Salil Shetty, indio de 48 años y vinculado desde hace décadas a la cooperación, dirige desde hace seis años la Campaña del Milenio de la ONU. Superado el ecuador del proyecto (2000-2015), destaca los avances en educación, pobreza y acceso al agua. En estos seis años, 400 millones de personas han salido de la pobreza extrema en el mundo. La salud, sobre todo la mortalidad materna, es la asignatura pendiente.

¿Qué aspectos puede mejorar España?

En España hay un compromiso social y político superior al de otros países. El principal objetivo es que mantenga su línea de dedicar el 0,7% del PIB a la cooperación en 2012. Y está cumpliendo, a diferencia de otros países. Entendemos que es complicado, por la crisis, pero España va a llegar antes que la Unión Europea, que marcó como objetivo el año 2015.

¿Las ayudas están bien orientadas?

Necesitamos que España mejore la calidad de las ayudas y que éstas vayan a los países más pobres. En España, el 65% de los fondos están ya programados a determinados proyectos, según datos de 2005. Tendrían que ser más flexibles, para que los países puedan decidir a dónde destinarlos. Además, deberían de reducirse también los aranceles, para facilitar la entrada de productos de países en desarrollo.

¿España sigue condicionando ayuda a la compra de sus productos?

La ayuda que da España vinculada a acuerdos comerciales es ya de sólo el 10%. Esto ha mejorado mucho. Las condiciones de España son mejores que las de Italia, pero siguen estando muy lejos de las de Francia o Alemania.

¿Les preocupa Italia?

Italia no se comprometió a contribuir en la campaña incluso antes de la crisis. El acuerdo de Gleneagles estableció la aportación que tenía que hacer cada país, pero tememos que la crisis lo amenace. Francia podría llegar a dejar de contribuir como consecuencia de la situación económica. Esperamos que no sea más que un problema temporal. Hay un espacio muy grande entre lo que se dice que se va a hacer y lo que finalmente se hace. España tiene que ejercer su liderazgo durante la presidencia de la UE.

¿En qué estado se encuentra la crisis alimenticia?

Están todas conectadas: la crisis de los alimentos, la del medio ambiente, la de la pobreza Por ello, las medidas de los ocho Objetivos del Milenio deben estar conectadas. No podemos centrarnos en una. No hay soluciones a corto plazo y tampoco se trata de repartir más comida: hay que abordarlo de forma conjunta. La educación está conectada a la salud, la alimentación, la inmigración y la pobreza.

Además de las excusas de los países desarrollados, los beneficiados también ponen trabas.

El problema en los países en vías de desarrollo es que los Gobiernos también se acuerdan de estos aspectos sólo en el momento de las elecciones. Prometen a sus ciudadanos los Objetivos del Milenio porque no les pueden prometer más pobreza o más hambre. Una vez que han ganado las elecciones, dan la espalda a esas promesas. Pero hay muchos países que están ganando libertades y mejorando sus condiciones.

En los últimos cinco años, Tanzania ha reducido su mortalidad infantil un 30%. ¿Qué otros países están mejorando?

Uganda, Mozambique, Zambia, Bangladesh, Nepal son muchos, pero mi objetivo es que todos los Gobiernos cumplan los objetivos. Y la transparencia es imprescindible. El compromiso por parte de los Gobiernos está relacionado con la transparencia. Los ciudadanos deben saber en qué se están gastando los fondos sus gobernantes.