Dos centenares de personas han sido detenidas y otras 40 han resultado heridas en las protestas que los colectivos de abogados han llevado a cabo hoy en varias ciudades de Pakistán en protesta por la declaración del estado de excepción.

La última de ellas tuvo lugar en la ciudad oriental de Lahore, donde unos 2.000 abogados y activistas opositores intentaron entrar en el edificio del Tribunal Superior de la ciudad y fueron reprimidos por las fuerzas de seguridad.

La Policía recurrió a las porras y gases lacrimógenos que dejaron sin consciencia a decenas de personas, mientras que 23 manifestantes resultaron heridos y otros 63 fueron detenidos.

Durante la manifestación, los abogados golpearon al líder regional de la formación de Benazir Bhutto, el Partido Popular de Pakistán (PPP), y le acusaron de haber tomado partido con el presidente del país, Pervez Musharraf, quien declaró este sábado el estado de excepción.

Anteriormente, la Policía había cargado contra los manifestantes de las ciudades de Karachi (sur), donde 17 personas resultaron heridas, y de Rawalpindi, con un total de 147 detenidos.

En el marco de las manifestaciones, el nuevo jefe del Tribunal Supremo, Abul Hameed Dogar, decidió no acudir hoy a la corte y aseguró que había que "dejar morir" las emociones de los abogados antes de retomar la actividad.

Dogar es uno de los cuatro jueces del Supremo que ha renovado su juramento de lealtad al presidente, Pervez Musharraf, después de que este descabezara a la cúpula del Supremo con la declaración del estado de excepción.

La mayoría de los jueces del Supremo se encuentran "bajo custodia" en sus domicilios, como atestiguó hoy el magistrado Rana Bhagwandas, que en declaraciones a la prensa dijo que las fuerzas de seguridad le impidieron por la fuerza acudir al tribunal.