Este artículo se publicó hace 16 años.
Domenech conserva el bloque de Hannover
El seleccionador francés, Raymond Domenech, sigue confiando en el "bloque de Hannover", ciudad en la que el 27 de junio de 2006 derrotó a España en octavos de final del Mundial de Alemania, y en el que nació un espíritu nuevo que se mantiene.
Nueve de los diez titulares de aquel encuentro siguen siendo pesos pesados de la lista de Domenech, quien no oculta que aquel encuentro supuso la primera piedra de su selección, la que se ganó el prestigio de todo el mundo al llegar a la final.
Sin Zinedine Zidane ni Fabian Barthez, los dos únicos que abandonaron el barco de la selección -y del fútbol- tras el Mundial germano, Francia ha seguido apoyándose en aquel bloque.
Cuando Francia se midió a España en junio de 2006 nadie apostaba por la "bleu", una selección considerada envejecida, lenta, poco ambiciosa y trasnochada.
Había superado con problemas la primera fase y su juego despertaba muchas dudas y ningún entusiasmo.
Con ese bagaje, Francia se midió en octavos a la España de Luis Aragonés que había encantado con un juego vistoso y eficaz que llamó la atención.
El duelo fue presentado como el de una nación en decadencia, sin orden ni concierto y un equipo en ascensión, ofensivo y vistoso, lleno de jugadores jóvenes y con un prometedor futuro por delante.
Pero la experiencia se impuso y el bloque de Hannover, con Zidane al frente, puso sobre la mesa un envite que duró hasta la final.
Luego cayeron Brasil y Portugal y el bloque de Hannover se fue consolidando. Las dudas iniciales dieron paso a alabanzas. El optimismo se apoyó del país y los jugadores, defenestrados por la prensa unas semanas antes, volvieron a ser ídolos.
Desde entonces, Domenech no se ha atrevido a tocar aquel bloque y se ha limitado a reemplazar a los que se han jubilado.
Es el caso del portero Fabien Barthez y de Zizou. Bajo los palos Gregory Coupet se ha afianzado. La falta del mítico capitán, del jugador que más ha influido en el fútbol francés en toda su historia parece más compleja.
Con Zidane en el campo, Domenech diseñó un sistema con un único punta y el "10" como enganche. Sin Zizou, el seleccionador apuesta por un segundo atacante y un 4-4-2 más clásico.
La defensa apenas ha sufrido variaciones. Willy Sagnol guarda el flanco derecho, aunque las lesiones le han restado peso en los últimos meses, pero que tiene garantizado un puesto.
Lilian Thuram y William Gallas son los favoritos para el centro de la zaga y Eric Abidal no tiene mucha competencia en la banda izquierda, sobre todo ahora que ha recuperado su tope de forma tras una etapa de problemas físicos.
Claude Makelele y Patrick Vieira siguen soportando el centro del campo. El segundo, clave en la victoria de Hannover contra España, ha ganado peso en la selección y sólo sus frecuentes lesiones le privan de jugar con Francia.
El jugador del Chelsea, por su parte, que amenazó con retirarse antes del Mundial de Alemania, ha rectificado y ahora aparece como un ferviente defensor de la selección y una opción indiscutible.
Frank Ribery, que en Hannover aparecía como el vértice sobre el que reposaría la renovación de aquella "vieja Francia" ha ganado importancia en la selección francesa a medida que su estatus internacional se ha estabilizado. Tiene un problema físico que puede dejarle fuera contra España.
Irse fuera de Francia no ha beneficiado a Florent Malouda, cuyo estatus internacional no aparece como indiscutible pero que parte con ventaja sobre sus competidores, entre los que destaca Hatem Ben Arfa.
En la punta, Thierry Henry mantiene su estatus de intocable y, sin David Trezeguet, maldito para Domenech, Nicolas Anelka se perfila como el segundo punta.
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