes Candi quebró porque debía 15.000 millones a Hacienda, a la Seguridad Social. Al jefe le pidieron 20 años de cárcel. Yo no tuve que ver. El dinero que me llevé era del Banco Hispano Americano, que tenía seguro con la Unión y el Fénix.
Por cierto, el presidente de la Unión y el Fénix era Mario Conde… al que luego me encontré en Alcalá Meco.

¿No haría migas con él?
Sólo le dije: “estaremos en paz ¿no colega?”. Él estaba enchufado en ingresos, con los funcionarios. Era el que daba las sábanas a los que entraban. Yo, cuando barría y fregaba, recogía los langostinos que él se comía en Navidad.

¿Qué diferencia hay entre usted y Conde… o entre usted y Bárcenas o los directivos de Bankia?
Que ellos roban a los españoles y yo robé un banco, le metí una preferente a un banco. Ellos roban a todos a los españoles y son todos igual. Está claro que cuando Rajoy le dice a Bárcenas: “Sé fuerte”. Vamos... que voy a poner yo un tesorero y no voy a saber si menea o no menea. Y yo, de aquella época, sigo teniendo contactos… Amigos íntimos como un coronel de la Guardia Civil o el comisario Antonio Andrade, que ya falleció.

¿También con el Pequeño Nicolás?
Es lo único que me falta: llevarme otro furgón y conocer al Pequeño Nicolás.

Es decir: que lo volvería a hacer.
Sí, pero por más cantidad.

Sabina le cantaba “el destino te da champán y después te da Chinchón”. ¿Qué bebe hoy El Dioni?
La satisfacción de estar tranquilo, de haber cumplido con la justicia y de tener salud.

No le preguntó que va a votar el 24M, pero dígame qué no va a votar
Ni al PP ni al PSOE. Lo que haría cualquier persona normal que sabe que han robado, están robando y van a seguir robando.
Aunque yo no he votado nunca. A mí me educaron para que creyera en Dios, en la familia y en el trabajo.

Y ahora me contará que hizo alguna obra de caridad con lo que se llevó.

Sí, pero no te lo voy a decir. No creo en los curas, pero creo en Dios a tope.  Le pedí que me sacara de la cárcel y, desde entonces, rezo todas las noches el Padre Nuestro.  Lo cojonudo es que lo rezo en latín porque no me lo sé en castellano. Pater Noster, qui es in caelis, sanctificétur nomen tuum…

Dioni: gracias y… avise si le da por llevarse otro furgón.
Bueno… ya tengo una lista de colaboradores que alucino. Me salen de todas partes, ¡sobre todo de los partidos políticos!

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